homopolíticus
Casas de Acogida a Repatriados
Un solitario hombre, el guatemalteco Sebastián Zapeta que prendió fuego a una mujer en Nueva York y que esperó frente al cuerpo mientras ardía, dio la razón al en 18 días presidente Trump. Sin así proponérselo, el delincuente puso al gobierno de México entre la espada de las deportaciones masivas y la pared de los aranceles de 25 por ciento, provocando una reacción gubernamental temprana.
Desde que ganó las votaciones, y aún antes, el empresario conservador neoyorquino —el filósofo estadounidense Harry Frankfurt califica a Trump como un bullshitter [Byung-Chul Han, 2022, Infocracia, p.74]— advirtió que países entre los que se encuentra México, expulsa criminales a Estados Unidos de Norteamérica. Los más que radican allá, no deben ni siquiera probarse el saco colgado de la percha trumpista, porque no lo son.
Sin el debido sigilo para no escandalizar el vecindario, el gobierno de Baja California anunció la preparación de albergues para los migrantes que formarían parte de la purga del nuevo gobierno estadounidense, lo que desvela que ya no se toma a broma las declaraciones del muy próximo inquilino del 1,600 de Pennsylvania Avenue.
La entonación del Himno Nacional, ante la aprobada senatorialmente incursión militar estadounidense para perseguir objetivos criminales bajo la etiqueta de terroristas que amenazan la paz de la región, queda como un simple exabrupto presidencial del que se hicieron bromas de los más variados tonos, más de una semana dentro y fuera del país. El incremento a los aranceles, claro, tiene que ver con la Reforma Judicial porque pone en riesgo el Tratado México-Estados Unidos-Canadá [T-MEC].
Con base en el pedido de la presidenta Sheinbaum, de que Trump expulse a inmigrantes ilegales a su país de origen, y no todos a México, podría significar que el plan México es únicamente para acoger compatriotas. Dejar en la calle a personas de otros países arruinaría el espíritu solidario que tantas veces argumentó la Cuatroté en su adoctrinamiento circular de Palacio Nacional.
Las desarticuladas disidencias en México, que no oposiciones, etiquetan desde la campaña por la Casa Blanca al ganador de las votaciones como el real contrapeso político del gobierno de Sheinbaum, que no ha logrado, porque no ha querido o no ha podido, desligarse del primer piso de la transformación, para empezar el segundo. Si López Obrador no se ha ido del todo, Sheinbaum no ha llegado del todo.
Vaya disyuntiva presidencial: elegir entre López Obrador y Trump. Por encima de ambos está el pueblo de México y no sólo los compatriotas que antes y ahora han huido del país ante el abandono gubernamental, la ausencia de oportunidades y los proverbiales actos de corrupción de presidentes y gobernadores. El empedrador del primer piso se dijo mandatario de todos, sin serlo. Ahora, la mezcla del segundo piso debe atender a todos los mexicanos, no sólo a quienes votaron por continuismo y continuidad.
letraschiquitas
Tras ratificar tres meses más a sus gabinetes legal y ampliado que seguirán bajo evaluación, la gobernadora de Morelos, Margarita González-Saravia, prepara un mensaje a los morelenses al llegar a los primeros 100 días de mandato el miércoles venidero***. Al reincidente edil de Cuernavaca, José Luis Urióstegui, le ordenaron destituir a Carlos de la Rosa como número 3 del ayuntamiento —el número 1 es el exregidor Víctor Adrián Martínez—, y en su lugar, como lo anticipé el lunes 9 de diciembre, sentar a Óscar Cano, no tan descarado como su antecesor que llenó Cuernavaca de cantinas y ambulantaje, no sin gratuidad***. A cambio, Urióstegui pactó con el gobierno del estado y el PAN, la continuidad de Alicia Vázquez como jefa de Policía, premiada pese a los altos índices delictivos durante los tres años anteriores, sin detenciones importantes.
