RODOLFO VILLARREAL RÍOS
Nuestro escrito de la semana anterior logró que algunos de nuestros escasos, pero muy selectos, lectores incursionaran en el túnel del tiempo y recordaran aquellos años cuando a pesar de lo que hoy se diga, con todos los problemas que había, teníamos la esperanza de que la situación mejoraría y así sucedió, a la par que hubo cosas positivas en el contexto político y económico. Pero en ese periodo de bonanza, que resultó muy corto, vivíamos en la ilusión y no fuimos capaces de percatarnos de lo que se escondía. Con esas agravantes semiencubiertas, se suscitó, el 25 de septiembre de 1981, el destape como precandidato presidencial de Miguel De La Madrid Hurtado. Revisemos lo que encontramos en nuestros archivos y como lo percibimos.
En aquel otoño, estábamos inmersos en nuestra segunda etapa estudiantil. Gracias a las bondades del petróleo, la visión del entonces director de CONACYT, Edmundo Flores Fernández, y el apoyo que le otorgó el presidente José López Portillo, se decidió que ante lo que se venía en el mundo era conveniente que los jóvenes profesionales mexicanos se prepararan académicamente en el exterior y tuvieran contacto diario con otras culturas. En esa forma, salimos a estudiar al extranjero como parte del grupo que constituiría la primera generación que habría de consolidar sus conocimientos en universidades de otros países.
Si, ya sabemos que ahora nos dicen que fuimos a que nos colonizaran y regresarnos convertidos en apátridas y ladrones Nada de eso es verdad, la inmensa mayoría de quienes salimos, y retornamos, aparte de los conocimientos académicos adquiridos tuvimos oportunidad de sopesar nuestros valores y entender la forma de ser de las personas y las sociedades de otros entornos, nada de que volvimos aspirando a convertirnos en ciudadanos de segunda en nuestra propia nación. Por supuesto que hubo quienes llegaron con ínfulas de apátridas, pero esos ya iban así. Lo de ladrones ya hemos visto que, algunos, no necesitan salir de su barrio y/o colonia, con ir a la tiendita de la esquina tienen más que suficiente para mostrar lo que son. Dejémonos de disgregaciones y volvamos al destape de don Miguel.
La primera noticia que tuvimos acerca del acontecimiento, nos la dio uno de nuestros condiscípulos, José Luis Nava Aldana, quien, al otro lado calle de donde se ubica el edificio de la Escuela de Economía de la Universidad de Colorado en Boulder, nos dijo: “Rodolfo, destaparon a De La Madrid”.
Dado que nosotros no teníamos galló en aquel palenque, le comentamos que no lo sabíamos, le agradecimos la información y nos fuimos rumbo al aula en la que tendríamos nuestra clase siguiente porque a pesar de ser viernes, la carga académica, que inició a las ocho de la mañana, como sucedía desde el lunes, no terminaría sino hasta las cinco de la tarde. Eso era apenas el diplomado, aún faltaba que llegaran los tiempos de la maestría. A esas horas, en el DF, la ebullición estaba al máximo según lo reportara al día siguiente el diario Excélsior, el único que, con una semana de retraso, allá se recibía.
Al darse a conocer la noticia, se destacaba el compromiso que asumía el precandidato para fortalecer el nacionalismo y realizar una renovación moral de la sociedad mexicana. Revisemos lo que declaraban líderes políticos y hombres de negocios. Iniciemos por el presidente del PRI, Javier García Paniagua, el padre del futuro secretario de seguridad, Omar. Muy difícil era que el jerarca priista ocultara su malestar, él se presentaba como la opción política en la sucesión.
Se concretó a informar “oficialmente que los sectores del Partido de la Revolución se pronunciaron por la candidatura de De La Madrid debido a la ideología que los identifica”. ¿Alguna duda del entusiasmo que le embargaba? Por su parte, el líder de la CTM, don Fidel Velázquez Sánchez, tras de manifestar que una vez analizada la personalidad del ungido y la problemática nacional, el Congreso del Trabajo se decantó por él. Advirtió que “el movimiento obrero nacional no se entrega fácilmente a las personas, sino después de considerar diversos aspectos de sus antecedentes, de su historial y de sus posibilidades de luchar por México…”.
En nombre del sector campesino, Víctor Cervera Pacheco señaló que la mejor garantía para los hombres del campo de México es la presencia de Miguel De La Madrid en la vida política nacional, pues significa la continuidad y expansión de los programas que el sector rural desarrolla actualmente”. Asimismo, aquel ejemplo de la ortodoxia política e institucionalidad que era Humberto Lugo Gil, entonces líder del sector popular, afirmó que el grupo que encabezaba estaba “consiente de la realidad actual, de su complejidad, de las dificultades que existen y de los obstáculos que tendrán que ser superados.
