El tamaño del esperpento que han provocado la imprudencia, la saña y la falta de oficio en el manejo de la crisis de Iguala, es de marca mundial. El gobierno no se enfila rumbo al fracaso… ¡está inmerso en el fracaso! Lo peor es que no se ha dado cuenta. Su provincianismo toluqueño es elocuente y lastimoso.
El deterioro de la imagen internacional del país es irreversible. Su impacto rebasa las limitadas inteligencias de los organismos criollos de “seguridad nacional” y de sus titulares, de tal forma que quién sabe si la renuncia de todos sus integrantes –como aquí se sugirió– pueda alcanzar siquiera para limpiar el casco del barco naufragado.
Se requiere mucho más de todo lo que se ha invertido para responder de una manera decorosa a los millones de líneas ágata, mensajes cibernéticos, menciones de estelares programas radiofónicos y televisivos en todos los continentes que han asociado el vocablo México con las condenas de masacre, inseguridad, impunidad, incapacidad. Horrorizaron a la conciencia mundial.
Es el Halloween mexicano. Sólo tretas, ningún dulce.
Tampoco hay forma de revertir la “toma” televisiva que circuló en todo el mundo durante la última manifestación de El Ángel al Zócalo de la capital nacional, cuando los asistentes que reclamaban la presentación de los desaparecidos, formaron en el centro unas letras iconoclastas y contundentes: “Fue el Estado“.
El tiempo le ha dado la razón a los reclamantes que no encuentran una respuesta después de un mes de la masacre. Como aquí lo dijimos oportunamente, participaron en la debacle del Estado policías, narco-delincuentes, autoridades civiles estatales y federales, ¡y miembros del Ejército! Todos juntos.
Este último dato, como aquí lo expusimos, llevó a varios jefes de los implicados a querer ganar tiempo al retrasar su participación en las pesquisas. Sólo consiguieron que la proverbial apatía por el respeto a la justicia, se enseñoreara del país y se acumularan más hechos sangrientos, como los que se derivan del hallazgo de más fosas de ajusticiamiento. ¿Quiénes son? ¿Por qué los asesinaron, porque sí los asesinaron? Ahora, ¿quién va a pagar? ¿Qué sigue?
OOOOOTRA REFORMA ESTRUCTURAL
Como en México para todo tenemos respuesta, con o sin garrote, ya hay dos posiciones al respecto. Aunque usted no lo crea, in-tele-tuales salinistas y zedillistas de la “sociedad civil” favorecidos por el dedo del poder, hablan de llevar a cabo… ¡otra reforma estructural ( ¡gulp!) que ahora certifique la elegibilidad y la honestidad de los políticos!
Queda registrada para ser presentada oficialmente en la próxima sesión del Ateneo de Angangueo, para la estatuilla o la condecoración correspondiente del “gazapo más grande del mundo”, sólo para estar a nivel, no pierda relevancia y pueda competir contra otros galardonados, do you know?
La otra respuesta es de los que se abandonan a los vientos de fronda del poder. Demacrados, cariacontecidos, espantados, los “nuevos valores” de Pemex apuestan por la permanencia en los cargos, a cambio de cerrar los ojos y entregar, sin ambages, los cachos de soberanía petrolera. Vea usted:
Un boletín ordinario de la petrolera Chevron, que nunca se ha ido del país , refería la semana pasada que encontró un gran yacimiento de hidrocarburos en aguas mexicanas del Golfo (a diez kilómetros de profundidad). Con serenidad, informó que, así como lo ha hecho durante muchos años, en los cuales ha sacado 200 mil barriles diarios del Golfo de México, puede tomar la decisión de entrarle a ese proyecto, en las mismas condiciones que lo ha hecho siempre.
El mismo día, Pemex dio a la luz un boletín ensarapado en el que menciona que su joven director general firmará un “convenio de asistencia tecnológica para la exploración petrolera en aguas profundas con la ameritada tecnología Chevron, de EU”, para lo cual, la Fundación y los analistas norteamericanos… bla, bla, bla.
