La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Así las cosas, querrá construir un muelle para yates en los Lagos de Xalapa
En términos prácticos, el enriquecimiento ilícito, consiste en no poder acreditar la legitimidad en el aumento del patrimonio, la legítima procedencia de los bienes que se posean o, de aquellos respecto de los cuales, se conduzca como dueño un servidor público.
Es decir, no se deben adquirir bienes cuyo costo total sea superior al salario reportado o, en su caso, aclarar que se compraron por medio de un crédito o fueron donados.
El título cuarto de la Constitución Política, así como, el Código Penal Federal en su artículo 224 y la Ley General de Responsabilidades Administrativas, norman lo relativo a esta materia. No omitimos decir que, hay sanciones graves como la inhabilitación y/o la cárcel.
Viene a cuento lo anterior, porque la zacatecana, Rocío Nahle, candidata a gobernadora de la coalición ‘Sigamos Haciendo Historia en Veracruz’, presuntamente adquirió, junto con su esposo, José Luis Peña (jubilado de PEMEX, con una supuesta pensioncita de 100 mil pesos), una serie de propiedades que no se corresponden con los ingresos que reporta en sus declaraciones patrimoniales (las cuales son públicas).
Por ejemplo, en su declaración de enero de 2019, la señora Nahle señaló que únicamente poseía un vehículo modelo XTRAIL 2016 y dos bienes inmuebles; uno fue ingresado a su patrimonio por donación con un valor de $868,860.00 pesos y el segundo, consiste en una casa con un valor de $40,000.00.
Sin embargo, en su declaración patrimonial de conclusión (no está de más precisar que, falsear la declaración también es delito), presentada el 11 de diciembre de 2023, reporta bienes por un total de 4,468,860 pesos, siendo que su sueldo era de $104,346 pesos mensuales. Hay que mencionar, que la aludida tiene dependientes económicos directos y, es de fama pública, que le gusta vestir con ropa y accesorios de alta gama (Vuitton, Cartier, Prada, etc.), por lo que, dicho salario, no alcanza para todo ello. Pero, hay otros senderos para hacerse de más bienes.
Para trata de evadir la ley, existe el recurso de habilitar un prestanombres, justamente, es el mecanismo utilizado para la ‘casita’ del fraccionamiento El Dorado, ubicado en la Riviera Veracruzana, municipio de Alvarado.
Así pues, el inmueble, con un valor real aproximado de 50 millones de pesos (1500 m2 de construcción más o menos), está a nombre de Maribel Hoyos Peña (joven mujer, hija de la hermana de don José Luis), quién compró el terreno de 737 m2, a un costo de $4,970,000.00 según lo declarado, aunque el precio real es de más de 10 millones de pesos. La escritura del predio es la número 4053 del tomo 75, con fecha 25 de agosto del 2020, realizada en la Notaría Pública número 53 de Cotaxtla, de acuerdo a lo informado por el valiente ciudadano, Arturo Castagné Couturier, en su cuenta de X @acastagne.
Pero eso no es todo, el acaudalado matrimonio, obtuvo otro terrenito en el exclusivo residencial, ubicado en la Isla 8, número 15 de la avenida principal, con una superficie de 555 m2. Para esta operación, no hicieron la pantomima del prestanombres, ya que, firmó como comprador, José Luis Peña y pagó en efectivo $3,746,250.00 pesos (otro rey del cash), aunque el precio en mercado es más de siete milloncitos. Subrayamos que, nada de lo aquí expuesto, ha sido desmentido y mucho menos aclarado, sólo dijeron que la casa ‘era rentada’, o sea, sí vive ahí.
Hasta aquí, la conclusión obvia, radica en que el clan Nahle no puede justificar la legítima propiedad de sus inmuebles con base en sus ingresos, además, seguirán saliendo más propiedades, como los ranchos que el mismo José Luis Peña, dijo que poseían en Veracruz y Tabasco. ¿Qué dirán el patrón y la patrona de las conductas de su candidata pródiga?
Posdata: Tuvimos que ser menos breves, el hecho lo amerita, gracias.