DE FRENTE Y DE PERFIL
RAMÓN ZURITA SAHAGÚN
Conforme crecen los contagios por COVID, se conoce la presencia palpitante de tal bicho en el cuerpo de los personajes conocidos como “corcholatas”, bautizadas así por el propio Ejecutivo federal, para señalar a los prospectos con que cuenta la Cuarta Transformación para continuar por uno o varios períodos de gobierno más.
Pareciera ser la presencia de un mal fario que ataca por órdenes de los conservadores, de los neoliberales o simplemente de aquellos que fueron catalogados como enemigos de la patria.
Algunos otros supondrían una respuesta del cielo por los ataques del propio Presidente a las Iglesias o a varias de las muchas religiones existentes, pero tampoco lo es y en mucho tratan de frenar la exposición de las “corcholatas” seleccionadas.
La razón es muy simple, los personajes en cuestión, mujeres y hombres, les ha dado por aparecer en mítines y concentraciones masivas, olvidando que hay restricciones y que la pandemia no ha cesado, con todo y que por decreto se dio por finalizada.
Y es que el bicho no respeta jerarquía ni siquiera está enterado que está atacando con fuerza a los próceres de los que pudiera salir el siguiente Presidente de México o la Sra. Presidenta, por vez primera en la historia nacional.
El contagio de COVID ataca nuevamente con fiereza a la población mexicana y los poderosos hombres y mujeres de la actividad política no podían quedarse al margen. Ni siquiera el único aspirante presidencial de MORENA que no cuenta con el beneplácito presidencial de ser considerado como parte del grupo de “corcholatas”.
En semanas recientes los contagios aumentaron en el país, la ola expansiva va creciendo y los casos que requieren hospitalización en rápido crecimiento.
Primero fue el senador Ricardo Monreal, coordinador de los legisladores de MORENA el que contrajo el mal, en los inicios de esta nueva ola expansiva. Unas cuantas semanas después la jefa de Gobierno de la CDMX, Claudia Sheinbaum, fue víctima reincidente, provocado la transmisión, tal vez, en la concentración de Toluca, la misma que pudo haber afectado al secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, quien estuvo en el mismo evento y se conoció su contagio casi inmediatamente después de que su compañera de partido.
Los dos Claudia y Marcelo ya habían sido atacadas por el bicho en el pasado no tan lejano, como también le ocurrió al secretario de Gobernación, Adán Augusto López, quien fue uno de los primeros hombres del poder en sufrir el ataque del virus.
Apenas se conocía el recogimiento determinado por las autoridades federales a finales de marzo, cuando se supo que el entonces gobernador de Tabasco, manifestaba los síntomas del llamado COVID19.
Sin embargo, el que se lleva las palmas, pero por su irresponsabilidad es el Embajador de México en Estado Unidos, Esteban Moctezuma, quien también por segunda ocasión presenta los síntomas de COVID. La irresponsabilidad del diplomático se manifiesta en que ya con los síntomas acudió el jueves pasado a la inauguración de las oficinas de la central obrera de Pedro Haces en la capital estadounidense, sitio en que se encontraban un centenar de personas, incluido el propio Pedro y sus invitados con los que el Embajador convivió por un buen rato. Por cierto, que éste nuevo contagio, posiblemente, le impedirá acompañar al Presidente López Obrador en su entrevista del próximo 12 de julio con el Presidente Joe Biden.
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¿Saña, venganza política o advertencia para él y otros? Así se define la acción de cateo ejecutada por la Fiscalía de Campeche en una propiedad del dirigente priista Alejandro Moreno Cárdenas. Los ministeriales llegaron con lujo de fuerza y rompieron la puerta de ingreso con un ariete, llevando la orden de cateo. El mensaje fue claro, actuaremos con todo lujo de fuerza, sin importar las formas. El propio presidente del PRI advirtió que no se dejará amedrentar. Para contrarrestar esto el político priista acudirá a organismos internacionales a denunciar la persecución que se hace en su contra.