Marcelo Ebrard,titular de la Secretaría de Economía, anticipa que la negociación entre México y Estados Unidos bajo el mandato de Donald Trump será “durísima” debido a temas complejos, pero confía en que se alcanzará un acuerdo.
La relación bilateral estará marcada por la revisión del T-MEC en 2026, y uno de los principales desafíos será abordar los intereses comerciales de China.
Con el regreso de Trump a la presidencia, el equipo de Claudia Sheinbaum, especialmente la Secretaría de Economía, se prepara para enfrentar una nueva etapa en la relación con Washington. Según fuentes cercanas a Ebrard, Trump buscará imponer su agenda en temas clave como la seguridad, el fentanilo, la migración y, sobre todo, el comercio con China.
En cuanto a la relación comercial con China, uno de los puntos más difíciles será decidir si aumentar los controles de importación de productos chinos o imponer aranceles a las exportaciones mexicanas. Actualmente, el 70% de las importaciones de materia prima y autopartes en México provienen de China, especialmente a través de maquilas y armadoras norteamericanas como General Motors y Ford.
El gobierno mexicano sostiene que no es una cuestión nacional, ya que son las empresas estadounidenses las que importan y se benefician de los productos chinos. Sin embargo, la Casa Blanca considera que esto genera competencia desleal y afecta negativamente a las marcas estadounidenses, por lo que plantea que sean México o China quienes asuman los aranceles.
A pesar de la dificultad del tema, el equipo de Ebrard destaca la flexibilidad de Trump en cuanto a protocolos y trámites burocráticos, lo que podría facilitar acuerdos rápidos. Un miembro cercano al excanciller comentó: “Será durísima, pero no por lo burocrática”.
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