Después de un viernes muy complicado para las bolsas del mundo temerosas de una recesión en los países del G7 y China, razón por la que nuestro peso perdió terreno ante el dólar y al cierre de una semana con acontecimientos mundiales que muestran la inestabilidad en la que estamos viviendo, es importante no perder de vista lo importante por lo urgente. Como nota marginal recordemos que el jueves pasado, varios países han pedido a sus ciudadanos abandonar Líbano e Israel ante una muy posible escalada en la guerra de la región.
Como sabemos, nos guste o no nos guste México es como un caballo de Troya para entrar al mercado de EUA. Nuestro TLC ahora TMEC ha sido una herramienta para que empresas de EUA, pero también de la Unión Europea (UE) y de Asia entren con mejores precios al mercado de EUA. México ha crecido mucho gracias a este tratado, pero no como debiéramos.
La verdad es que la inversión extranjera ha sido muy buena, pero me atrevo a decir que nuestros políticos de las áreas de economía no han fomentado el desarrollo de industrias nacionales propias que para estas fechas ya deberían de haber creado industrias que de forma propia pudiesen competir con todas las trasnacionales desde autos hasta electrodomésticos o químicos, electrónicos y minería avanzada. Así las cosas, seguimos siendo exportadores de materia prima y maquiladores de productos y tecnologías extranjeras. Pero eso es otro tema.
El tema de esta semana es ver que el gigante asiático con o sin desaceleración económica, con o sin guerras en Oriente o en Europa sigue su paso que a veces parece trote, por aumentar su poder e influencia en los mercados globales. El llamado fondo de la “ruta de la seda” ha aumentado su implementación y como lo hace en México, lo hace ahora en Marruecos o Moroco en donde del covid19 a la fecha sus inversiones han aumentado un 40%, en especial ya dicho país tiene tratados de libre comercio con la UE y con EUA.
Con fondos de su gobierno, las empresas chinas han iniciado lo que ellos llaman una explosión de inversiones en Marruecos en especial en las industrias de energías renovables cuyos productos irónicamente cuentan con subsidios de los gobiernos de Europa y de EUA. Es decir que como en el judo, las empresas del Dragón Rojo utilizarán la fuerza del dinero de los impuestos de esos países occidentales para reemplazar a sus propias industrias con productos fabricados por empresas chinas en Marruecos, mismos que además entrarán a esos países sin aranceles y por si fuera poco con subsidios por ser productos de la canasta de las llamadas energías limpias. Primero, la UE y EUA firman tratados de libre comercio con países vecinos.
Segundo, EU y Europa dan subsidios a la compra y producción de equipos como baterías de litio, autos eléctricos, paneles solares o molinos para generar energía. Tercero, los países Marruecos dan condiciones muy favorables a la inversión extranjera incluso muchas veces mejor que a la nacional y Cuarto, China utiliza esos puntos, envía a sus fábricas a instalar maquiladoras en esos países.
Desde ahí lanza sus mercancías sin impuestos y subsidiadas a competir con las mercancías fabricadas en Europa o EUA en sus propios mercados lo que naturalmente es como quitarle un dulce a un niño porque esos países son caros y por ende sus mercancías no compiten, con lo que poco a poco sus industrias son sustituidas por el comercio de china quien sabe que los consumidores europeos o de EUA preferirán gastar menos por marcas asiáticas que pagar más por marcas locales.
Marruecos vive un boom de crecimiento en industrias maquiladoras. Miles de millones de dólares llegan a ese país para crear empleos en condiciones favorables para la inversión. La verdad es que los gobiernos de Europa y de EUA la tienen muy difícil para frenar el crecimiento de China en sus mercados. EUA y la UE han sugerido que aplicarán altas tarifas arancelarias a los productos de China en especial a los relacionados con las energías renovables como autos EV, baterías etc.
Pero ahora que China se ha instalado en México y Marruecos será más difícil frenarlos porque empresas de EUA y de la UE también utilizan los tratados con esos países para fabricar mercancías similares a las que ahora China fabricará en esos mismos lugares. Veremos si pueden, pero lo veo casi imposible de frenar, cuando mucho lo podrán demorar ya que los mismos gobiernos se han encargado de hacer muy difícil fabricar esos productos en sus países emitiendo regulaciones exageradas e impuestos excesivos.
Por lo pronto Marruecos se deja querer, ya veremos si desarrolla su propia industria de alto nivel o como México se conforma con ser colonizado por segunda vez.