La metodología de las triquiñuelas utilizadas por el negocio Verde Tucán para pasar por encima de la Ley Electoral, del INE en manos del blandengue hijo de Arnaldo Córdova y las tomadas de pelo a la ciudadanía pretextando la bandera ecológica, tiene nombre y apellido.
La repartición de millones de dólares entre personajes de la farándula y anexos el mismo día de la elección federal del 2015, para lograr que, violando las disposiciones electorales twittearan sus “preferencias” por los candidatos del Tucán, obedecen a la misma firma.
La rebeldía de la futbolera Selección Nacional de fútbol para jugar el mismo día en un partido de compromiso internacional con la casaca verde, como un mensaje subliminal para inducir el voto en favor de esa franquicia, responden a la misma iniciativa.
El cochinero de la elección local en Chiapas el domingo 26 de julio, donde El Charrito Manuel Velasco Coello saqueó las urnas, derrumbó el sistema de resultados electorales preliminares y se alzó con el santo y las limosnas, es del mismo chiquero.
El manejo impúdico de los partidos locales con registro firmado por el gobernador —“Chiapas Unido” y “Mover a Chiapas”–, propiedad de La Vicegobernadora, como llaman en esa entidad a su mamá, Leticia Coello Garrido, proviene del mismo saco.
El patrocinio impúdico a la infaltable corbata verde ecologista del impresentable Piojo Herrera, beneficiario de una carretada de dinero y canonjías por su vergonzosa campaña “Chiapasionate”, deriva de la misma caja de caudales del Estado.
La necesidad angustiosa de Manuelito Velasco de contraer nupcias —más falsas que un mofle de carro viejo—con una starlet de la farándula de plástico, aunque repite el numerito de la pareja de Los Pinos, en afanosa búsqueda de parecido y aprobación, es obra del mismo guión de guiñol.
Una boda para la portada del Hola!
Porque, en el fondo, el enlace fue promovido por la madre del gobernador, cansada de tantos díceres en torno a la figurita del mandatario, para diferenciarlo de Rafael Moreno Valle o de algún figurín priísta de la nueva onda, buscando una identidad masculina a prueba de cotilleos.
La madre del gobernador, la que lo acompaña en su formación desde los siete años en que desapareció el padre. Dicen en Chiapas que no es el poder tras el trono, sino ¡el poder en el trono!
Pobre Chiapas, sujeto en los dos últimos sexenios a chismorreos sobre inútiles y “estorbosas” preferencias de los gobernadores. A partir de que Juan Sabines empodero al valido de sus intimidades, el aprovechado Mauricio Perkins Cardoso, el dueño de su agenda, el dueño de su tiempo y de sus negocios.
Ahora, Leticia Coello Garrido, la madre del gobernador recibe diariamente de la tesorería estatal la bonita cantidad de dos millones setecientos mil pesos ¡diarios! para engro$ar sus actividades en pro de la familia chiapaneca atendida por su DIF.
Anahí Puente, la estrellita surgida del grupito rockero RBD, conocido más que en ningún otro lado, entre los proxenetas televisivos que lo lanzaron al estrellato, fue la escogida por la vicegobernadora.
Y ha cumplido su misión. Repartir dinero fuerte a manos llenas para que sus amigos del espectáculo “ayuden” a la imagen chiapaneca a través de pantagruélicos spots publicitarios en pro de los animales de circo que condenaron a muerte, a propósito de protegerlos.
Nadie sabe de la vida conyugal de los Velasco- Puente. Sólo recuerdan que su matrimonio en la iglesia de Villa de Corzo, al lado del Cañón del Sumidero, fue todo un enigma, oficiado en la madrugada de un sábado cualquiera, que pasó desapercibido a los chiapanecos, pero cuyas imágenes fueron genero$amente distribuidas al mundo occidental por la revista del corazón que es como una biblia para metecos y mexiquenses: el infaltable Hola!
En la portada de la revista del número correspondiente –impresa para el tout Mexique–, la foto oficial del enlace religioso mostraba la bravía figura de un charro engalanado con hilados de oro y plata y espuelas de Amozoc, que, enfundado, se veía más extraño que un Cristo con cartucheras o que El Chicote disfrazado de Jorge Negrete.
Los Velasco: de herencia le viene al galgo
Manuelito Velasco ha declarado siempre que su vocación política le viene del abuelo, un médico cirujano habilitado por Echeverría –no por casualidad era neurólogo– para destrozar el Estado más rico del sureste mexicano.
Durante la primera gira que Echeverría realizó por suelo chiapaneco, se asombró del proyecto piloto del neurólogo habilitado: propuso dedicar el presupuesto a construir un dirigible tipo Hindenburg para que, en vuelo transístmico trasladara personas y mercancías de Coatzacoalcos a Salina Cruz.
Por respeto al galeno, toda la comitiva guardó un silencio cómplice. Al regresar al altiplano, los secretarios del Despacho comentaron que Velasco Suárez había sido igualado por el Presidente con el célebre inventor de las tiras cómicas Ciro Peraloca.
Y es que, durante el sexenio echeverrista, plagado de ocurrencias y gente estrambótica, el genial “invento” del Doctor Velasco fue comparado, con toda justicia, con las ideas de Oscar Flores Tapia, un analfabeta coahuilense que por ese entonces también llegó a gobernador de su tierra.
