Hace décadas que se ha sabido que las potencias controlan el natalicio de cierto tipo de poblaciones para evitar que sobrepasen la propia. No es nada nuevo. Lo hicieron los egipcios con los judíos hace más de 5 mil años y con un halo de “buenas” intenciones, la norteamericana Margaret Sanger fundó la clínica Planned Parenthood.
Pero claro, quién puede oponerse a ofrecer ayuda a personas que por pobreza no pueden permitirse ser padres. En ese orden de ideas esa organización ha “ayudado” anualmente a millones de mujeres en los EUA a terminar con embarazos no deseados. Lo interesante y natural es que por la pobreza las clínicas hayan estado instaladas principalmente en barrios de raza negra. No podemos pasar por alto que la fundadora y sus hermanas fueron promotoras de derechos femeninos y de acceso a la salud para millones, popularizando la expresión Control Natal, pero tampoco se puede pasar por alto que su idea de raza era clara.
Como ella misma lo dijo en su autobiografía, fue impulsora del llamado “Negro Project” y oradora de honor en asambleas del KKK antes de que están fueran prohibidas, su visión era poder controlar el desarrollo racial por medio de la Eugenesia. Como ella lo dijo “la gradual supresión, eliminación y eventual extinción de cosas defectuosas, esas hierbas malas humanas, que amenazan al florecimiento y refinamiento de la civilización de América”.
Claro ella, además de ser ejemplo y pionera en el tema del control natal, también fue ejemplo y pionera de la idea de una supremacía racial por el medio del control natal y genético inducido, que ahora se ha vuelto natural y casi obligatorio por razones de salud global. Me llama la atención que esta mujer haya tardado 100 años en ser expuesta con sus penas y glorias, es decir que su legado de racismo en contra de la raza negra, se haya mantenido casi en secreto cuando ella era muy vocal al respecto.
Irónicamente su militancia política e ideológica le mantuvo como una heroína del movimiento de izquierda en EUA hasta el 2021. Gracias a Margaret hay importantes avances en favor de todos los que buscan control natal económico o gratuito en ese país. Pero las razones de ella fueron raciales y eso se mantuvo muy oculto a pesar de haber sido un medio efectivo de control racial que afectó y aún afecta el desarrollo de una comunidad por razón de raza con el pretexto de razón económica.
Se convenció a una parte importante de la población de mejor no tener hijos para así no tener que preocuparse por progresar económicamente. No parce ser mala idea, mejor dar mucho a un hijo que poco a dos. Pero ¿qué pasa cuando de un hijo, la reproducción p pasa a cero hijos? Margaret era militante de la Izquierda norteamericana pero sus ideas buenas y malas, fueron usadas por la izquierda y la derecha. El éxito de la propaganda es tal que del 100% de los abortos legales en los EUA, 30% son blancos quienes representan más del 50% de la población y 39% de los abortos son de raza negra cuando esta representa menos del 15% de la población. En ese país hay más de 800 mil abortos al año lo que es un gran negocio para la industria de las partes de nonatos y como se ve fue un éxito para la visión de Margaret.
Hasta la fecha, la empresa que ella fundó, Planned Parenthood, sigue siendo la entidad privada que más dinero recibe del gobierno de EUA para la llamada atención a la salud reproductiva, incluida recientemente la llamada afirmación de género para menores que desean cambiar de sexo. Nada mal para la selección racial si es que sus principios aún están en práctica.
Otro ejemplo del control natal por razones de estado nos lo dio China, que mandataba la reducción de natalicios, lo que ayudó a bajar su población y que en consecuencia generó un mercado laboral y migratorio clandestino. Durante los años 80´s en ese país, las parejas que tenían más de un hijo eran sancionadas, debían abortarlo, donarlo al estado o simplemente mantenerlo oculto sin derechos laborales ni sociales, lo que permitió una mano de obra muy económica por décadas de la que se benefició China y Occidente al recibir productos muy económicos. En los primeros años de la década del 2000, la política se elevó a dos hijos con derechos. Irónicamente y debido al terrible decrecimiento poblacional, el actual líder Xi Jinping ha levantado las restricciones y desde el 2021 las familias de ese país pueden tener hijos sin temor a ser sancionados.
El Nuevo Orden Mundial y su política de natalidad y reproducción sexual. En occidente se está desarrollando una nueva política de control natal, ahora enfocado en la cultura occidental misma que es demasiado exigente y por ende difícil de controlar. Los nacidos en Occidente demandan libertades, comodidades y otros beneficios como la democracia y la libertad de expresión, que son dolores de cabeza para las élites.
Los líderes de occidente están promoviendo de manera casi coercitiva por adoctrinamiento, la reducción natal a pasos acelerados de sus connacionales, lo que contrasta con la política poblacional de Japón, Austria, de China, de Arabia y de muchas otras zonas del planeta, en donde están dispuestas a seguir diseminando su cultura y sus tradiciones, buenas o malas. Las nuevas generaciones de Occidente y en especial los que tienen acceso a las redes sociales están cada día más convencidos de no tener ni un hijo. Es decir, la mente de estos jóvenes ya no está programada con la idea de supervivencia de su especie.
