Claudia Rodríguez
La principal razón por la que hoy en día son posibles las candidaturas independientes en nuestro país, deviene del activismo incesante de activistas, intelectuales y hasta figuras de la política, en su pretensión de que se respete el derecho ciudadano a ser votado aún sin pertenecer a un partido político.
Ese derecho hoy tiene fundamento en los artículos 35, 41, 73 y 116 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, luego que fueron sujetos de reformas en el 2012 y 2014, y en los que se señala desde el poder ser votado a cargos de elección popular por la vía ciudadana y sin ser postulado por un partido político, el derecho de usar los medios de comunicación en campañas electorales y el acceso al financiamiento público y privado regulado, así como el porcentaje de firmas ciudadanas requeridas en base al total del listado nominal.
El que las candidaturas independientes tuvieran viabilidad en el espectro político electoral, no necesariamente acontece por la idea idílica de algunos de que son la única forma de capitalizar el hartazgo social y erradicar con el poder ciudadano: la corrupción, la impunidad y hasta la opacidad de gobiernos partidizados.
Las postulaciones independientes también pueden y han sido empujadas por grupos poderosos que no quieren ceder el control político, económico y financiero, para lo que utilizan, como el titiritero, la figura de independiente para sus muy particulares intereses.
Es Jaime Rodríguez “El Bronco”, quien llegó a la gubernatura de Nuevo León en el 2015 y hoy ya está en la boleta electoral de los presidenciables; la prueba más clara de cómo una candidatura independiente no necesariamente representa el interés ciudadano y el contrapeso a los partidos políticos.
Rodríguez, que hoy escribe junto con el fallo del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TRIFE) que le asegura su candidatura a la Presidencia pese a falsear y malversar información en la recaudación de firmas ciudadanas requeridas por el Instituto Nacional Electoral (INE) para avalar su aspiración sin la postulación legal de uno o más partidos políticos; escriben una de las páginas más oscuras de la vida democrática de nuestro país.
Pero “El Bronco” quien agrede verbalmente lo mismo a las niñas obesas o a las personas de la comunidad LGBT, es objeto del mejor postor.
En Nuevo León arribó a la gubernatura por la vía independiente, no por el apoyo ciudadano, sino de distintos empresarios locales que lo arroparon y todo indica que en la sucesión presidencial de este 2018, es apoyador del Revolucionario Institucional y su candidato que nada más no logra captar apoyos del electorado; lo cual también está resultando en accionar todos los planes y estrategia por más ilegales e inmorales que sean, en contra del candidato Andrés Manuel López Obrador candidato de la coalición Juntos Haremos Historia.
El parteaguas de la magia de los candidatos independientes aparece hoy en la vida política del país. Resulta que es más fácil llegar por la vía del apoyo del poder fáctico descarado, que por la ruta de la representación de la ciudadanía de a pie.
El señor Rodríguez, hoy candidato en la boleta electoral para elegir mandatario federal, la única oportunidad que tiene es concretar el objetivo de quienes lo llevaron a competir hasta el primero de julio que consiste en pulverizar el voto ciudadano; a menos que ni eso, si corre como pólvora que de independiente no tiene nada.
Acta Divina… José Antonio Meade quien compite en la carrera presidencial por la coalición Todos por México, dio la bienvenida a “El Bronco”, a la contienda.
Para advertir… Entre las candidaturas independientes y sus logros, mención aparte merece el trabajo del jalisciense Pedro Kumamoto quien ganó primero en el 2015, una diputación local ´haciendo campaña con un muy bajo presupuesto, y hoy en día con el mismo respaldo ciudadano, logró juntar las firmas para arribar al Senado de la República por la vía independiente.
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