* En el devaluado escenario de la política nacional y estatal, donde abundan los políticos “chapulines” que brincan de partido en partido, el perredista, Miguel Hernández Badillo, se ha mantenido leal y firme al PRD a diferencia de otros ex dirigentes y militantes del Sol Azteca que en Hidalgo, decidieron anteponer sus intereses personales, migrando a otras siglas; el edil de Tula, demostró ser un hombre comprometido con sus paisanos al haber logrado sacarlos adelante, tras la dolorosa inundación de septiembre del 2021, tras obtener del Presidente de la República, apoyos adicionales por 2 mil millones de pesos
SILOGIMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez
Especial de Expediente Ultra / @ortigoza2010
Aunque se piense que el síndrome “Chapulín” es, sin excepción, un padecimiento generalizado entre los miembros de los diversos partidos en el país, todavía existen políticos congruentes con su ideología y raíz partidista; tal es el caso del alcalde hidalguense de Tula, Miguel Hernández Badillo, un hombre que se forjó desde muy joven en el Partido de la Revolución Democrática (PRD), y se ha mantenido desde entonces en su definida línea de izquierda.
A diferencia de otros perredistas como Luciano Cornejo—ahora delegado de Gobernación en el Estado— y el ex priísta José Guadarrama Márquez, y muchos más que brincaron a Morena y otros partidos, Hernández Badillo decidió quedarse en el PRD, y desde ahí buscar que su partido en el Estado, no sucumba y, por el contrario, se fortalezca como la que organización de izquierda que en el siglo pasado se convirtió en una de las fuerzas políticas más importantes del país e Hidalgo.
Ante una confundida y desencantada ciudadanía que desde hace años observa cómo los políticos brincan de uno u otro partido, según soplen los vientos electorales, es un descarado “chapulineo” donde lo que menos cuentan son los principios ideológicos y prevalecen los intereses personales, el encontrarse con figuras como del alcalde de Tula, es motivo de aliento al saber que no todo es está perdido y podrido en el ámbito de la partidocracia mexicana.
Diputado local, dirigente municipal, estatal y ahora alcalde, siempre por el PRD, Manuel Hernández ha sabido predicar con el ejemplo y los principio de su instituto político, ahora olvidados incluso por muchos de sus miembros y simpatizantes. Su triunfo electoral en el 2020, demostró que la gente de su municipio lo conoce y sabe de su trayectoria, por eso decidió apoyarlo en las urnas.
La tragedia registrada en septiembre del 2021, cuando las torrenciales lluvias elevaron el nivel de las aguas residuales enviadas por la CDMX al caudal del Río Tula, inundando ese municipio y otros más de Hidalgo, mostró de qué está hecho el edil que a diferencia de irresponsables funcionarios de la Comisión Nacional del Agua (CONAGUA), que buscaron deslindarse de las fatales consecuencias donde murieron 14 pacientes del Hospital Regional del IMSS, por no haber dado la voz de alerta para una evacuación oportuna, el alcalde hizo frente de inmediato a los infaustos acontecimientos, organizando las laborales de auxilio y apoyo a la población.
Mientras muchos políticos de Morena trataron de politizar la tragedia, buscando los reflectores de los medios en su papel de precandidatos a la gubernatura, Hernández Badillo mostró lo que es y debe ser un político serio y responsable con su cargo, pidiendo de manera institucional al Presidente los apoyos necesarios para el auxilio de la población.
Para el Jefe del Ejecutivo no pasó desapercibido el justo reclamo del alcalde perredista, quien le expuso con datos serios y precisos las dimensiones de los daños y pérdidas económicas, de tal suerte que ordenó entonces apoyo adicionales por dos mil millones de pesos al golpeado municipio y otros más del Estado. En contraparte, varios de los apuntados vivales que trataron de colgarse del dolor de los tuleños, ni siquiera tuvieron acceso al evento donde el presidente anunció los apoyos adicionales.
Ante sus paisanos, Hernández Badillo adquirió una sólida autoridad moral, porque desde el primer momento se puso del lado de la gente para escuchar y valorar los daños y pérdidas que dejó a su paso la terrible inundación. A nivel federal, los anodinos funcionarios de la CONAGUA que trataron de evadir su responsabilidad, terminaron exhibidos por un presidente municipal que les demostró ante los medios nacionales su criminal dilación e incapacidad al no haber alertado con tiempo a su gobierno para alertar a la población sobre el peligro del inusual caudal del Río Tula.
El origen de su cuna humilde y su tesón por salir adelante junto con su familia, titulándose como licenciado en Economía por el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y realizando diplomados en Administración Pública, le permitió ser tesorero municipal a los 23 años y diputado local a los 28.
A diferencia de algunos liderazgos de la izquierda que no tienen su origen en un proyecto social bien definido, sino en proyectos personales de buscar el poder como medio de acceder a riquezas fáciles, el proyecto de Hernández Badillo siempre ha sido el sumar a la ciudadanía en los planes y acciones de gobierno. Tal mística de trabajo y empatía, fueron de vital importancia para que Tula pudiera cerra a la brevedad, las dolorosas heridas de septiembre del 2021.
Este capital político ganado a pulso y dentro de la congruencia ideológica de un verdadero hombre de izquierda que demuestra en los hechos lo que dice, es el que ubicará en el corto plazo a Miguel Hernández Badillo como unas de las figuras partidistas de Hidalgo, a tomarse en cuenta para futuras candidaturas y alianzas del PRD con otros partidos, a cargos de elección popular. Nadie en el PRD puede regatearle al edil capacidades y su derecho natural a ser tomado en cuenta antes que muchos “chapulines” por todos conocidos.