Horas después, el maestro Pedro Joaquín Coldwell, experimentado petrolero caribeño, en el marco de la “Cumbre de Negocios” convocada por el nefasto Miguelitito Alemán, vuelve a marcar un registro de las entradas e ingresos de inversiones petroleras extranjeras que vendrán a México este sexenio, ubicándolas en 12 mil 500 millones de dólares. O sea, ¡el equivalente al 2.5% del presupuesto de egresos para el 2015!
¿Para eso, tanto desmadre de “reformas estructurales”?
Tanto Lozoyita como Joaquín Coldwell han entrado con esas acciones al museo de los horrores. Como lo han hecho –creo que durante toda su vida– involuntariamente, el peñista y el salinista son también candidatos a ser juzgados por el más grande de los delitos a que puedan aspirar: el de traición a la patria.
SIN SENTIDO DE LA HISTORIA
¿En dónde están los pies y cabezas de todo esto? ¿Todavía no saben que cuando los “gobiernos” –o como se llamen– empiezan a entregar todo a cambio de nada, llega el momento en que ya no son necesarios y lo único que tienen para dar es su renuncia?
Ejemplares icónicos de lo anterior, sobran. Para el tamaño de esta humilde colaboración, basta mencionar los casos del dictador cubano Fulgencio Batista, el dominicano Rafael Leónidas Trujillo, el panameño Manuel Noriega y un largo etcétera de descastados que nunca midieron el rebote de sus desastres.
El mencionado “convenio de cooperación tecnológica, celebrado entre Pemex y la Fundación Chevron” es sólo la muestra palmaria de cómo se hacen las tranzas en este país. Es decir, subcontratación de extranjeros (en Pemex y en la secretaría de Energía ya demostraron que no saben ni cuantos litros tiene un barril, si no pregúntenle a la subse Lourdes Melgar) a cambio de contratos financieros.
Contratos financiero bajo las figuras de commodities –para resarcirse de la volatilidad del crudo–, overhauls –para garantizar el pago a precios invariables, ocurra lo que ocurra en el país– o rollovers –para hacer el cambio inmediato a cualquier otro instrumento financiero, en cualquier lugar del mundo.
Para nosotros esto no es nuevo. Lo hemos visto a lo largo de nuestra historia, ejecutado por otros “concertinos”: Poinset, Zachary Taylor, Winfield Scott, Henry Lane Wilson, etc. Son los verdugos de los entreguistas incondicionales.
La “narrativa” de los fruncionarios de Pemex y de Energía es la misma que sustentó el argumento de que el Estado cumplía con la pura renuncia de “El Gordo” Aguirre y, como decía Fox, “a otra cosa, mariposa”. ¿Ya vieron que no es así?
El argumento entreguista de nuestros próceres empieza por no meter la mano ni en defensa propia. Y confiar la solución a la defensa que va a hacer de ellos el grandulón del salón de clases. Entregar sin condiciones, a cambio de que nos defiendan sin condiciones.
Lástima que ése no es el sentido de la historia.
Índice Flamígero: Portada, ayer, del diario capitalino La Jornada: “‘‘No queremos promesas, sino rencontrar a nuestros hijos” | Decepcionante cita en Los Pinos: padres de desaparecidos | ■ ‘No se da cuenta el gobierno de Peña de que el sufrimiento no se negocia’’ | ■ ‘Desconfiamos de él; si no puede dar resultados, que venga la CIDH” |■ ‘Quienes se los llevaron tienen uniforme de una corporación oficial’”. Dura. Seca. Lo dice todo. ¿O no?
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TODOS SON ABARCA
el 99.99 % de los funcionarios de gobierno, legisladores, dirigentes de partidos políticos y elementos del poder judicial a todos niveles son iguales a los Abarca.
TODOS SON ABARCA……….o nó ?