Luis Farías Mackey
No comulgo con la candidata y menos con el proyecto de Morena: cualquier cosa que ello pueda ser.
A Xóchitl la difuminó la bufalada de voraces desesperados de esperanza, escenario, papel, candidaturas y candidatos. No se trataba de cachar una candidata, sino de armar un proyecto político y luego encontrar el indicado(a) para encabezarla; que bien pudo ser ella, pero en este caso, el orden de los aguacates sí altera el guacamole. Pero, qué sabe de ello la hambrienta estampida de próceres y ciudadanizados en su búsqueda de acomodos sin dolor.
Cuando 4 partidos nacionales salen a pescar con redes derrotadas candidato donde lo haya, the catch of the day (la pesca del día) es lo que hay, por más apetitosa y bonita que se quiera ver y vender: es lo que hay. Y Xóchitl es lo que hay.
Y digo 4 partidos, porque Movimiento Ciudadano perdió la apuesta —y la pesca— y terminó por sacrificar su presente y futuro en Nuevo León, para no verse de nuevo en despoblado, como en Estado de México y Coahuila. Y Mariana con Samuel son lo que hay.
Y es que la construcción de candidatos es, diría un clásico, una brega en la eternidad, y la principal tarea de un partido. No la publicidad, no los cargos de dirigencia, no los Tik Toks, no las pasarelas. Formar ciudadanos, organizarlos, crecerlos en el pensamiento, deliberación y acción política, la disciplina y el esfuerzo. Probarlos en sus éxitos y en sus fracasos. Convertir su ímpetu y entusiasmo en proyecto, compromiso y acción programada en el tiempo y en las prioridades. Educarlos, finalmente, para un partido como proyecto político, no como un negocio ni empresa de colocaciones.
Y claro, por eso está nuestra circunstancia tan yerma.
PS. — Algún día fue que la caballada estaba flaca. Hoy ni a caballada llega.