Muy en los principios de la historia jurídica existía y se hacía valer la ley del más fuerte, al nacer las hordas, clanes, tribus y sectas se dio origen a seleccionar a alguien para ejercer el mando. Por aquellos siglos existía la venganza privada, conocida por los juristas de hoy como la aplicación de la ley del talión “ojo por ojo y diente por diente”, la justicia en aquellos tiempos –como ahora en algunas regiones del País-, se hacía por propia mano de quien se estimaba víctima de abusos según el caso concreto.
Tiempo después cuando se organizó el poder social, éste se encargaba de ejercer justicia, ya fuera en nombre de alguna deidad o del interés de las células, castas, linajes o cuadrillas para tener una salvaguarda y contener con ello la inseguridad, el desorden y la intranquilidad.
Por aquellos siglos nacieron los recintos de justicia y las leyes para distinguir quienes eran víctimas de hechos infamantes y delictivos, a los cuales se les conducía ante aquellos recintos de justicia, encargados de decidir, sancionar e impartirla.
Muchos de aquellos históricos recintos de justicia se malograron y decepcionaron, resultaron por ende un fiasco, debido a que las acciones populares fracasaron, ya que los gobernados hicieron ver que era indispensable contar con un medio para defenderse de los oprobios. Ese medio fue el primer cimiento para crear instituciones del ministerio público en la Roma antigua; ahí fue el génesis de una alta conciencia del valor del derecho.
Algunos viejos togados estiman que el procedimiento indagador fue el arranque de éste paso decisivo en la historia del procedimiento penal y la —persecución de los delitos–. Ojalá esto lo pudiera apreciar la Fiscalía General de la República de la Cuarta Transformación de la Nación, por ser ello una misión del Estado.
La Academia de Derecho Penal del Colegio Nacional de Abogados Foro de México, al introducirse a la historia y evolución que ha sufrido la representación social, sabe que remontarse a su origen, al desarrollo y la transformación de ésta se mantiene lo que se conoce como un Estado de Derecho. Su estudio y aplicación en ésta época política resulta de vital importancia, porque permitiría al Poder Ejecutivo del hoy o del mañana conocer el pasado; les explicaría la importancia de combatir a la narco delincuencia política y la corrupción como consecuencia de sucesos acontecidos en el neoliberalismo y, con ello ofertaría a los presentes o futuros gobernantes valiosos ejemplos y fecundas enseñanzas que les permitirían considerar un futuro promisorio para México, libre de la corrupción y narco-política, con el sólo beneficio que conllevaría el aplicar la ley.
Es cuánto.
Lic. Alberto Woolrich Ortíz.
Presidente de la Academia de Derecho Penal del
Colegio Nacional de Abogados Foro de México, A.C..