Cicuta
Por Jaime Flores Martínez
Viernes 1 de agosto del 2025.- Estremecido por la sola posibilidad, el gobierno mexicano se revuelve en la búsqueda de alternativas que eviten que los grupos criminales mexicanos desafíen al gobierno de Estados Unidos.
¡Sería una acción suicida!
Y es que trascendidos recientes surgidos de agencias de inteligencia de Estados Unidos advierten un escenario que parece sacado de una novela distópica: los cárteles mexicanos preparan ataques con drones contra objetivos en el sur del territorio estadounidense. Aunque aún no existe una confirmación oficial, la sola posibilidad estremece a México, porque sería sonarle un cascabel al intolerante presidente Donald Trump.
En el hipotético caso que eso sucediera, el crimen organizado mexicano no solo cruzaría la línea de la sofisticación tecnológica, sino que también estaría a punto de internacionalizar su guerra y las consecuencias serían devastadoras para ambos países.
El uso de drones ya se ha documentado en México pues los cárteles los emplean para vigilancia, transporte de drogas e incluso como plataformas de ataque con explosivos improvisados.
Sin embargo, un atentado deliberado en territorio estadounidense marcaría un antes y un después.
Sin duda provocaría una reacción inmediata y feroz de Washington, con consecuencias impredecibles para México.
¡Sería como soplarle el copete a Trump!
Ubicados en ese escenario, el caos no se limitaría a las zonas fronterizas, sino que la presión internacional sobre el gobierno mexicano se dispararía.
Estados Unidos podría exigir —o imponer— acciones militares directas contra los grupos criminales, incluso dentro del territorio nacional. Una intervención directa, disfrazada de “cooperación bilateral”, pondría a prueba la cacareada soberanía mexicana.
La relación entre ambos países entraría en una etapa de tensión sin precedentes desde la firma del T-MEC.
México pagaría el precio político, social y económico. Sin duda la imagen internacional del país se derrumbaría y la inversión extranjera se alejaría aún más.
Tan grande sería el caos que los mercados reaccionarían con desconfianza y la sociedad mexicana conocería un nuevo ciclo de violencia.
¡Militares gringos en México!
La militarización del país alcanzaría niveles sin control y la población civil quedaría atrapada entre fuegos.
Esta eventualidad también expondría la negligencia del Estado mexicano.
Los cárteles han crecido sin freno durante años, ante la complacencia de las autoridades.
El gobierno ha tolerado su expansión territorial, su poder financiero y su capacidad armamentista.
Si los drones cruzan la frontera con fines letales, será imposible sostener el discurso oficial de que se trata de un problema “heredado”.
La amenaza de un ataque con drones debe obligar al Estado mexicano a reconocer que enfrenta una insurgencia armada de naturaleza criminal.
No se trata solo de grupos violentos. Son estructuras paramilitares con capacidad para desafiar gobiernos.
Si se permite que lleguen a provocar un incidente internacional, México no solo perderá el control interno sino el respeto del mundo.
La pregunta ya no es si los cárteles pueden hacerlo. La pregunta es qué hará el Estado mexicano antes de que lo hagan.
Positivo
Qué bueno que la presidenta de México Claudia Sheinbaum Pardo consiguió que su homólogo norteamericano Donald Trump pospusiera por 90 días la aplicación de aranceles a los productos mexicanos.
Ayer por la mañana la mandataria salió a su conferencia con un gesto más relajado, de satisfacción, pues.
Hay quien supone que Trump le dijo algo que la tranquilizó. Y no es la posposición de los aranceles.
Debió darle una buena noticia.
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