Yo Campesino / Podrido ¿Quién?
• El ganso se lanza contra el poder Judicial, lo juzga, pero no ve corrupción de su gobierno
*Miguel A. Rocha Valencia*
En el colmo del cinismo, el mesías tropical insiste en juzgar a todos menos a su gobierno. Está decidido a destruir a todo el que no se somete a sus designios y manda a sus “halcones” en ambas cámaras legislativas para intentar acabar no con toda la estructura del poder Judicial, sino a la cabeza del mismo representada por la Suprema Corte de Justicia, donde se encontró que los ministros que no le son afines, se resisten a entregarle el imperio de la Ley.
Así, no sólo ordenó a sus lacayos, los primos poblanos Ignacio Mier y Alejandro Armenta Mier lanzar ataques contra la Suprema Corte de Justicia sino también, proponer por mandato presidencial que se realice una consulta para que el pueblo bueno y sabio diga si los ministros, magistrados y jueces deben ser elegidos y no designados, aunque la propuesta llegue del poder Ejecutivo.
El segundo de ellos que le disputa a su pariente diputado la candidatura a la gubernatura poblana, llegó al extremo de victimizarse y decirse amenazado por la ministra presidenta de la SCJN, Norma Piña Hernández quien reconoció haberle expresado en un mensaje si el legislador podía ver a los ojos a sus hijos luego de la ignominiosa posición adoptada contra el poder Judicial, comunicado que la jurisconsulta en un acto de valor civil reconoció haber enviado.
Error sin duda de la abogada Piña Hernández, exceso de confianza con el poblano o simplemente reaccionó visceralmente ante los ataques de Armenta Mier quien se sumó de inmediato a las condenas contra la Suprema Corte de Justicia luego del rechazo por mayoría de nueve votos contra dos del Plan B electoral del ganso.
Pero el senador quedó como plañidera al usar la tribuna camaral y los recursos de la propia institución para denunciar que fue amenazado. Pobrecito, pero es incapaz de condenar los ataques amenazas y venganzas del caudillo contra todas las instituciones incluyendo senadores acosados, chantajeados y doblados mediante verdaderas amenazas y denuncias palaciegas.
Empero la ministra Norma Piña no se dobla y con siete más, en la sesión de jueves, le dieron nuevo palo al ganso al echar abajo el decreto mediante el cual se quería guardar toda la corrupción que implican “las grandes obras presidenciales”, donde se sabe, hay desfalcos, robos y complicidades que seguramente merecerían cárcel para los autores. Y todo a pesar de la necedad e ignorancia supina de la impresentable Yasmín Esquivel de Rioboó
Y es eso lo que tampoco ve el caudillo de Tepetitán quien al afirmar que todo, de abajo para arriba el poder Judicial está podrido, se le “olvida” que su administración es la más corrupta, inepta y cínica de los últimos 30 años y resultaron los cuatroteros peor que los de “antes”, esos neoliberales encabezados por Carlos Salinas de Gortari y Felipe Calderón Hinojosa a quienes culpa de todo incluso de su propio fracaso.
Pierde la memoria el profeta cuando de podredumbre se trata incluso en su círculo familiar donde el tráfico de poder, el influyentismo y la impunidad lleva nombres y apellidos: Andrés, Ramón, Martín y Pío, actores de abusos, violaciones a la ley que en otro régimen los convertiría en delincuentes.
Se olvida de Segalmex, Conade, IMSS, Insabi, INDEP, CFE, Dos Bocas, AIFA, tren Maya, Interoceánico, gastos de presidencial, marchas y plantones, homenajes, riqueza de divisionarios y almirantes.
Tampoco se acuerda de sus complicidades, aunque sea por omisión con criminales quienes no pierde la oportunidad de mostrarles su respeto y defenderlos, o el fallecimiento de decenas de miles de mexicanos por escamotear los dineros presupuestales en salud lo mismo en medicamentos que equipamientos, en estrategias fallidas como el Insabi que dejó sin atención a 15 millones más de personas sin seguridad social.
De ninguna manera se acuerda del criminal olvido a los niños con cáncer, de las mujeres agredidas o asesinadas o la destrucción de instituciones, agresión y acusaciones infundadas a organismos de la sociedad civil, las calumnias a periodistas, empresarios y políticos.
Mucho menos aceptará que por su culpa México está condenado a uno de los peores sexenios en materia económica, a la cauda en los temas de transparencia, corrupción y desde luego en bienestar social.
Y negará siempre que sus estrategias para contener inflación se sumaron a los fracasos sexenales y que las remesas del extranjero aumentan porque cientos de miles se van del territorio gracias a que convirtió a México en un país presa de la violencia y carente de oportunidades de desarrollo en su afán por acabar con las aspiraciones de millones que sueñan con una vida.
Podrido ¿Quién?