Redacción MX Político.- Identificados como “macielistas” por su vínculo con su fundador fallecido en 2008, Marcial Maciel, los miembros de la cúpula de la vieja guardia de los Legionarios de Cristo no sólo siguieron activos y en plenitud de sus facultades, permanecieron en la cima del poder de la congregación religiosa pese a los escándalos más recientes, a la nueva ola de denuncias de víctimas de abuso sexual y a los juicios que se abrieron en 2019.
Tampoco ha importado que parte del clero mexicano y el Vaticano estén revisando su posición por las acusaciones de encubrimiento.
En ese contexto, la denunciada organización deberá elegir a su nuevo líder en una reunión clave (capítulo general, en el lenguaje legionario) que se realiza en la capital romana en estos días.
Las múltiples acusaciones revelan que muchos de los colaboradores más cercanos a Maciel no fueron separados de los puestos de poder en la legión y exponen que el grupo no ha perdido terreno ante los enfrentamientos directos con otros miembros del clero, según informó Apro desde Roma, Italia.
“Uno de los problemas es que la mayoría no está preparada para enfrentar a la cúpula, a aquellos que desde siempre están en los puestos de poder”, explica Adriana Lozano, consagrada del Regnum Christi (el brazo seglar de los Legionarios), quien recientemente emprendió una batalla en favor de las víctimas de los sacerdotes pederastas y cuya lucha históricamente ha tenido poco apoyo público de parte de los miembros de la congregación.
Sin embargo, el esfuerzo de Lozano se ha intensificado en los últimos meses y ha sumado aliados. “Personalmente he recibido muchísimo apoyo del nuncio apostólico en México (Franco Coppola) y del promotor de Justicia de Monterrey (Pedro Pablo González Sias)”.
Cuenta a Apro que González Sias le ofreció escribir una carta a Eloy Bedia, un directivo legionario que además de otras víctimas y testigos ha denunciado por encubrir los abusos de Fernando Martínez, quien en días recientes fue expulsado del sacerdocio por orden del Papa Francisco.
“Así nació la carta que el tribunal eclesiástico de la Arquidiócesis de Monterrey le envío a Bedia”, explica la mujer vía telefónica.
“Todo esto es muy doloroso para mí. Me mintieron en la cara cuando primero supe de los abusos (de Martínez) y los denuncié. Y siguen con esas actitudes. No hay interés alguno por las víctimas”, afirma Lozano, quien ha sido amenazada por sus recientes señalamientos.
Otra fuente del Regnum Christi consultada por este semanario se cuestiona sobre el peso que tiene la disidencia en los Legionarios. Recuerda que en el anterior capítulo general que se realizó en 2014 hubo algunas personas que expresaron su inconformidad, “pero fueron sepultados y ninguna acción hubo”.
Bajo el anonimato por temor a represalias, esta persona relata que algunos jóvenes estadunidenses han amenazado con abandonar la congregación “si las cosas no cambian pronto”.
No obstante, confiesa que la disidencia aún no tiene la fuerza para competir por la cúpula de la congregación. “Por eso nuestra lucha dependerá de los apoyos externos que logremos sumar”.
Precisamente ese apoyo podría llegar de Coppola, representante del Papa en México y cuyos esfuerzos cada vez son más abiertos.
En junio último, el nuncio apostólico de México tuvo un traspié con una de las denunciantes de Martínez, pero corrigió su posición la semana pasada cuando declaró a un medio de comunicación religioso que esperaba que el Vaticano se ocupe de la “red de encubrimiento” que durante tres décadas ocultó los abusos de Martínez.
Por los comportamientos inadecuados del gobierno de esta congregación, “el tribunal eclesiástico de Monterrey ha pedido a la Congregación para la Doctrina de la Fe la autorización para abrir un proceso penal y un proceso para reparación del daño”, agregó Coppola.
Acusaciones
Lo que representa una tarea insólita para una nunciatura, Coppola ha comenzado a recibir a aquellos que buscan denunciar los abusos de otros legionarios.
Entre las acusaciones destaca la que una persona presentó en diciembre último por un presunto caso de abuso sexual cometido en los ochenta en el seminario de Ajusco, en la Ciudad de México.
En una comunicación que hizo llegar a Apro, Coppola explicó que están trabajando para que las víctimas sean atendidas y “encuentren el camino más adecuado para presentar su denuncia y erradicar así este flagelo de la Iglesia”.
El representante del Vaticano agregó que falta decidir ante cuál instancia judicial presentarán formalmente las acusaciones y consideró que los recientes casos podrían destapar más reportes de violaciones.
jvg