La Revolución Mexicana, fue el primer movimiento social del siglo XX, una centuria que cambió el curso de la historia. México tras un periodo convulso de guerras civiles y extranjeras logró afianzar su soberanía y un sitio de respeto en el concierto de las naciones, aquí es donde Porfirio Díaz mutó del valiente caudillo de las guerras contra la intervención y el imperio a un otoñal dictador. Si bien Díaz trajo paz, orden y progreso al joven Estado Mexicano, también omitió atender a los más oprimidos, la enorme mayoría del pueblo, tampoco propició la democracia, el preciado anhelo de una nación con marcada vocación republicana y libertaria.
Lo anterior, detonó en una inconformidad que se manifestó con el estallido de la revolución que comenzó un día como hoy en 1910, liderada por Francisco I Madero, acaudalado terrateniente de Coahuila de Zaragoza y formado profesionalmente en el extranjero.
Con Madero la revolución triunfó, y tras la asombrosa victoria de los revolucionarios sobre el añejo Ejército Federal en Ciudad Juárez, el general Porfirio Díaz pidió licencia y partió a un exilio del cual nunca volvió. En consecuencia, México vivió las primeras elecciones democráticas de su historia donde Madero arrasó en las urnas, llegando a la presidencia en noviembre de 1911.
El periodo presidencial de Madero, estuvo claramente marcado por la oposición de los vencidos, la prensa y de quienes perdieron privilegios, así como por las rebeliones de Bernardo Reyes, Félix Díaz y Pascual Orozco. Finalmente, en febrero de 1913, Madero fue derrocado y asesinado en un cruento cuartelazo que llevó a Victoriano Huerta al poder apoyado por buena parte del Ejército Federal. Venustiano Carranza, gobernador de Coahuila, encarnó la dignidad y reinstauró la legalidad. De la Revolución Constitucionalista surgió el actual Ejército Mexicano.
Desafortunadamente la legitima insurrección en contra de Huerta, tras el triunfo contra el tirano, se tornó en una lucha entre los caudillos de las facciones vencedoras. El Constitucionalismo venció a la Convención y Carranza dotó a la patria de la Constitución vigente. Sin embargo, la sucesión presidencial de 1920 llevó a los sonorenses al poder, donde se perpetuaron hasta el ascenso del general Lázaro Cárdenas en 1934.
Tras la tormenta vino la calma, México logró tras años muy difíciles consolidar instituciones que conforman los cimientos del Estado Mexicano, así como profesionalizar al Ejército conformando unas Fuerzas Armadas leales e institucionales que hoy no solo son prenda de orgullo en una sociedad que las considera como la segunda institución más respetada, tan solo detrás de la familia.
El general Cárdenas tuvo el acierto de promover una genuina unificación revolucionaria, al amnistiar a vencidos y exiliados, a partir de entonces ya no hubo facciones o vencedores y vencidos, todos fueron revolucionarios, y de la misma forma se reconoció a carrancistas, obregonistas, zapatistas y villistas. El Ejército Mexicano emanado de la revolución, no solo se profesionalizo, como ya se mencionó, apoyándose principalmente en la formación de sus cuadros en el Heroico Colegio Militar y la Escuela Superior de Guerra, sino que se constituyó en el más firme garante de la existencia del Estado Mexicano.
El Ejército ha tenido a su vez que pagar un alto precio a lo largo de su devenir en la segunda mitad del siglo XX, al intervenir en diversos movimientos sociales, sin embargo, propios y extraños no pueden pasar por alto su prenda de institucionalidad. No en vano tras la alternancia que vino con las elecciones presidenciales del año 2000, han servido con lealtad a gobiernos emanados del PRI, PAN y ahora la izquierda aglutinada en MORENA.
El Ejército Mexicano representa hoy a lo mejor de México. Son miles de hombres y mujeres los que sirven bajo sus filas, de la misma forma están prestos para la defensa de la patria, llevan sobre sus hombros la pesada y compleja tarea de pacificar al país en momentos que la poca pericia de los políticos no ha podido resolver el gravísimo problema de la inseguridad y la lucha contra el crimen organizado.
A su vez, realizan una profunda tarea social en zonas marginadas y junto con sus pares de la Armada y Fuerza Área representan la más eficaz respuesta frente a las catástrofes naturales. También es importante destacar que a través de una intensa actividad cultural abonan no solo a reconstituir el tejido social sino a honrar nuestra identidad nacional y memoria histórica.
México enfrenta jornadas complejas, a 113 años del inicio de la lucha revolucionaria existen muchas asignaturas pendientes y el camino es aun largo y sinuoso, pero el contar con instituciones sólidas como el ejército emanado de la revolución también da cuenta de los logros alcanzados y de lo mejor de una nación que siempre ha sorteado los más duros temporales.