Más aun, para muchos de ellos, si los encierran, enmascaran y dejan a vivir en la realidad virtual, tal vez sea mejor. Los jóvenes con condiciones mucho menores que las de sus abuelos o sus padres se niegan a tener hijos, prefieren hacer su vida y heredar la casa de sus padres o incluso regresar a ella para sacarlos, mientras que los de zonas más populares siguen procreando y aún tienen un sueño del crecimiento social y económico.
La salud mental utilizada para bajar la natalidad. Cuando la población está deprimida y piensa que las cosas no irán mejor, tienden a bajar sus deseos de reproducción. No es raro que durante grandes problemas sociales los jóvenes perciban como una mejor opción el no tener hijos. Insisto, la decisión puede estar basada en propaganda más que en realidad informativa y ahí es donde radica la coerción.
Los grandes empresarios y políticos de occidente han acordado que ellos pueden usar jets privados, comer de todo, tener muchos hijos y claro, derrochar. Pero eso no es sostenible para todos. Por eso y para evitar presiones sociales que les demanden ser menos voraces o que cuando menos sean más eficientes, es mejor bajar la población de estos habitantes que nos demandan igualdad por vivir en democracias.
Así la decisión de tener hijos está siendo afectada por propaganda institucional como lo fue en Egipto en contra de los judíos, en EUA en contra de los negros o en China en contra de sus propios connacionales, que con el uso de datos mixtos incentivaron a los jóvenes para inhibir o de plano cancelar el deseo natural de tener descendencia. Siempre ha habido personas que desean no tener hijos, pero esto ha sido una minoría y por razones muy personales. Ahora parece ser una moda occidental.
Elon Musk promueve que las familias sigan teniendo hijos, esto es un franco contraste con lo que promueve Bill Gates. Ambos dicen que el futuro de la humanidad está en riesgo. Ambos tienen varios hijos, ambos comen lo que desean, pero solo uno de ellos nos dice que él puede hacer lo que otros no, mientras que el otro nos incentiva a procrear.
La historia nos ha indicado que el control político y social es la principal razón por la que se da el control natal compulsivo para una población determinada. Es decir, cuando se pasa de una decisión libre e informada a una decisión impuesta por coerción directa o indirecta. Y esta vez no será la excepción. Como nota informativa, esta semana se dio a conocer que los tres primeros enfermos de Covid19 eran científicos del laboratorio de Wuhan China, pero se insiste en que la pandemia no salió por accidente de un laboratorio que desarrolla armas bioquímicas que además estaba patrocinado por recursos de los EUA en colaboración con China.
Las razones para frenar el crecimiento poblacional pueden ser correctas pero los fines y los caminos pueden ser incorrectos, como lo fue la razón de Margaret al fundar la organización que más ha ayudado a suprimir la explosión demográfica de la raza negra en los EUA. Japón, Corea del Sur, Austria, Kuwait, Arabia Saudita y China son todos países ricos como EUA y Francia o Alemania, pero que están tratando de promover la subsistencia de su raza en contraste con los países clásicos de Occidente y sus satélites llamados países en vías de desarrollo.
Algunos humanos se han preguntado si es nuestro fin el existir para dar continuidad a la especie o a la raza. O tal vez nuestro existir solo sea para ser parte del círculo de vida en el planeta. Y bueno, del plan Divino ya mejor ni hablar. En ese sentido si no somos necesarios, pues podríamos ser un estorbo. Y ¿qué pasa si como especie sí somos necesarios, pero también un riesgo para los demás?
¿Cómo podemos decidir quién de los que pueden procrear tienen mejores aptitudes o derechos, para en consecuencia tener el derecho a tener decendencia y por ende sus hijos tener derecho a nacer? Tal vez la mejor forma para evitar esos problemas es no tener que decidir y mejor convencer a los que uno cree no necesarios, de no reproducirse y de esa forma no podrán reclamar. Si el civismo se eliminó, tal vez se elimine la moral y bueno ya entrados en eso podemos también eliminar el individualismo porque parecen estar fuera de moda y ser un estorbo para la supervivencia del nuevo orden mundial.
Por milenos la política de control natal fue promovida para evitar una raza, pero ahora parece ser para evitar una cultura. El derecho a la reproducción voluntaria está siendo explotado para fines menos públicos. En occidente pasamos de la prevención del embarazo y la píldora de las 24 horas a los abortos pasando el tercer mes y ya entrado el octavo.
De no tener más de uno o dos hijos a menor no tener ninguno. De buscar el apoyo para tener hijos con reproducción asistida a la renta de cuerpos para evitar la molestia y los estragos del embarazo. Lo dicho todas razones económicas, pero no populares ni democráticas sino de una elite que puede hacer lo que quiera y eso incluye el convencer a millones de individuos que ellos no son indispensables, es más ni siquiera son necesarios y por ende pueden ser limitados en sus derechos como lo fue en la pandemia. Lo dicho antes, las restricciones y las herramientas de la pandemia llegaron para quedarse y para ser utilizadas cuando se crea más conveniente.