Por: Billie J Parker Méndez
Debo confesar que al conocer la sede del debate (Tijuana B.C.) se despertó mi alerta interna, mi memoria emocional y la respuesta fue inmediata. Se me contracturó hasta el alma. Decenas de recuerdos se agolparon en mis ojos, atorándose en la garganta.
Era un miércoles 23 de marzo de 1994 y estrenaba el noticiero de las 18 horas en el IMER. Era mi presentación ante la audiencia de la W Radio. La experiencia me dejó marcada.
Ese día asesinaron a Luis Donaldo Colosio. Se supo después que siendo las 17:12 de la tarde, hora del Pacífico, 19:12 hora de la Ciudad de México, en Tijuana mentes y manos cobardes, le arrebataron la vida al candidato Presidencial del PRI.
Pero en ese momento el control de la información para no dejar pasar la noticia del crimen fue implacable, pese a que la radio era mucho más flexible. No había redes sociales, apenas teléfonos celulares como ladrillos. Los cables consignaban que le habían dado de tomatazos, luego admitieron una pedrada y más tarde el silencio. El tiempo de la confusión.
Horas de estar repitiendo el mismo cable al micrófono, sola en la cabina, sin información porque la redacción se inmovilizó. Los compañeros solo veían la televisión azorados suponiendo lo que sucedía. Los directivos en el área de noticias, también frenados.
Así horas de incertidumbre y dolor, de angustia, de quebrante anímico y sin posibilidades de notificar la verdad. No soltaban el video, el flujo de información parado. Se sabría más tarde que la lesión era letal y lo declararon muerto a las 19:45 sin hacerlo oficial. A las 20:47 Liébano Sáenz, secretario de información y propaganda de la campaña, daba a conocer la noticia al mundo. Minutos después lo confirmaba, en red nacional, el Presidente Carlos Salinas. México se vino abajo. Lo demás es historia conocida.
Con esas emociones seguí pasó a paso, la llegada y estancia de los candidatos en Tijuana este 2018. En especial de Meade, candidato del PRI, y de AMLO de MORENA. Verlos aparecer en el set preparado para el ejercicio de contraste de ideas, fue un bálsamo.
DEBATE SIN MUJERES
Ahí estaban los debatientes, ya sin Margarita Zavala, la única mujer en la boleta como candidata independiente.
Un “ejercicio inédito, presumió el INE, el público presente marcaría la dinámica del mejor debate en la historia. “Deja vu” con aquella frase de un político yucateco en 1994, que se me grabó cuando me dijo que el evento en Lomas Taurinas seria “el mejor mitin” para Luis Donaldo. Parte del complot que denunció Diana Laura, la viuda de LDC.
El primero que llegó a Tijuana fue José Antonio Meade, acompañado de su esposa Juana Cuevas. El último, y 40 min después de lo programado, Andrés Manuel López Obrador, quien esta vez aceptó ensayar. Suponemos ahí nació la “amloiña”, gesto corporal para cuidar su cartera y frenar cualquier ataque del adversario.
Debate enmarcado por tempranos rumores de una presunta presión presidencial para que Meade no se deslindara de Peña Nieto. De los presuntos jaloneos con gobernadores para evitar que AMLO llegué a la silla Imperial, además del ruido que Margarita se pronunciaría otorgando su voto a uno de los candidatos.
Al inicio del debate esta vez todos se saludaron. Los candidatos se desplazaban cómo en un palenque de gallos. En la primera réplica Meade saca su talante de gladiador y cuestiona a AMLO. López Obrador no responde y advierte que no caerá en provocaciones. El Bronco, único independiente declara estar dispuesto a expropiar Banamex.
El moderador empieza a cortarles las respuestas a los candidatos. Provoca asombro en los televidentes. Los egos afloran, la tensión aumenta.
Anaya lanza su primer golpe a las 21: 55 y lo ataja León Krause. Incomoda su intento de ser el protagonista. Anaya lo domina. Meade pide réplica y refuta la “bravuconeria” de Anaya en el tema del trato a Trump.
Ricardo Anaya se le pone enfrente a AMLO cuestionando su ejercicio de gobierno, quien, se cubre el cuerpo cruzando los brazos diciendo que debe cuidar su cartera. El golpe del panista se diluye ante las risas.
En otra réplica López Obrador llama mentiroso al joven maravilla, empieza a enojarse. “Estas acostumbrado a mentir”, “mentiroso y farsante”, le espeta. Revira Anaya -“quien es un farsante eres tú Andrés Manuel”-. Amlo se queda sin tiempo. Y así las dos horas de arañazos verbales.
Para entonces el tono y protagonismo de León Krauze había bajado y subido la de Yuriria Sierra, quien jamás cedió a las indicaciones del productor, como si lo hizo su compañero. Estaban para mostrar los claroscuros de los presidenciables. Las preguntas ciudadanas reiterativas. La moderadora de Imagen robó el show, calló a Anaya y a Meade mientras daba manga ancha a AMLO, denunciaban en redes.
Cuando pregunta a los contendientes sobre su propuesta para acabar con la trata de mujeres y niñas, a los candidatos no les movió el vergonzante tema del feminicidio y trata. Sus respuestas indolentes. Llegó el gran tema de como combatir el crimen organizado fronterizo. Y también exiguas propuestas.
López obrador sin argumentos; Anaya con argumentos prefabricados. Meade creció su desempeño en la forma, pero sin campanazo. El Bronco se desdibujó. Lo que se observa es un emparejamiento en las preferencias electorales y todos intentan conquistar a los indecisos. Seis de cada 10 no están convencidos por AMLO y es ahí donde Anaya y Meade ven su oportunidad.
El “Ricky Rickin canallin”, se tornará un clásico. Alivió el abrazo que el Bronco le pide a AMLO ofrezca a sus adversarios. Las descalificaciones y las estampitas sin abrir, evidenciaron que no todas las cartas están en la mesa.
No profundizaron en el principal problema de México, que es la plutocracia y sus nexos con los poderes fácticos, donde el vulgo acusa, todos están insertos, lo que explicaría la omisión.
El tercer debate será el próximo 12 de junio en Yuctán, no tendrá público presente y anuncian innovación para que México pregunte. La última cumbancha y el deseo es que un estallido social no ensombrezca el 1 de julio.
bj.parkerm@gmail.com
20 MAYO 2018