Apenas el pasado mes de abril, Tom Malinowksi, subsecretario de Estado para Asuntos de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de Estados Unidos, señaló que su gobierno confía en que una vez celebradas las elecciones del 7 de junio, estas “traigan de alguna manera, efectos positivos” para México, con la finalidad de terminar con la traición e impunidad que hay en nuestro país en materia de violación a los derechos humanos y que trae aparejados “corrupción, desapariciones, secuestro y tortura”.
Malinowksi, abundó: “Sostuve diálogos francos con el gobierno de México y quedé impresionado por su apertura y disposición para hacer frente a los serios retos que tienen en materia de derechos humanos. Asimismo dialogué con representantes sociales y quedé impresionado de su compromiso de trabajar por un cambio positivo. La clave es aplicar compromisos y leyes de manera que el cambio llegue a la gente en todos los rincones de México. En Estados Unidos estamos listos para trabajar por un cambio positivo con el gobierno y la sociedad de México”.
Pero si en realidad Malinowiksi espera que tras los comicios a celebrarse en escasos 12 días aquí en México darán espacio a cambios profundos en materia de impunidad, corrupción, respeto a los derechos humanos y violencia; la verdad, qué diplomático nos resultó el subsecretario en Asuntos de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de Estados Unidos, o de plano, ingenuo.
Luego del 7 de junio, resaltará aún más la impunidad con la que los partidos políticos se manejan para la búsqueda del poder y de escaños legislativos. Si las grabaciones telefónicas –ilegales sí, pero ciertas— están ya desnudando las corruptelas de los aspirantes políticos, qué será al final del proceso electoral, cuando algunos no conformes con el resultado de los conteos, mostrarán todo el material que tengan para probar las trampas electorales.
Lo de la violencia, desapariciones, secuestros, torturas y recurrentes violaciones a los derechos humanos, es aún más profundo y terrible que las “tranzas” por los sufragios. Aunque el estado de inseguridad y violencia en nuestro país no es cultural, sí se está volviendo un fenómeno social que se ha ido infiltrando entre las familias mexicanas de muy diversas y anómalas maneras; tanto que en algunas, los pequeños ya desquitan sus furias y fobias matándose entre sí.
A Tom Malinowksi, subsecretario de Estado para Asuntos de Democracia, Derechos Humanos y Trabajo de Estados Unidos, lo engañaron quienes en México le dijeron que tienen voluntad para contrarrestar las anomalías sobre las que su país y el resto del mundo, nos tienen en la mira a los mexicanos.
Acta Divina…Estados ha puesto a disposición del gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, programas para combatir la violencia, la corrupción y la violación a los derechos humanos.
Para advertir… El 7 de junio traerá cambios para algunos, para los más todo seguirá en la ruta de la desesperanza.
actapublica@gmail.com