Redacción MX Político.- Todo mundo quiere un pedacito de paraíso en México. Hace más de un siglo, para los LeBarón ese lugar estaba cruzando la frontera hacia el sur de Estados Unidos, ahí podrían profesar la religión como querían, tener familia, cultivar la tierra y una casa en la sierra con atardeceres espectaculares.
Alex LeBarón cuenta que ese paraíso, por el que su comunidad ha trabajado por generaciones, se ha teñido de grises desde 2009 y de rojo desde el pasado lunes 4, cuando nueve miembros de esa comunidad fueron asesinados en lo que el entrevistado considera “un acto de terrorismo contra civiles desarmados, mujeres y niños indefensos, en dos actos diferentes”, cometido en el poblado de La Mora, municipio de Bavispe, Sonora, según informó apro.
Rhonita Miller salió con Dawna y Christina Langford de La Mora, donde viven poco más de 200 miembros de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, fundada por el profeta Joseph Smith Jr. en 1830.
Dawna Ray y Christina se dirigían a la comunidad de Madera, en Chihuahua, donde miembros de sus familias los recibirían, mientras que Rhonita, o Nita, como le dice su familia, se dirigía al aeropuerto de Phoenix para recoger a su esposo procedente de Dakota. Posteriormente se reunirían en la colonia LeBarón.
La vía de terracería donde fueron atacadas “era un camino que seguían con regularidad”, explica Adrián LeBarón, padre de Rhonita, quien con voz cortada lamenta no haber estado con ella: “Venían a vernos, debí decirle que no, que se quedara”.
Historia centenaria
Hace más de 100 años los seguidores del profeta Smith, quien instauró su iglesia en Salt Lake City, Utah, comenzaron a huir de Estados Unidos por las persecuciones de las autoridades contra las iglesias que permitían la poligamia.
Los LeBarón y otras familias mormonas de apellidos Langford y Johnson “fueron recibidos con los brazos abiertos durante la presidencia de Porfirio Díaz, en una política humanista de libertad y de derecho a practicar la religión que quisieran”, explica Alex LeBarón.
Entre los colonos que dejaron Estados Unidos estaba Miles Park Romney, bisabuelo del senador republicano por Utah y candidato presidencial en 2012, Mitt Romney.
“Les dieron todos los derechos como mexicanos –continúa Alex–, se asentaron en la zona de Dublan, lo que hoy es Nuevo Casas Grandes, y en la zona arqueológica de Paquimé; desde entonces esas familias fueron creciendo y conviviendo.
“Con el paso de los años también empezaron a disentir entre sí, por cuestiones de crecimiento o diferencias entre familias. Comenzaron a buscar otras poblaciones, algunas más las perdieron, y entre ellas se fundó la colonia Juárez en Nuevo Casas Grandes, otras en la sierra de Chihuahua… y las de los LeBarón en 1940.
“LeBarón es un término genérico porque todos estamos entrelazados, de ahí que haya mezclas de Langford y Johnson con LeBarón en Chihuahua, Sonora, Baja California y Quintana Roo”, dice Alex, primo de Rhonita Miller y del activista Julián LeBarón.
Y lamenta que la prosperidad de la colonia, conseguida con mucho trabajo, se haya “opacado por el tema del crimen organizado, por el control que han tenido en ciertas regiones”.
Las rancherías de las familias mormonas en México destacan por sobre el panorama de pobreza y poca infraestructura de los municipios a los que pertenecen. Pero ese es el fruto, dice Alex, “del trabajo desde abajo, de la pobreza en la que vivieron nuestros abuelos y de lo mucho que lucharon por tener algo”.
jvg