Yo Campesino / Pico de Ganso
• El Ganso dice combatir pobreza, pero hay seis millones más; negro panorama y la inversión, no llegará
Miguel A. Rocha Valencia
Un día después de que el Ganso de Macuspana hiciera el ridículo en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde de plano le dijeron que ese no era el lugar para la 4T, surgen datos preocupantes del Inegi (seguramente lo va a atacar por neoliberal) con los cuales desmiente su cruzada contra la pobreza y “habla” del fracaso de repartir dinero gratis como solución.
Más allá de las burlas, eso sí, muy diplomáticas de China y Rusia (dos países con dictador), están los datos fríos con los cuales queda claro el empobrecimiento de los mexicanos, quienes poco a poco pero inexorablemente, ven caer sus niveles de ingreso y vida, por lo que, en los tres años de gobierno de la 4T, la población perteneciente a la clase media “aspiracionista” pasó de 53.5 millones a 47.2 millones.
Esto es que de acuerdo a la Encuesta Nacional sobre el Ingreso en los Hogares del Inegi, seis millones 300 mil mexicanos ya son de las huestes lopezobradoristas pues dejaron de ser clasemedieros para engrosar el ejército de miserables y avanzar en el proyecto empobrecedor del Mesías cuatroteísta.
Por un momento pensé que el machuchón de Tepetitán pediría en el recinto de la ONU que le dieran dinero para sus programas clientelares como lo hizo explícitamente con Estados Unidos, estrategias que como se ve, son empobrecedoras, porque no hay ningún número positivo en los tres años de la actual administración a pesar de las promesas de crecimiento por arriba del cuatro por ciento anual. La tendencia es al revés.
El tema está tan grave que en la misma Encuesta quedó claro que el número de personas consideradas en clase alta disminuyó al “pasar de 1.8 millones en 2018 a poco más de un millón el año pasado. Para 2021, la cosa no va a mejorar.
Con ello, México ya puede considerarse un país de pobres ya que de los 69.9 millones que había en 2018, hoy ya somos 78.5 millones, es decir hay ocho millones de pobres más. Eso significa que el proyecto del profeta, se cumple de manera acelerada.
Y como ya se apuntó en este espacio, la situación no va a mejorar, por el contrario, el panorama se ve desolador, pues no hay inversión pública, la corrupción galopa junto con la delincuencia cobijada por el Ganso tabasqueño y los capitales privados de plano no le entran ante el clima de incertidumbre y autoritarismo existente en el país.
Tan es así que los datos oficiales indican que si bien la inversión privada creció 1.1 por ciento en agosto respecto a julio, esté 6.7 por ciento abajo del cierre del sexenio anterior y 14.8 por ciento inferior a su máximo histórico que fue en julio del 2018.
La pública no se ve, tal vez porque volvió a descender y tampoco crecerá el año próximo y estará por debajo de los 300 mil millones y muchos de ellos repartidos en lo oscurito, con contratos directos, sin licitación, varios de ellos, a los militares, cuando con todo y robos, en el sexenio pasado fue de 500 mil millones de pesos anuales y se aplicaba una normatividad, licitaciones.
Eso implica que el país no va a crecer al menos ya no este año y el próximo, en que seguramente se adicionará entre 1.5 y 2.5 millones al segmento de mexicanos empobrecidos, pues si no hay inversión, no hay crecimiento ni desarrollo, aunque para el caudillo de Palacio Nacional estemos en un alto índice de felicidad según sus apreciaciones.
Eso sí, crecerán los gastos de inyección directa de dinero a los programas clientelares y también la delincuencia que se propaga rápidamente en todo el país, desafiante no sólo en provincia como en los gobiernos neoliberales, sino en núcleos urbanos de postín como Metepec donde habita gran parte de la clase política mexiquense, a pocos kilómetros de la Ciudad de México, donde es obvia la presencia de cárteles criminales.
Pero junto con ello, aumenta la delincuencia común, aunque los datos oficiales los desmientan. Un solo dato da cuenta de ello: En el Valle de México y la CDMX los asaltos a unidades de transporte público crecen todos los días y se “refinan”. En lo que va del año se tienen registrados cinco mil 300 robos en la vecina entidad y dos mil 700 en la capital del país.
Frente a ello, el número de detenidos no llega ni al tres por ciento, lo cual habla de la impunidad y es “gracias” a ella que ese tipo de atracos se repiten cada vez con mayor frecuencia. Y se va a poner peor, los balazos ya se oyen cerca mientras los militares, blancos verdes y caquis disfrutan sus empresas y contratos.
¿Y todavía va el Ganso a hablar de corrupción, pobreza, violencia, respeto a derechos humanos?
Ni de dictadorzuelo sirve, bueno así lo ven Rusia y China.
Por Mi Raza Hablará el Espíritu