MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¿Quién o quiénes son culpables de la debacle priista? La locomotora pasó encima del priismo que se asumía victorioso, imbatible.
Pero, debajo de la alfombra los nuevos responsables del control del partido, encabezados al cuarto para las doce por René Juárez Cisneros, guardan los pecados capitales cometidos por Enrique Ocho Reza y ese equipo que, inexperto y henchido de soberbia, echó del partido a muchos de los que se fueron al partido Morena y provocó que otros de alto nivel decidieran operar bajo cuerda contra la campaña de José Antonio Meade Kuribreña.
Concluida la reunión privada con gobernadores, coordinadores de las bancadas del PRI en el Senado y en la Cámara de Diputados y con dirigentes estatales del partido, Juárez Cisneros evitó señalar a responsables de la derrota, terrible derrota, electoral que el domingo último mandó al tricolor al cuarto sitio, cuando no al quinto, en la preferencia del voto.
Llamó, sí, a la unidad ya evitar que cualquiera pretenda dividir al partido, como si no fuera evidente que al PRI le estalló la inconformidad en su interior desde el mismo momento en que Ochoa Reza, sin militancia ni experiencia en mandos dirigentes partidistas, fue impuesto en la presidencia nacional priista y, junto con su equipo, se apropió de todo y maltrató a todos.
Hay quien recuerda aquel día en que un grupo de políticos que todavía pertenecían al CEN del PRI, se apersonaron en el acceso a las oficinas de Ochoa Reza en busca de una reunión, pero personal del dirigente les cerró el paso indicándoles que esperaran para saber si podían ser recibidos, porque no tenían cita. La respuesta fue una mentada de madre y la decisión de este grupo de renunciar a los cargos.
Mal comenzaba Ochoa Reza, aunque era bien conocida esa fama del doble discurso, la doble cara, ésa que mostraba en público y la otra en privado, déspota y soberbio, que nunca hizo trabajo partidista y temprano dinamitó a la campaña de Meade Kuribreña.
¿Quién o quiénes son responsables de la derrota, de no haber operado frente a una corriente que a cada paso crecía desde esa oposición que construyó Andrés Manuel López Obrador?
Emilio Gamboa Patrón tiene fama de tener metida la mano en muchos ámbitos del gobierno federal y en no pocos estados del país, además de la construcción de candidaturas, especialmente de gobernadores, desde los espacios legislativos en los que ha operado como coordinador de bancada.
Y, bueno, integrante de esa liga mayor que tiene influencia en las decisiones que se toman en el Partido Revolucionario Institucional, ya desde mayo último, en una entrevista a la colega Leticia Robles de la Rosa, publicada en el diario Excélsior, había pulsado el grado de aceptación del PRI entre el electorado.
“(…) reconoce que su partido está “muy repudiado por la gente”. Los culpables, asegura sin entrar en detalles, son algunos militantes que fueron “ejemplos muy malos en el sexenio del presidente Enrique Peña Nieto””, escribió Robles de la Rosa.
Ayer miércoles, Gamboa Patrón prácticamente fue interceptado por un grupo de colegas, en busca de su opinión respecto de ese tema, de la versión que deambula en corrillos y señala a Ochoa Reza como responsable de la derrota.
A la pregunta de su impresión del resultado de la elección presidencial del domingo último, Gamboa respondió:
“Decir que muy pocas anomalías hubo y que felicitamos a todos los que participaron en la organización de las elecciones y también felicitar a todos los mexicanos que salieron libremente a votar por una gran mayoría, abrumadora mayoría, a favor del licenciado Andrés Manuel López Obrador…
–Pero hay molestia dentro del PRI con el ex dirigente Ochoa Reza—planteó la colega Maxi Peláez.
–A ver –atendió Gamboa–. Vamos a una reunión, estamos convocados a la una de la tarde, quien les diga que ha habido una reunión es falso; voy a escuchar ahorita a mi senador y me voy al partido.
–Oiga, pero ya le manifestaron esa inquietud, ¿no?—insistió al colega de Televisión Azteca.
–No, nadie. Está en los medios, lo he estado leyendo en los medios. Yo no he tenido contacto con él pero no ha habido ninguna discusión, hoy, en el PRI. Hoy arrancamos en el PRI, primero con los comités directivos estatales, después comemos con los gobernadores y ahí se van a ver, se van a ventilar las cosas.
–Oiga, pero sin duda este descalabro tiene responsables, ¿fue una irresponsabilidad poner a Ochoa cuando no era parte de la estructura del partido?—insistió Maxi.
–Yo creo que no, yo creo que había una corriente muy fuerte que se manifestó el primero de julio, el domingo, a favor de Andrés Manuel, la gente quería un cambio, ya se le otorgó… la democracia, nos fallaron muchas cosas, nos fallaron… el candidato, nos falló el trabajo dentro de nuestro partido, pero no hay una queja directa, todavía hoy, sobre nadie.
–¿Demasiada verticalidad (…)?—terció el colega Jorge Octavio Ochoa.
–No, yo creo que el PRI como siempre es un partido abierto, se nos fue mucha gente a Morena, no tuvimos la posibilidad de meterlos en las listas, nuestros estatutos, nos metimos un balazo en el pie, sin duda alguna, hay que revisarlos de nuevo. Y lo que tenemos que hacer es refundar un partido, un partido que le ha dado estabilidad y paz a este país y seguiremos trabajando para ello…
–Pero las listas las hizo Ochoa, ¿no?—urgió Maxi pero Gamboa bajó de prisa por la escalera rumbo al salón de sesiones del Senado y con una broma a la reportera evitó la respuesta, aunque es público que Ochoa Reza palomeó las listas de candidatos a diputados federales y senadores, lista en la que él se incluyó.
¿Fallaron los candidatos? ¿Falló José Antonio Meade Kuribreña? Gamboa lo dice y cuestiona a esa reforma estatutaria que abrió la puerta a las candidaturas externas, las ciudadanas, por eso se fueron muchos priistas a Morena. El PRI experimentó en mal momento y con los personajes equivocados, de acuerdo con la declaración de Emilio Gamboa. Y Emilio sabe qué se avecina, ¿qué? ¿La refundación? Digo.
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