Diario de un Reportero
Ramsés Ancira
Cuando me mandaron foto de la página 383 de un libro llamado Los futuros de la salud en México 2050, que a la letra dice “Hacia el año 2020 se introduce en México un nuevo virus de alta letalidad para el que no existe cura conocida. A pesar de las restricciones en su transmisión (muy corta vida en condiciones ambientales normales), se estima que a causa de él fallece cerca de medio millón de personas. Sin embargo, luego de varios meses, las medidas preventivas introducidas permiten controlar la epidemia”. Como aparecía publicado en 2010 creí que se trataba de una de las recurrentes “fake news”, o noticias falsas.
Empecé una búsqueda exhaustiva en internet. De inmediato encontré la comprobación de la existencia real de la obra. Aparece en la lista de libros de Google. Encontré que el tomo tenía un total de 502 páginas, lo que resultaba congruente con la predicción en la página 383. El libro no está digitalizado.
Luego vi tres o cuatro revistas científicas, pero solo se podían descargar dos páginas en PDF, en una de estas advertía: “La imaginación no es un privilegio, es un derecho que debemos ejercer para proponernos un mundo mejor. Ante todo, debemos recordar que ese futuro (cualquiera que sea) no lo viviremos nosotros, lo recibirán nuestros hijos como una herencia que podrán disfrutar o padecer dependiendo de las decisiones que la sociedad tome en el presente”.
Cierto, ese “presente” fue hace 10 años, pero a pesar de que la advertencia fue hecha en el último tercio del sexenio de Felipe Calderón y de que el libro fue publicado por el Consejo de Salubridad General, ninguna autoridad lo tomó en cuenta.
Todavía con reservas de la veracidad de la predicción, al final encontré una página de Internet para mi èdesconocida, enpareja.com, que citaba una entrevista realizada en Radio Fórmula por Ricardo Rocha:
«Ellos se basaron en estudios de la evolución cuantitativa de los indicadores de la salud, su ambiente y entorno.
“Durante dos años, antes de la publicación del libro -en 2010-, estudiamos la evolución cuantitativa de todos los indicadores de la salud, de su ambiente y entorno. (Después) consultamos a un grupo cercano a los 900 expertos en temas de salud, para preguntarles qué cosas podrían ocurrir en los siguientes años en el campo de la salud”, detalló Antonio Alonso Concheiro».
El médico explicaba que no se trata de una predicción astrológica, un acto de magia o una corazonada “En el caso del coronavirus no es ni ha sido un caso raro porque ya se tenía el antecedente del SARS que ocurrió en 2002 y cuya versión del medio oeste había aparecido unos años antes”.
Finalmente encontré el audio de la entrevista de Rocha y ahí Alonso Concheiro predice con bases científicas que falta la expansión del virus en países como Rusia, la India y Pakistán, que tienen poblaciones muy importantes, lo cual provocaría un re brote del coronavirus si la curva ascendente en Asía coincide con el frío en Europa. El virus permanece activo más tiempo en clima fresco, más o menos como ocurre con muchos alimentos orgánicos en el refrigerador.
Pero lo que más me preocupa, dijo el presidente del capítulo iberoamericano de la Fundación Mundial de Estudios del Futuro, es la crisis económica que vendrá, con más gente sin empleo va a aumentar el número de robos y el número de crímenes en las calles.
Yuval Noah es un historiador que sabe que el futuro se construye en el presente, en su libro Lecciones para el Siglo XXI, publicado en español por la editorial Debate sostiene: “Un nuevo modelo, que despierta cada vez más interés, es la renta básica universal. La RBU propone que los gobiernos graven a los multimillonarios y a las empresas que controlan los algoritmos y los robots, y que utilicen el dinero para pagar a cada persona un salario generoso que cubra sus necesidades básicas. Esto atenuaría la pérdida de empleo de los pobres y sus problemas económicos, al tiempo que protegería a los ricos de la ira popular”.
Es la voz más que autorizada, no de adivinos, sino de científicos que hacen estudios de prospectiva.
Porfirio Muñoz Ledo, el menos morenista de los diputados informó: “He firmado una Iniciativa de la presidenta de la Cámara de Diputados, Laura Rojas, por la que todos los mexicanos tendrían derecho a una renta básica universal equivalente a un salario mínimo que los proteja, comenzando por los más pobres”.
Se van a jalar de los pelos los que sostienen que el gobierno de López Obrador “mantiene huevones”, pero estemos de acuerdo o no con el presidente de México, perdonen la expresión, “con esta mula nos tocó arar”. Los que están viendo la tempestad y no se hincan, o hacemos algo hoy, o la post epidemia será apocalíptica y los primeros que van a sufrirla son los que más tienen. Es tiempo de unidad porque el futuro se construye en el presente.
Lo que se prospecta en el libro Los futuros de la salud en México 2050, no se refiere nada más al virus, dice que una población mayor de 65 años, antes de 2035, necesitará de más médicos geriatras, además podría prevalecer una sociedad depresiva ante las carencias, y sabemos que la depresión nos inmoviliza.
Por su parte Yuval Noah dice que la tecnología va a dejar sin empleo a millones de obreros. ¿Para que necesitaremos a las costureras de Vietnam, Ciudad Juárez o Bangladesh, si podremos hacer el pedido de una camisa y confeccionarla en una impresora 3 D, en Nueva York, o incluso en nuestra propia casa? El 4 de mayo China anunció que implantará la moneda digital, con lo que los petrodólares o la dolarización mundial de la economía podrían desaparecer.
Combinando la prospectiva de Noah, con la de Alonso Concheiro y Enrique Ruelas Barajas ¿Qué va pasar con las personas mayores que no se adapten a las nuevas tecnologías? ¿Qué va a ocurrir con los jóvenes que no tengan educación tecnológica cuando se supriman todos los oficios repetitivos o no especializados, como los de los médicos generales, cuyo diagnóstico clínico podrá ser realizado por un reloj inteligente que tomará nuestros signos vitales?
No, la caída del muro de Berlín no provocó el fin de la historia, pero el coronavirus y la revolución digital nos van a imponer una nueva normalidad, en la que no pueden quedar fuera ni los débiles, ni los ancianos, porque entonces lo que se va a acabar no es el capitalismo, sino el mismísimo homo sapiens.