Alberto Martínez Vara
Hoy estamos observando todo el tiempo y esfuerzo que le dedica el presidente Joe Biden a su reelección.
Trump está obsesionado, entre otras muchas cosas, por su reelección.
Los dictadores basan su estancia en el poder, en la reelección.
En México, todas las tragedias y atrasos que hemos sufrido son resultado de esa misma obsesión enfermiza de todos los presidentes para seguir gobernando después de su período constitucional de 6 años a través de sus partidos. O sea, una reelección disfrazada.
Sostengo que el mejor sistema de gobierno no es el Presidencialismo, pero ya estamos en ese problema y hay que encontrar una forma de paliarlo.
Lo lógico sería que cada sexenio de gobierno debería ser alternativo.
Quien salga triunfador en la elección para presidente, si representa a un partido gobernará durante su período con su mayoría o minoría en el Congreso, pero ese partido no competirá por la presidencia en el siguiente período.
¿Por qué? Simplemente porque la lucha electoral no es pareja, ese partido en el poder tiene todos los impuestos de los contribuyentes y las influencias en casi todos los medios de comunicación, para poder hacer una campaña mucho mayor.
Eso no es justo para nadie.
Si realmente queremos dirigirnos hacia un sistema democrático real, lo primero que tenemos que hacer es recuperar la democracia impidiendo la estancia en el poder de un solo grupo de personas, con las mismas formas de gobernar, con las mismas ideas… y con los mismos vicios.
Porque si esos grupos saben, que detrás de ellos vendrá otro grupo de personas a revisar su actuación… se cuidarán de hacer tranzas descaradas.
Los ciudadanos no podemos lograr esos cambios porque no tenemos voto directo en el Poder Legislativo, pero sí podemos organizarnos y democráticamente, exigir a los legisladores que no están el poder, que promuevan este tipo de cambios hacia un sistema que modifique el sistema de gobierno anticuado y obsoleto que padecemos.
Requerimos modificar el sistema para que sea más justo y equitativo. Hay diferentes sistemas de gobierno, pero ninguno puede ser eterno.
Vivimos en un mundo de cambios muy rápidos. Y la mejor opción es lograr que diferentes grupos antagónicos tengan la oportunidad de probar que su sistema es el mejor.
Porque el sistema que tenemos… ya probó:
El absurdo de las reelecciones
amv@albertomartinezvara.com