En México, el consumo de alcohol y drogas entre adolescentes se ha intensificado alarmantemente en los últimos años, especialmente en la transición de la primaria a la secundaria, con una creciente influencia de las redes sociales en las decisiones de consumo.
José Castrejón, médico especialista y director del Centro de Estudios Monte Fénix, alertó que el fenómeno es preocupante, con un notable aumento del consumo de sustancias entre adolescentes, especialmente menores de 12 años. “Estamos ante una dinámica muy riesgosa en el mundo actual, ya que a pesar de la prohibición en la venta de alcohol a menores, ahora las sustancias ilícitas se comercializan a través de las redes sociales”, explicó Castrejón. Además, destacó la creciente popularidad de sustancias como las anfetaminas, metanfetaminas y el fentanilo, mucho más peligrosas que las drogas tradicionales como la marihuana y la cocaína.
Según el especialista, las redes sociales juegan un papel central en este fenómeno, ofreciendo plataformas para la promoción de drogas y alcohol, lo que ha llevado a que la edad de inicio en el consumo se haya reducido. “La mitad de las adolescentes a partir de los 12 años ya toman alcohol, al igual que los hombres, y por cada siete adolescentes que prueban drogas, tres son mujeres menores de edad”, detalló Castrejón. Este panorama resalta la necesidad urgente de intervenir para prevenir el acceso de los jóvenes a estos productos.
El consumo de alcohol, por su parte, es responsable del 40% de las muertes de jóvenes entre 15 y 25 años por accidentes automovilísticos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Adicciones del Inegi, la principal causa de siniestros viales en este grupo etario es el consumo de alcohol. La situación empeora por el impacto cultural, las modas y los problemas de salud mental derivados de la pandemia de Covid-19, que han incrementado la vulnerabilidad de los adolescentes al consumo de sustancias.
En respuesta a esta crisis, el Centro de Estudios Superiores Monte Fénix (CESMF), con más de 30 años de experiencia, ha reforzado su compromiso de ofrecer apoyo a personas afectadas por adicciones. Con un enfoque en el desarrollo humano integral, la institución trabaja tanto con pacientes como con sus familias para mejorar el pronóstico de recuperación. “Nuestro enfoque está basado en la investigación y la actualización constante, asegurando que nuestros programas sean de vanguardia en el tratamiento de adicciones”, afirmó Castrejón.
La importancia de involucrar a la familia en el proceso de recuperación es otro de los pilares en los que se basa el CESMF, lo que garantiza una recuperación más eficaz y sostenible. La institución también ha formado a más de 12 mil personas a lo largo de sus tres décadas de trabajo, consolidándose como un referente en el tratamiento de adicciones en México.
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