Redacción Noticias MX.- El líder del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), Carlos Salazar Lomelín, reconoció que actualmente el empresariado nacional enfrenta un problema importante de imagen y percepción social.
“Nada hay más lejos de la realidad que esas caricaturas en donde se dibuja al empresario mexicano como un señor gordo vestido de frac, con un gran sombrero y anillos en sus dedos. Esto ha hecho mucho daño en nuestra imagen”, señaló Salazar Lomelí, recién elegido como presidente del CCE y apenas propuesto como miembro del Consejo Global de BBVA.
El también exdirectivo de Fomento Económico Mexicano S.A.B. de C.V. (FEMSA) destacó que, según estudios recientes, en la opinión de los mexicanos ser empresario o político está calificado en lo más bajo y casi en la misma proporción.
En el museo Kaluz, donde se dieron cita los hombres del dinero –entre ellos el magnate Carlos Slim Helú; el dueño de Bimbo, Daniel Servitje; Blanca Treviño, directora ejecutiva de Softtek, y Antonio del Valle, entre otros–, Salazar Lomelín dejó claro que el sector necesita revalorar y replantear sus acciones, así como darle su debida proporción y adecuada dimensión, para lo cual dio a conocer un decálogo de la responsabilidad.
El primer precepto tiene que ver con medidas para afianzar la credibilidad. “Tengamos una cercanía permanente con la sociedad, entendamos sus problemas y necesidades y formemos parte de las soluciones. Un buen empresario debe ser, ante todo, un buen ciudadano; reafirmemos nuestra obligación moral con la sociedad. Ofrezcamos, para empezar, de manera fidedigna y sin engaños, bienes y servicios de calidad a los mejores precios”, propuso.
Como segundo punto ofreció garantizar mayores oportunidades de empleo formal, crecimiento y desarrollo “para nuestros colaboradores y sus familias”. Y, en tercer lugar, ser ejemplo de integridad y ética, y cumplir con todas las obligaciones fiscales y contributivas.
Carlos Salazar hizo un alto y se dirigió al gobierno de Andrés Manuel López Obrador: “Invito al gobierno a que el principio de legalidad sea el faro que conduzca sus acciones. El gobernante está obligado por definición a respetar y hacer respetar las leyes. Y también a hacer una evaluación cuidadosa de lo existente, antes de cambiar el marco normativo. Muchas veces pretendemos resolver los problemas cambiando las reglas del juego, cuando lo que necesitamos es simplemente cumplirlas”.
El cuarto precepto, abundó, tiene que ver con modernizar la cultura empresarial, para tener empresas mejor organizadas y más competitivas, de todos los tamaños, acorde a las tendencias internacionales.
Asimismo, establecer un compromiso de las grandes empresas con las de menor tamaño y con la creación de cadenas productivas, pagar en tiempo y forma a proveedores, transferir tecnología y conocimiento.
La sexta propuesta radica en mostrar la obligación moral con la sociedad del empresario, participar activamente en el desarrollo de las comunidades y construir mejores condiciones de vida para los mexicanos. Otro punto, añadió, es asumir y promover la inclusión, la diversidad y el respeto irrestricto a los derechos humanos.
El octavo criterio tiene que ver con privilegiar la sustentabilidad en las actividades económicas y un uso más consciente de los recursos naturales, mientras que en el noveno se trata de insertar a las empresas en la era digital, impulsar la industria 4.0, incorporar tecnologías y facilitar su uso para colaboradores y comunidades.
Por último, el líder empresarial consideró necesario impulsar una relación responsable y propositiva con las autoridades, exigiendo reglas claras y certidumbre jurídica y económica para las inversiones, y así incidir positivamente en las políticas públicas para beneficio del país.
“No confundamos la política con lo público. Nosotros como empresarios no solamente tenemos derecho, sino la obligación de preocuparnos y ocuparnos por el bien común y por los asuntos públicos; expresar nuestros puntos de vista y propuestas para la sociedad, pero no competimos políticamente ni con colores ni con partidos”, concluyó el presidente del CCE.
JAM