La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Con las normas de higiene pospandemia, el ‘atole con el dedo’ no tiene cabida
Cuando en el año 2000, el PRI perdió la Presidencia ante Vicente Fox, la gran mayoría de la nomenclatura del tricolor, optó por culpar a Ernesto Zedillo: nunca fue priista, la ‘sana distancia’ fue una estrategia para entregar el poder, estaba pactado con los gringos.
Por supuesto, estos febriles ‘analistas’, jamás pensaron en hacer un ejercicio de autocrítica, por ejemplo, admitir que la consolidación del IFE, permitió que el voto de castigo del electorado fuera respetado y con ello, se alejara cualquier tentación de fraude.
En este sentido, el presidente López Obrador, machaca a diario, con la hipótesis de que ‘el pueblo mexicano es el más politizado del mundo’, por lo que él infiere, no se dejará embaucar por los ‘neoliberales’ y la 4T continuará, por los siglos de los siglos…amén.
Así pues, es imposible entender, porque ante cada protesta social, los morenos, salen con el sambenito de que hay una mano conservadora que manipula las movilizaciones, además, tal acción concertada, es apuntalada por los medios que las difunden. Un ‘complot’ redondo.
Esto último, lo podemos observar con el rechazo de un amplio número de xalapeños, a la construcción de una obra vial, ya que, su realización, implica la tala de muchos árboles.
La respuesta gubernamental, en lugar de generar consensos, es culpar al ex alcalde, Hipólito Rodríguez y sus personeros, de promover las protestas, como si los ambientalistas fueran un atado de bobos, que sólo sigue el cencerro del ‘perverso’ xochimilca.
Señoras y señores mandamases, si se dicen de izquierda, sean radicales, vayan a la raíz del fenómeno y no maquillen su interpretación del mundo, la gente, en efecto, no es tonta.