In principio erat Verbum©
Simón Vargas Aguilar©*
“La emergencia climática es una carrera que estamos perdiendo, pero es una carrera que podemos ganar. La crisis climática está causada por nosotros y las soluciones deben venir de nosotros”. Antonio Guterres
La preocupación sobre el tema no es nueva, desde hace muchos años este factor se ha convertido en motivo de estudios, análisis, y propuestas; y claro que se han tomado algunas acciones, aunque hay que reconocer que sin mucho compromiso, inversión o intención de cumplimiento, como ejemplo más famoso tenemos el Acuerdo de París, sin embargo tan solo en 2019 las emisiones se situaron en máximos históricos.
Pero ¿la cuestión es tan alarmante como para ser considerada como un dilema de seguridad nacional? Probablemente de los primeros en exponer lo crítico de la situación fueron los integrantes de la Military Advisory Board de los Estados Unidos, un grupo de asesores compuesto por almirantes y generales retirados del Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea y la Infantería de Marina, quienes en 2007 publicaron un análisis mencionando que el cambio climático actúa como un catalizador de amenazas de inestabilidad en algunas de las regiones más volátiles del mundo, además de que las repercusiones climáticas previstas sobre el vínculo entre seguridad hídrica, alimentaria y energética se hacen más profundas; pero les preocupaban principalmente los efectos del cambio climático en sus sistemas de apoyo militar, económico, social y de infraestructuras.
El análisis generó puntos de debate que pocos habían considerado por ejemplo las repercusiones en el detrimento de la preparación militar, la puesta a prueba de la resistencia de las bases tanto en el país como en el extranjero y la limitación de la capacidad para responder a futuras demandas.
Fue así que incluso hicieron una actualización de su estudio en 2014 y la RAND Corporation, publicó el pasado marzo “Más allá del ojo de la tormenta: Elaboración de una agenda integral de investigación sobre las implicaciones del cambio climático para la seguridad nacional” ambas confirman lo complejo del tema y los diversos panoramas previstos desde 2007.
De acuerdo con la ONU, nuestro país enfrenta serias complicaciones, ya que el calentamiento global podría exacerbar las problemáticas sociales, económicas y políticas, mermando la capacidad de los diferentes órdenes de gobierno para hacer frente a los eventos climáticos extremos, a los problemas derivados del abastecimiento de alimentos y a la conflictividad social, entre otros.
El cambio climático exacerba conflictos interestatales y de inmigración, pero además, de alguna manera hasta este momento las batallas han sido libradas entre seres humanos, ¿de qué forma podríamos luchar contra la naturaleza?, ¿cómo podrían estar preparadas las fuerzas de seguridad para combatir lo impredecible?, ¿cuáles son los elementos que deben ser considerados en la preparación militar ahora que la propia Tierra se vuelve en contra?
No podemos pasar por alto que ante una severa emergencia, la civilidad suele quedar sobrepasada por la búsqueda de la supervivencia; decenas de películas, libros y publicaciones nos han mostrado el lado despiadado y atroz que sale a la luz cuando nos vemos amenazados; incluso lo mencionó el ex Secretario General de las Naciones Unidas, Ban Ki-moon: “la escasez de recursos, puede llevar al derrumbe de los códigos de conducta establecidos e incluso al conflicto abierto”.
Llevamos al menos 30 años de esfuerzos políticos y diplomáticos, pero las iniciativas y buenas intenciones no han bastado para generar cambios reales y aún nos encontramos lejos de resarcir un poco el daño que le hemos hecho al planeta, por lo que si no actuamos de inmediato, ni la adaptación o la resiliencia nos ayudarán. Actuemos con responsabilidad por el bien de nuestro querido México.
*Consultor en temas de seguridad, justicia, política, religión y educación.