Existe también la consciencia plena en la voluntad política y social en la toma de decisiones que afectan a las mayorías y que se expresan en un partido, en un gobierno, en un sistema de vida y en un movimiento revolucionario. La decisión…al apoyar a Miguel De La Madrid Hurtado… es congruente con la historia y es una decisión que corresponde a los requerimientos actuales y futuros de la nación…”. Con toda certeza, el ciudadano Lugo Gil conocía que había adentro de la cazuela en donde se cocinaba el guiso. Otros políticos emitieron su punto de vista.
El presidente López Portillo calificó la selección “como mi más grande satisfacción. Creo que es el mejor hombre. A la hora que definiera a De La Madrid como técnico o político, el jefe del ejecutivo señaló: “No creo en las divisiones artificiales y convencionales. Los hombres son enteros, completos. Las convenciones son empobrecedoras”. Por su parte, el secretario de gobernación, Enrique Olivares Santana, expreso que la postulación de De La Madrid, se da “como una garantía de continuidad y como abanderado de los principios, nacionalistas y revolucionarios que persigue la mayoría del pueblo mexicano”.
A la vez, Gustavo Carvajal Moreno, en su carácter de secretario de la reforma agraria, al preguntársele que si De La Madrid era su candidato o preferido, dijo: “Nosotros no tenemos candidato. Somos gente institucional”. La gobernadora de Colima, Griselda Álvarez Ponce De León, además de considerar una distinción para su estado que un paisano fuese el elegido, destacó que este “reúne cualidades de inteligencia preparación y capacidad”. Ese era el lenguaje de los políticos de entonces. Revisemos los puntos de vista de los líderes del sector privado.
El director de la Cámara de la Industria de la Transformación de Nuevo León, Jorge Arrambide Garza, “dijo que los empresarios del norte saben perfectamente que Miguel De La Madrid será un candidato excelente, porque es un mexicano brillante, claro en sus conceptos, no comprometido con ninguna facción y que profundizara en sus esfuerzos para elevar el nivel de vida de todos los mexicanos”.
El presidente de la Cámara de Comercio de la Ciudad de México, José Luis Ordóñez, estimó que la candidatura de De La Madrid es una “excelente decisión porque marca la continuidad, no el continuismo de los programas de gobierno que él mismo había diseñado… es un hombre con trayectoria política y experiencia técnica, y que tiene la capacidad suficiente como para mantener y acrecentar el clima de confianza que ha creado el presiente López Portillo”. Ya tendría tiempo esta persona para lanzarse en contra de su entonces alabado mandatario.
En el contexto de opiniones positivas, el presidente de la ANIERM, Carlos Amtmann Obregón, “dijo que en el próximo sexenio se continuará impulsando el desarrollo nacional bajo el esquema de la economía mixta, la responsabilidad compartida y de la confianza. El asesor de los organismos cúpula del sector privado, Fernando Illanez Gaxiola mencionó que “los empresarios se sienten muy satisfechos con la designación.
Destacó que hay tranquilidad y que existe confianza…” Al día siguiente, el 26, el presidente de la COPARMEX, José Luis Coindreau, afirmó no importarle quienes fueran los candidatos de los diversos partidos políticos, “el sector privado defenderá [ante cualquiera de ellos] su pensamiento económico que es fundamentalmente alentar la iniciativa privada como piedra angular del desarrollo nacional…
Pensamos que primero tenemos que propiciar el desarrollo económico y luego el social, o de otra manera repartiremos sólo miseria”. Asimismo, “indicó que el sector privado… está tranquilo y sereno porqué tenemos un capitán de navío [vaya degradada que le endilgó] – en clara referencia al presidente López Portillo- que es sereno. No esperamos cambios bruscos o drásticos en la conducción del país para el próximo sexenio”. Inmersa en toda la información, un apunte pasó desapercibido.
Se mencionaba que durante la visita que, en junio de 1981, López Portillo realizó a Camp David para reunirse con el presidente Ronald Reagan, “De La Madrid fue el único secretario de estado, sin funciones específicas que realizar, que acompañó al presidente mexicano.” Y, también, en compañía de su subsecretario, José Ramón López Portillo y Romano, viajó este año a Cuba, donde Fidel Castro le narró etapas de la Sierra Maestra, de la Revolución Cubana” Respecto a cómo López Portillo fue moldeando a quien sería su sucesor, encontramos un editorial que Carlos Loret De Mola Mediz publicó, el 29 de septiembre, bajo el título de “Miguel De La Madrid”, en el diario El Informador editado en Guadalajara.
