La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Carisma o no carisma…esa es la cuestión
Algunos estrategas electorales, consideran que, la oposición, debe jugar con los mismos elementos tácticos que los empoderados morenos, es decir, si el presidente López Obrador, se decanta por Claudia Sheinbaum como candidata presidencial para el 2024, la respuesta consistiría en que, la presunta alianza PRI-PAN-PRD, también postule a una mujer.
Para el caso de Veracruz, hay una circunstancia similar. Así pues, de lograr Rocío Nahle, a quien se le ha complicado el panorama, alzarse con la candidatura a la gubernatura, la triada opositora tendría que ponderar designar a una señora. Ojo, tanto el país como la entidad, jamás han sido gobernados por una presidenta o gobernadora.
En este contexto, la alcaldesa de Veracruz, Patricia Lobeira Rodríguez, se ha convertido, por méritos personales, en una aspirante viable para el 2024.
Llegó como edil de la Cuatro Veces Heroica, por una serie de imponderables que la pusieron en la palestra a pocos días de la jornada electoral, en esos momentos, era la esposa del candidato defenestrado (Chiqui Yunes), que entraba al relevo sin experiencia previa.
Es muy probable que, su paso como presidenta del DIF de Boca del Río, le haya permitido desarrollar la soltura necesaria para conducirse con la ciudadanía, sin embargo, en los círculos de encuestadores de la CDMX, comentan con asombro, por la rapidez del fenómeno, que doña Pati Lobeira dejó de ser la ‘mujer de’, para adquirir su propia personalidad política, situación que la ha mantenido por un buen lapso de tiempo, como la alcaldesa más popular de México.
Todavía falta para decidir, pero, sin duda, la susodicha ya se encartó y la forma imprevista en que llegó al cargo, quizá sea su plus: no se trata de las y los mismos de siempre.