Confirmado, Luis Videgaray Caso, del presidente Enrique Peña Nieto más que su personalísimo amigo –dirían los chavos su Best Friend Forever (BFF)–, nunca se fue del equipo del mandatario federal. Cómo pensar eso. Ni la gran molestia de los Obama y de los Clinton por alentar la campaña de su adversario Donald Trump en la carrera presidencial de los Estados Unidos, pudo al final, con el del poder tras el trono en México.
El país tiene graves problemas internos, y a Peña Nieto y a su gran amigo Videgaray; lo único que se les ocurre en estos momentos es aparecer para advertirnos que seguirán haciendo de las suyas, pésele a quien le pese, incluso al mismo Carlos Salinas de Gortari por retirar a su sobrina Claudia Ruiz Massieu como canciller mexicana, para ahí posicionar al también amigo de la familia de Trump, en la cartera de Relaciones Exteriores.
A Peña Nieto no le interesa nada de lo que digan y opinen de él. Desde hace unos meses ha puesto una barrera para sólo escuchar lo que él quiere, más que lo que le convenga a los que debe gobernar y proteger sus intereses.
Si el dólar se muestra imparable frente al peso, si Trump cumple con sus políticas que afectan a la economía interna de México y a nuestros connacionales en Estados Unidos, si la electricidad y los combustibles suben su precio, si a los mexicanos no les alcanza con los salarios raquíticos que aquí se pagan –menos a la alta burocracia y a los jueces–, si los soldados tienen que estar en las calles para combatir la violencia que no han podido lograr las Policías corruptas; a Peña Nieto le viene importando muy poco ya.
Al primer mandatario de México, que sólo legal y constitucionalmente tiene ese encargo, lo único que le interesa es hacer lo que su amiguísimo, casi su conciencia; Luis Videgaray le indique para mantenerse en el poder, incluso más allá del 2018, empresa que sólo podrán lograr al puro estilo priista de compra de votos y demás artes cibernéticas para modificar el voto ciudadano; de otra forma no se podría explicar la permanencia del Revolucionario Institucional en Los Pinos.
Luis Videgaray, quien ya ocupa la oficina de la Cancillería mexicana y quien desde ahí seguirá controlando todos los hilos que en este país se mueven, para su beneficio y el de sus “cuates” y de quien le dé a ganar millones de dólares para sus arcas personales, va ahora sí con todo, por la candidatura de su partido para la Presidencia de México, el Estado de México le queda chico.
Peña Nieto confirma que no necesitó del ocaso de su Administración para dejar de gobernar al país, él nunca lo ha hecho. Es el aprendiz de lo que se gestiona en la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE), quien todo controla a su estilo muy personal y rapaz.
Acta Divina… “El reto es enorme, las amenazas ahí están; si algo me motiva y me da confianza al asumir este reto es contar con el trabajo de ustedes, les pido a todos y cada uno su apoyo”, declaró el nuevo titular de la SRE.
Para advertir… Señaló Videgaray ayer: “Hoy es uno de los días más importantes de mi vida; agradezco profundamente al presidente (Enrique Peña Nieto) nombrarme secretario de Relaciones Exteriores”. Y cómo no.
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