Por Arturo Sandoval
“Y creciendo las porfías,
que dieron lugar al fallo,
pasando y pasando días,
de Matías y del gallo,
se formó galimatías”.Parte de antiguos versos jocosos, citados por José Ma. Iribarren.
El engrudo hecho bolas, así se le hace el problema del avión presidencial a López Obrador. Sí, esto le pasa a cualquiera, nadie está lejos de una problemática así. Igual sucede cuando por caliente, se compra un adorno caro de plástico, tan grande y estorboso, que nunca se encuentra un lugar adecuado en la casa. Es feo, sin estilo definido, difícil de limpiar y, en realidad nunca nos gustó, pero sólo pensamos en su buen precio; además a crédito, quizás con intereses altos; pero, repito, fue la calentura del consumismo. Ya lo subí a Facebook y a todas las redes y sitios de venta de usado, puse fotos hasta de detalles, le di un precio de la mitad del costo, mencioné pagar el flete gratis y… nada, ni una pinche llamada. Cada vez que veo sus partes cromadas en dorado y reflejan mi cara deformada, estoy apunto del infarto. Traté de regalarlo al vecino y me dijo: “no te ofendas, pero nosotros no tenemos cosas tan ostentosas en la casa, pero gracias de todos modos” Se dio la vuelta con su esposa y alcancé a oír unas risitas.
Pues parece vivir lo mismo el Peje, incluso peor, por no comprarlo él y ni siquiera usarlo. El precio del avión y su deuda, se multiplica día a día por lo inútil. Remodelado con pésimo gusto, sí, muy caro, pero muy naco si no ofende el calificativo en lengua fifiresca. De ser lo contrario, ya hubiera encontrado comprador. Tanto la adquisición como la transformación de este elefante blanco, hoy dentro de una cocina de departamento de interés social, fueron realizadas por las mentes muy pequeñas de un Comandante quien dentro de su cuerpo vive una destilería y un copetón quien monopoliza y se adueña de todo lo banal; quienes no gobernaron al País, lo saquearon los dos sexenios pasados.
Calderón cubrió su espalda y las de su gente al regalar el avión a Peña Nieto. Hizo la caravana más cara de la historia humana, con sombrero ajeno, sombrero del pueblo.
Lista de opciones empieza con la venta, después la rifa, la renta, y finaliza con pasar la charola a los empresarios en una tamalada nocturna en Palacio Nacional. Es de suponer la deducción de impuestos por donativo, lo cual hace feliz al empresario, por convertir esta salida de efectivo en inversión y no en gasto.
Hasta ahora sólo hay critica, nadie de los genios de las finanzas fuera del gobierno, da soluciones viables, documentadas, costeables, pragmáticas, de que hacer con el avión, convertido en herencia maldita.
Claro, no es lo mismo pasar la charola con todo y moche, para financiar campañas políticas porque los partidos se gastaron los recursos etiquetados en parrandas, lujos, casas, amasiatos, drogas, etcétera; que en un pase de charola en beneficio del pueblo, quizás un ganar-ganar. Como que así cambia la cosa ¿no?
NOTA: ¿Drogas? Sí, drogas, quien este limpio de drogas que pase el primer antidoping. Ojalá no me equivoque, pero estoy muy seguro que la mayoría de políticos, quizás todos, saldrán limpios.
¡Por favor, sin risas!