En la pieza, el ex gobernador priista de Yucatán mencionaba que “jamás creímos en las voces pregonadoras de un aplazamiento en el destape. Ni cuando lo dijo el presidente mismo. López Portillo no ha necesitado nunca que le protejan la figura”. Ello, afirmaba Loret, fue parte de una estrategia para distraer a quienes, con el apoyo del echeverrismo, “aplazaran sus últimos golpes bajos y desordenes para los momentos finales”. Desde la perspectiva del periodista-político priísta, “durante el delicado desempeño en la Secretaría de Hacienda, López Portillo confió cien por ciento en Miguel De La Madrid como director de crédito. Las más conflictivas situaciones se las encomendaba a él.
Y De La Madrid resolvía con acierto. Ese fue su curso de política y su graduación. Cuando llegó a la presidencia don José, ya llevaba en mente al sucesor. No lo hizo ministro para no desgastarlo. Lo designó en cargos trascendentes, pero no visibles. En ese contexto, Loret De Mola aseguraba que la designación de De La Madrid como secretario fue un movimiento muy cuidado. Desde su perspectiva, el 16 de mayo de 1979, en la víspera de la visita de Fidel Castro Ruz, el presidente López Portillo realizó un movimiento pleno de estrategia política.
Ese día, anunció la renuncia de los secretarios de gobernación, Jesús Reyes Heroles; de relaciones exteriores, Santiago Roel García; y de programación y presupuesto, Ricardo García Sáenz, para sustituirlos con Enrique Olivares Santana, Jorge Castañeda y Álvarez De La Rosa (el padre de Castañeda el pequeño) y De La Madrid. Al efectuar esos cambios, desde la perspectiva del yucateco, “dos objetivos alcanzó López Portillo con el triple golpe: rebajar la sonoridad política de la salida de Reyes Heroles y que pasara todavía lo menos advertida posible, en ese momento, la entrada al gabinete de Miguel De La Madrid”. Al autor de aquella editorial, aún le quedaba tinta para seguir elogiando la sagacidad política del presidente López Portillo, por un momento llegamos a pensar que habría de describirlo como una reencarnación de Montesquieu y Maquiavelo combinados, pero no llegó a tanto.
Simplemente, señaló que cuando lanzó el Plan Global de Desarrollo, lo hizo “con De La Madrid como primera figura autoral”. Y como don Carlos ya andaba encabritado con el ex presidente Luis Echeverría, escribió: “Al paso del tiempo, el echeverriato hizo todo lo posible por lucir a sus figuras Los del fierro de esa prestigiada ganadería se dedicaron a propalar especies en contra de Miguel De La Madrid, creyendo espantarlo con el ataque de que era un tecnócrata. López Portillo dejaba decir, para tomar debida nota de las fuentes de procedencia del espantoso cargo.
Ninguna impresión causaron, a persona seria alguna, tales observaciones negativas. Avanzó la personalidad de Miguel sola en el centro de la atención pública. Los demás jamás contaron. Hubo un candidato y el viernes, dentro de la liturgia política mexicana, lo destaparon.” Para él era simplemente parte del ceremonial, pero a dos damas no les causó gracia alguna.
La primera era la articulista, Manú Dornbierer quien, el 29 de septiembre, escribiera una editorial “La Cargada”, en la cual, entre otras cosas afirmaba que: “La farsa no se ha modificado un ápice. Es, por el contrario, más evidente que nunca que la selección del futuro presidente de México corre a cargo, de unos cuantos hombres; pero que las fuerzas priistas, que dizque postulan al precandidato, constituyen un lamentable rebaño que no tiene voz más que para corear los tradicionales y ramplones elogios al nuevo dios.
Todo es igual, sigue el mismo viejo cuento…La cargada que le organizaron a Miguel De La Madrid fue, sin embargo, más impresionante que otras… fue también especialmente graciosa en lo referente en elogios al precandidato… Superman es un pobre mequetrefe en comparación con don Miguel”. A esta ciudadana, el discurso de aceptación de De La Madrid, le pareció “deshilvanado y poco enjundioso… en otras ocasiones… se ha expresado mejor”. Eso sí, aun cuando lo felicitó, le recordó que no era su partidaria. Vayamos con la otra ciudadana incomodada por el desatape.
Se trataba de la escritora, Margarita Michelena quien ocultaba su apellido paterno, Chillón. El 30 de septiembre, presentaba un artículo editorial, “La Magia del destape,” en El Informador. Tras de mostrar su molestia por la forma en que se daba la unción., procedió a dar recomendaciones: “Lo que sí podría cambiar, en beneficio del PRI y del respeto que se nos debe, es el ritual del destapamiento, todo él es una insolencia, un cinismo y una prepotencia tales, que ya no se puede soportar. Hay, debajo de ese conjunto de ritos, una gravísima confusión que hay que aclarar: el PRI parece creer que no sólo es el partido en el poder, sino que es también la nación y el Estado”. Criticaba que los líderes legislativos estuvieran a un lado del precandidato.
