ENTRESEMANA
Te extraño/ en cada paso que siento solitario…” Armando Manzanero
MOISÉS SÁNCHEZ LIMÓN
¡Ay, presidenta!, con minúsculas. Y usted habrá de disculpar, pero…
El asesinato del que fue víctima el presidente municipal de Uruapan, Michoacán, Carlos Alberto Manzo Rodríguez, provocó pavor en la licenciada presidenta Sheinbaum Pardo. Usted opine.
Sus declaraciones en la mañanera de ayer lunes 3 de noviembre la exhibieron en ese talante de asumirse víctima. La mejor defensa y repartir culpas.
Un encendedor en manos inexpertas o asido por voluntarismo esquizofrénico implica alto riesgo en llanura seca. Y siete años han tornado riesgosamente infalible al ejercicio del poder que linda en la esquizofrenia de la llamada 4T.
¿La dueña del poder no se equivoca? ¡No!, aduce el sacro colegio político mexicano de antes y de hoy, la presidenta nunca se equivoca.
¡Fácil, más práctico y sin despeinarse, buscar culpables y asumirse víctima! Sí, como a su mentor le encantaba ser hasta la muñequita del pastel. ¡Vaya con sus moditos y el sonsonete!
Licenciada, asuma su responsabilidad en el más alto cargo de elección popular, porque… ¿México es de izquierda, de derecha, conservador, arrabalero, de la veladora perpetua, franciscano, prángana, fifí, machuchón, guadalupano, chairo, comunista, socialista, del Opus Dei, marxista?
–Dime, dime, espejito de qué madera es el pueblo mexicano que no me merece– preguntaría la Princesa Caramelo al espejo de Maléfica en Palacio.
Es bizarro –respondería el anodino espejo prófugo de la época romántica del priismo– en cualquiera de sus acepciones, ni duda cabe. Lo mismo valiente por definición que arrogante y cabrón, generoso y hasta extravagante. O como Pancho Pantera: fuerte, audaz y valiente.
Por tanto, no se cofunda licenciada Sheinbaum Pardo. No.
Deje de dividir a la sociedad mexicana, abandone la praxis de Su Alteza Serenísima de ahondar la brecha entre pobres y ricos que tantos dividendos electorales abonó a él y a usted, porque usted, licenciada presidenta, es beneficiaria de todos los enjuagues del Duce.
¡Ah!, por supuesto, los periodistas, reporteros y medios de comunicación que no son afines a eso que llaman 4T segundo piso ascensor, son los malos dicen los mercenarios maiceados por Chucho Ramírez y bendecidos por Jenaro Villamil, que urden campañas contra usted y los suyos, en nado sincronizado
¿La derecha como causante de todos los males? Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto los malos de su melodrama, ingeniera presidenta. ¿Vicente Fox no le cuadra para Patiño?
Abandone el soliloquio, licenciada Sheinbaum, porque sus reacciones, estados de ánimo, desplantes no son privados. Usted, como lo presume, está en vivo y en directo frente a dizque millones de televidente de 7 a 9 de la mañana.
Usted, licenciada, en el mimetismo cruel e irreverente del Santo Niño Fidencio del Zócalo, se pelea con fantasmas del neoliberalismo sin caer en la cuenta de que usted es neoliberal y, ahora, la oligarca oficial de México.
Y, a todo lo que se le sale de control califica politiquería.
Así, ocurre con el crimen que ha indignado, sin temor a equívoco, a la inmensa mayoría de los ciudadanos mexicanos y a la comunidad internacional, incluso.
Usted, Princesa, calificó “condenable, cobarde, vil homicidio a Carlos Manzo”, y de su pecho que sin duda también no es bodega, se despachó el rollo manido:
“No habrá impunidad. Vamos a seguir todas las investigaciones hasta poder dar con los responsables, no solamente materiales, sino quien ordenó esta ejecución”.
¡Recáspital, Batman Harfuch!
Y luego, junto con su gabinete de seguridad se metió a lo hondo en esto de decir barbaridades y referir que Carlos Manzo tenía 14 militares como su guardia personal, junto con policías municipales.
Entonces el Estado falló y puerilmente fue rebasado por un sicario.
