Por Deborah Buiza
Hace unos días me topé con un post en redes sociales que decía algo como “me eduqué a mí mismo al punto de que cada vez que pienso “que feo le queda tal cosa a esa persona” mi mente me responde “Y a vos que te importa lo que la gente haga”, coincido con esa idea, las personas necesitamos educarnos más allá de las aulas y formarnos para la vida, para hacer más bonita (en la medida de lo posible) nuestra experiencia vital y la de los que nos rodean.
Dumbledore le dice a Harry Potter que no son las habilidades que se tienen sino las decisiones que se toman lo que hace una diferencia, pero ¿cómo podríamos tomar mejores decisiones si no contamos con elementos para ello? La vida es una constante toma de decisiones. Nuevamente, necesitamos educarnos.
No sólo es que contemos con los conocimientos o desarrollemos habilidades en los campos que nos interesen por un asunto académico, profesional o laboral, se trata de todos esos temas que no están en los programas educativos de las escuelas pero que si o si están ahí y a los que nos tenemos que enfrentar estemos más o menos preparados, o no.
¿Qué tanto sabes de relaciones interpersonales y cómo hacerlas más disfrutables? ¿Qué tanto conoces del funcionamiento del cuerpo y la mente humana?
¿Dónde aprendiste a tomar buenas decisiones?, ¿Qué tanto sabes sobre emociones? ¿Responsabilidad afectiva? ¿Finanzas personales? ¿Derechos humanos?
¿Libertad de expresión?, etc.
Y tal vez pienses que exagero y que nada de eso es útil, quizá sea probable, pero ¿y si saberlo hiciera una diferencia en tú vida?
Ejemplificando lo obvio:
Si tienes un cuerpo tienes que educarte, necesitas saber qué nutrientes requieres, qué actividad física, cuántas horas de sueño necesitas, etc. y si tienes un problema de salud tienes que educarte, no es suficiente con tener un diagnóstico o “seguir” un tratamiento… si tienes emociones tienes que educarte, no es suficiente con sentirlas…
Si tienes pareja, hijos, familia, amistades, tienes que educarte, no es suficiente tenerlos e ir improvisando sobre la marcha, los seres humanos y sus vínculos tienen sus requerimientos para convertirse en lugares seguros y de bienestar…
Si tienes personas a tu cargo o bajo tu responsabilidad tienes que educarte, no es suficiente con llegar a un puesto de mando…
Te propongo que dudes un poco de lo que sabes y de la manera en que hasta ahora has hecho las cosas y pregúntate si hay algo más que puedas conocer, aprender y poner en marcha que haga más fácil, valiosa, funcional o eficiente la experiencia que tienes.
Educarse, formarse, capacitarse, instruirse, cultivarse, ilustrarse, estudiarse, informarse, prepararse, entrenarse… ser autodidacta, aprender por sí y para sí… hacerse a sí mismo.
No es necesario regresar a las aulas (aunque si quieres y puedes ¡sí!), se puede aprender en línea, puedes acercarte a tus amigos con más experiencia, mira programas educativos, encuentra un mentor, hazte el hábito de la lectura… el mundo entero es un gran lugar para aprender.
Y tú, ¿en qué necesitas educarte más?