Flores Tapia, envalentonado por las primicias de Velasco Suárez, llegó a proponer que se estableciera en su tierra una factoría para enlatar huevos rancheros y además, para coronar su obra, establecer la compañía transportadora de camellos del desierto.
Las ocurrencias envalentonaron también a Manuel Sánchez Vite, gobernador de Hidalgo y mandamás del SNTE, para proponer como una de las acciones del subsidiado Patronato del Valle del Mezquital, de Oscar Bravo Santos, el pulque enlatado. ¡Hasta la fecha nadie sabe por qué se truncaron dichos maravillosos inventos!
La “guerra” de los fusiles de madera
Pero Manuel Velasco Suárez vivió mucho tiempo. Murió hasta el 2001 y tuvo demasiado tiempo para hacer valer su condición de hombre fuerte en el Soconusco. Su amistad con el Obispo de San Cristóbal las Casas, su tierra, Samuel Ruiz, fue muy sólida.
Tan sólida que tuvieron tiempo de planear una revolución con fusiles de madera, que reventó el 1o. de enero de 1994, fecha de entrada en vigor del orgullo del entreguismo de Carlos Salinas de Gortari, el trillado y nefasto TLC, a escasos días del destape de Colosio.
En su celebrado libro Falapache, el escritor Felipe Moreno relata paso a paso el tejido de araña que tuvo que hacer el “primer” subcomandante Marcos, de nombre Jorge Martínez Rosillo, para devengar los generosos estipendios mensuales que Samuel Ruiz cobraba en el DF, a cargo del yerno de Velasco, Manuel Camacho Solís.
Un millón y pico de pesos mensuales, por varios años, para aprovisionar de aparatos de radiotelecomunicaciones, ropa, botas, alimentos, provisiones y rifles de madera, durante 5 meses para un ejército de 3 mil hombres que esperaría las órdenes del Comandante Camacho para alzarse en armas el primero de enero de 1994.
Todo, para alebrestar al pueblo de México, para asustar a Salinas, para que echara para atrás la decisión de haber ungido como candidato del PRI a la presidencia de la República a un sonorense que no era miembro del selecto grupo universitario de Los Toficos (¡uhm, qué ricos!).
La decisión patriótica de abandonar la SRE, libre de sueldos y estipendios del ISSSTE para ser designado Comisionado honorario y abanderar la paz en Chiapas era el señuelo para desmarcar a Camacho de la obligación constitucional de no ser parte del gabinete para poder aspirar a la mano de Doña Leonor.
Camacho llegó a San Cristóbal el 10 de enero, coincidentemente el mismo día que Colosio arrancó su campaña por La Huasteca hidalguense. Al robarle los reflectores de la prensa nacional e internacional, por atender una nota que todos creyeron seria, la campaña de Colosio nunca “prendió”.
Leticia Coello, ¿precandidata presidencial?
Tras las bambalinas, estaban las manos de los titiriteros, el agradecido suegro de Camacho, Manuel Velasco Suárez y su paniaguada eminencia, Samuel Ruiz, guerrillero de la teología de la liberación, hasta al servicio de Patrocinio González Garrido.
Todo para enderezar el dedo chueco de Salinas, que ya había apuntado hacia Colosio, desoyendo las recomendaciones de la sociedad secreta de Huesos y Calaveras, de Yale, de los Bush y Bill Clinton, que prefería al traidor Zedillo.
Como en política siempre triunfan los infidentes, los traidores y los lamesuelas, se fraguó el asesinato de Colosio que –nadie sabe para quién trabaja– benefició al inútil de Zedillo.
Queda El Charrito Velasco, un hombrecito de caricatura, más desvalido que un condenado.
Lo exhibe, desde luego, la grabación del video al pobre candidato del PAN a la alcaldía de Tuxtla Gutiérrez, recibiendo dinero, enviado por la vicegobernadora, a unos días de la elección, dio resultado: salvar en el último momento –con 800 votos– al abanderado del Verde, Castellanos Cal y Mayor, favorito del hijo de La Vicegobernadora.
Y todavía a alguien se le ocurrió que fuera tránsfuga del Verde para hacerlo candidato del PRI a “La Grande”. Todo un contrapeso, un trabuco para los infelices que coquetean con la posición en el mismo equipo.
Así estarán las cosas en el establo priísta que la ocurrencia de integrar a la famélica canallada a este mequetrefe de tres al cuarto, ¡ha puesto a temblar a dos que tres “tapados”!
¡…utísima! ¡Y se casó de blanco!
¿O será que quieren que quien vaya a gobernar a todo el país sea la señora madre de El Charrito?
Índice Flamígero: Menudo problema para el gobierno veracruzano que encabeza Javier Duarte de Ochoa ha significado el artero asesinato del fotoperiodista Rubén Espinosa y cuatro mujeres en el DF. La indagatoria a cargo de la Procuraduría de Justicia de la capital nacional deberá ser esclarecedora. + + + Feliz, la yucateca Ivonne Ortega. Ya le dijeron que ella va a presidir la Cámara de Diputados desde el próximo septiembre y hasta el siguiente agosto. Después… Después nadie sabe, pues dicen que con ese “premio” su carrera política llegará a buen fin. + + + Y ya se logró el cometido: El Bronco ya aparece en las encuestas presidenciales. Tiene muy buenos patrocinadores.
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