Por Arturo Sandoval
“Ante la desesperación, los seres humanos se vuelven animales”. Dan Brown.
La metáfora de Alejandro Páez Varela hace sobre la conducta de Marcelo Ebrard en la cual homologa al ex canciller con el temido personaje de una película de horror, es lo más cerca a la realidad.
Marcelo ya sale del escondrijo, está en plena catarsis violenta para lanzar fuego, hachazos, feroces tarascadas; blande la motosierra en todas direcciones.
Ya lo ha dicho, él no busca una senaduría, asegura estará en la boleta el próximo año como candidato presidencial. Se irá de Morena como huracán para hacer todo el daño posible. Lo acompañan un grupo de legisladores y legisladoras de Morena.
Se acabaron las lealtades, los pactos anteriores, las promesas de aceptar la derrota. Llega la hora de la guerra política a todo lo que den las fuerzas de cada candidato o candidata para, junto con sus aliados políticos, empresariales, clericales, sindicales y mediáticos, se den con todo lo posible. Momento de empezar a sacar miserias de cada uno. Si no las tienen, inventar las más horrendas; si las tiene, agrandarlas por todos los medios.
Nos es una guerra política igual a las de elecciones presidenciales pasadas, donde los contrincantes eran de bandos perfectamente definidos; hoy es guerra encarnizadamente fratricida, de un hombre resentido contra una mujer con el triunfo en la mano. El odio, la ambición desmedida hará, sobre todo en Marcelo, mostrar lo más ruin de él y su gente.
Sin embargo, no tiene alternativa. Su premisa y bandera de guerra es que el poder no se pide, se arrebata; sólo que enfrente no tiene únicamente a Claudia Sheinbaum, está el Presidente de la República y el aparato de gobierno; pero, sobre todo a ese 70% o más del pueblo que sigue a López Obrador. Llegará don Marcelo a parte de las clases medias, pero no a todas; aún uniéndose a la alianza del PRI, PAN y PRD, lo cual sería suicidio político.
Si Movimiento Ciudadano le abre las puertas, en unos meses el dueño del partido será Marcelo Ebrard. Dante Delgado no podrá contra la ambición de una persona desesperada que sólo quiere ganar sin importar a quienes aplasta. Es parte de ser un político profesional. Algunos lo hacen de forma elegante y otros muy burda. Ya lo he escrito, del otro lado no tienen las manitas amarradas.
Cuántos de los seguidores de Marcelo Ebrard, se arrepentirán en unos meses por quedarse sin nada. Algunos serán parias políticos, otros encontrarán acomodo según sus relaciones políticas.
No es la única guerra fratricida dentro de Morena, también está la de Harfuch contra Brugada por conseguir la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.
Promete estar más pareja que la lucha por la presidencia de México; ésta donde Claudia Sheinbaum lleva aplastante ventaja sobre Xóchitl Gálvez. No sólo en todas las encuestas o el promedio de ellas, también en autoridad moral y honradez. A Claudia no le han salido casos de corrupción y a Xóchitl un rosario de corruptelas, negocios obscuros, plagios de todo tipo. Ahora, la oposición que creo la fantasía del fenómeno Xóchitl, la dejan sola y hasta la critican. Pecó de ingenuidad, hoy, quienes la crearon no la bajarán de trepadora.
La utilizaron a sabiendas de que nunca ganaría, pero así consiguen posibilidades en adueñarse de senadurías, diputaciones, alcaldías y otros puestos. Para ellos, siempre fue desechable Xóchitl y su motocicleta.
NOTA: Páez Varela recuerda que al final todos los personajes malévolos en las películas de horror son totalmente destruidos.