Se preguntaba: “¿Qué tienen que hacer entre esa manada de búfalos de la cargada, los señores, [Luis Marcelino] Farías [Martínez, líder de los diputados) y [Joaquín] Gamboa Pascoe [el de los senadores] al lado de un precandidato recién destapado, en un cuadro que más da la idea de la mula y el burro del pesebre con su cálido aliento, que de la dignidad republicana y su división de poderes?” Concluía espetando: “Recordemos que el fondo siempre se vulnera cuando no se respetan las formas”.
La única pregunta que nos surgió tras de leer esas dos editoriales enjundiosas fue: ¿Habrían las ciudadanas Dornbierer y Chillón Michelena escrito algo similar si el destapado hubiera respondido al nombre de Jorge Díaz Serrano?
Lo sucedido después todos lo conocemos, un semestre más tarde, todas las virtudes de López Portillo se evaporaron y, en diciembre de 1982, don Miguel recibiría un país a punto de deshacerse. La prosperidad petrolera no fue eterna agravada por un manejo inadecuado, la economía mexicana estaba sumida en una crisis espantosa misma que, aun cuando no se mencione, era generada en gran parte por la llegada retardada de la onda concéntrica provocada por el manejo pésimo de la economía y la política que realizó el peor presidente que haya tenido los EUA, James Earl Carter Jr. Aunado a ello, De La Madrid tendría que sentar las bases para que pudiéramos enfrentarnos a lo que venía, la globalización, y esto generó resistencias múltiples en el entorno doméstico tanto en lo económico como en lo político. Pero esa es otra historia que estallaría al darse otro destape seis años más tarde… vimarisch53@hotmail.com
Añadido (24.25.81) Desde hace poco más de un mes, decidimos no escuchar ni ver noticiarios o programas en lo que se realizan análisis sesudos del acontecer nacional, la última vez que lo hicimos casi vomitamos ante su contenido nauseabundo. Sin embargo, el martes 2 de julio, control remoto en mano, repasábamos los canales televisivos en busca de encontrar algo que valiera la pena ver cuando nos tropezamos con el programa “Asalto a la Razón” conducido por Carlos Marín Martínez quien entrevistaba al secretario de economía del futuro, Marcelo Ebrard Casaubón. Literalmente, nos detuvimos treinta segundos y esto fue lo que vimos y escuchamos: Marín apuntaba que a México le había ido mejor cuando los EUA son gobernados por los Republicanos, a lo cual, Ebrard, pleno de sabiduría, respondió: “pero ellos nos han invadido”. Cuidadoso de no contradecirlo, Marín enfatizó, “sí Wilson” y para reafirmar su sapiencia, Ebrard añadió, “y Polk”. Tras de esa lección de erudición (¡!), ambos estadounidenses pertenecían al Partido Demócrata, nos fuimos a otra cosa. No era posible seguir presenciando tanto conocimiento a la inversa.
Añadido (24.25.82) Poco se comenta en México acerca de lo bien que van las cosas en Cuba. Muestra de ello es que el gobierno de ese país acaba de declarar que vivirán bajo una economía de guerra. Pararan todas las inversiones que no sean imprescindibles, recortaran el presupuesto, establecerán una política de precios únicos, además de regulaciones y reajustes que permitirán corregir distorsiones. Las cosas andan tan boyantes que Díaz-Canel reconoció que hay problemas “en la entrega en tiempo de los alimentos que cada hogar cubano recibe de manera racionada a través de la llamada libreta de abastecimiento, en los constantes apagones o cortes de electricidad de varias horas a lo largo de la Isla o hasta en la inflación que hoy afecta el acceso de las familias a productos de primera necesidad”. Ni duda cabe, después de 65 años, la Revolución Cubana sigue siendo todo un “éxito” gracias a que sus gobernantes no pueden entender que el mundo cambió.
Añadido (24.25.83) Contrario a lo que aquí se cree, la sustitución del presidente Biden como candidato Demócrata implica muchas más cosas que un simple cambio de personaje. Los estados tienen mucho que decir y sobre todo que pasaría con las aportaciones pecuniarias que le han dado para su campaña. Aun cuando todo lo han querido reducir a cuál es la opinión del ex presidente Obama, se olvidan de que hay que tomarle parecer a otro ex presidente, Clinton. Y, ni que decir de todos los otros intereses, visibles o no, que hay que armonizar. Así que hay que esperar, recordemos que las elecciones son el cinco de noviembre y ya estamos en julio.