Sí, la licenciada Sheinbaum declaró que “La Guardia Nacional, el Comandante de la Zona Militar, estuvieron en contacto con el presidente municipal dándole el apoyo que él había estado solicitando; hay, incluso, varios vídeos de él reconociendo este apoyo (…)”.
¿Y? ¡Lo mataron!, pero dice la Princesa Caramelo que se hará justicia con “Toda la fuerza del Estado”. ¿Señoras y señores, les suena familiar este rollo?
Luego volvió al terreno de culpar al pasado porque, evidente, se le hizo bolas el engrudo, entró en pánico y, ahí tiene usted que echó mano de su villano favorito, el moreliano Felipe Calderón y, por supuesto, del atlacomulquense Enrique Peña Nieto.
“La guerra contra el narco, eso no funcionó; al contrario, fue lo que generó esta violencia que apenas estamos disminuyendo, fueron 6 años de Calderón, 6 años de Peña, y apenas cambió la estrategia”, recitó la licenciada presidenta en olvido romántico de que en su primer año de gobierno 10 presidentes municipales han sido asesinados.
¡Ajajá!
Pero ¡caray!, dijo ayer que, “ahora, vamos a estar cerca de Michoacán. No están solos y no los vamos a dejar solos, de Uruapan y de todo Michoacán, igual que de todo el país”.
Así corría la mañanera muy al gusto de quien manda. Había que servirle la mesa a la presidenta, ella como el centro de atención, ella la víctima no el presidente municipal.
–¿Dónde está la línea, Presidenta, entre decir que “puede ser legítimo que la gente sienta una frustración ante el homicidio de su alcalde” y que intenten decir “algo falló adentro de las estructuras del Estado”, y que eso se convierta en carroñería? ¿Dónde entiende usted que se encuentra esa línea? Pregunta a modo de un reportero.
–No, pues es el móvil y el motivo de quien hace las cosas –atendió y explicó:
“Porque una cosa es la indignación que puede haber en la ciudadanía por el homicidio de su alcalde, que es entendible, y otra cosa muy distinta es la motivación de todos estos personeros de la derecha, o personeros de medios de comunicación, o personeros comentócratas que, primero, hacen especulaciones, dicen mentiras; y segundo, tienen una intención política”.
¡Chin! Otra vez los canijos periodistas y comentócratas que no quieren entender que la Princesa Caramelo, igual que Su Alteza Serenísima, tiene otros datos e incluso pidió investigar lo que se comenta en las redes.
Y como no queriendo volteó los papales: “¿quién va a destinar recursos para utilizar esto políticamente? A ver, ¿realmente les importa Uruapan?, ¿realmente les importa Michoacán?, ¿realmente les importa la familia? No. Lo que les importa es usar esto para sus propios beneficios”.
En suma, la licenciada presidenta escurrió la responsabilidad que implica no haber atendido a la demanda de apoyo al gobierno municipal presidido por Carlos Alberto Manzo y repartió, airada, la culpa. Lea usted:
“Y también unos cuantos conductores y comentócratas carroñeros, la verdad, porque no tienen otro nombre, que lo que buscan es: “A ver, vamos a encontrar dónde podemos tener un pequeño argumento para irnos contra el gobierno”.
Pero usted ya se enteró de la movilización espontánea de miles de michoacanos que la responsabilizaron, junto con el gobernador Ramírez Bedoya, del asesinato contra Carlos Alberto Manzo. ¿Los azuzaron comentócratas, periodistas, conductores?
Por supuesto hubo infiltrados que aprovecharon el río revuelto en Morelia, Uruapan y Apatzingán. Pero es un despropósito repartir culpas y decir que esto lo provocan a quienes “interesa regresar al poder con sus privilegios, eso sí: el privilegio de no pagar impuestos, el privilegio de gobernar al amparo, o enriquecerse al amparo del poder público, eso sí. Y de atacar al gobierno y de buscar…”
Sí, está aterrada y el encendedor en sus manos es un alto riesgo frente a la llanura seca. Hay indignación, hay hartazgo social sin siglas ni ideología ¿Esto es lo que preguntabas, Drakko? Conste.
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