Futbol femenil en México
Silvia Isabel Gámez
Alicia Vargas, una de las jugadoras de la selección mexicana que viajó a Italia en 1970 para participar en el primer Campeonato Mundial de Futbol Femenil, recuerda que solo tenían un uniforme para competir, y ni siquiera de su talla. Cuando llegaban al hotel, antes de descansar tenían que lavarlo para volvérselo a poner al día siguiente. “Ahora”, dice, “las jugadoras se pueden dar el lujo de intercambiar sus playeras”.
En ese país, donde la selección nacional logró el tercer lugar, se acuñó el mito de la Pelé Vargas. Tenía 16 años. Cuando en 1971 se celebró en México la segunda edición del campeonato, se había convertido en una figura popular. Junto con María Eugenia Rubio, la Peque, eran “las jugadoras del momento”.
Hacían comerciales en televisión, aparecían en los periódicos, llenaban los estadios, pero eso no se tradujo en ingresos. Cuenta que, incluso hoy, no sabe de quién fue la idea de exigir un pago por su trabajo: si de los entrenadores o de las jugadoras de mayor edad de la selección.
“Quedó en que fuimos todas, y se nos echó la prensa encima. Que cómo era posible que, siendo amateurs, pidiéramos dinero. Yo dije sí, tienen razón, somos amateurs, pero ¿por qué cobran ustedes si las del espectáculo somos nosotras?”.
Habían condicionado su participación en la final contra Dinamarca: si no les pagaban dos millones de pesos, no jugarían. Tras la negativa del presidente del comité organizador, Jaime de Haro, pusieron por delante el apoyo de la afición y salieron al campo, pero el daño estaba hecho. “Entrenamos dos días antes del partido, eso nos afectó”.
Tras la derrota, Vargas, que había sido el “arma secreta” de la selección femenil, la artífice de los pases a gol, cayó, como sus compañeras, en el olvido. “Haz de cuenta que nos desaparecieron. Nadie sabía si seguías jugando, dónde andabas, qué hacías. Trataron de apagarlo por lo que habíamos logrado en tan poco tiempo”.
Al final, cada una cobró 11,000 pesos que les pagó De Haro, y otros 10,000 producto del boteo que hicieron artistas y cantantes en la entrada del estadio los días de partido. En total, 21,000 pesos, cuando se afirmaba que las ganancias sumaban millones.
“Luego decían que te llovían casas, te llovían carros, te llovían refrigeradores. Yo les decía de payasa: ‘Agáchense, porque nos pueden descalabrar’”.
Su carrera como futbolista despegó con rapidez. Desde la niña que metió sus primeros goles en las coladeras de su calle, Nadadores, en la colonia Churubusco, hasta la adolescente que jugaba en el Guadalajara en la Liga América, y la joven seleccionada femenil.
Cuenta que quería ser delantera o extremo izquierdo, pero su entrenador, José Morales, temió que por su rapidez no hubiera quien le pasara el balón, de modo que la dejó como central. “Así tenía la oportunidad de hacer goles y de abastecer a las delanteras. Yo era zurda natural, pero le pegaba con las dos piernas”.
Ser seleccionada le permitió obtener una plaza como profesora de educación física en la Alcaldía Azcapotzalco, donde permaneció casi tres décadas. Se retiró del futbol con 42 años, después de sufrir una fractura.
Seguidora de la Liga MX Femenil, considera que van “paso a pasito, poquito a poco”. Si tuviera el poder, lo primero que cambiaría serían los juegos entre semana y los horarios “terribles” que tienen, y pondría solo mujeres en la dirección técnica de los equipos “para que todo sea a nivel femenil”.
Aunque han tratado de nivelar la liga para que no se vea “tan dispareja”, resulta claro para Vargas que los clubes que más invierten son los que logran mejores resultados.
Pero, aun con sus carencias e inequidad salarial, la situación actual de las jugadoras no se compara con lo que ella y sus compañeras vivieron.
“Si lo ves ahora, con la experiencia que tenemos, se puede decir que a nosotras por el gusto del futbol nos explotaron bien y bonito. Pero en su momento eso nunca te interesó, tú lo que querías era andar detrás de un balón”.
La incertidumbre del patrocinio
El informe Deloitte Football Money League 2022 señala que, por primera vez en 25 años, los 20 clubes con mayores ingresos del futbol europeo tienen un equipo femenil. Esta mayor representación no se traduce a nivel de la directiva, donde en promedio el 11% son mujeres, con un máximo de presencia en la Juventus, del 40%.
El Manchester City, campeón de la Premier League, ocupa el primer lugar de la lista con ingresos de 644.9 millones de euros obtenidos en la temporada 2020/2021.
La baja asistencia a los estadios, causada por la pandemia, provocó que los ingresos de los clubes en la jornada del partido (boletos, consumo), que antes del covid-19 sumaban el 16% del total, disminuyeran en los últimos dos años, en promedio, al 8%, señala el informe. Los derechos de transmisión significaron casi la mitad de los ingresos, 47%, mientras que los patrocinios y las retribuciones comerciales alcanzaron el 45%.
Hace un año, 18 de los 20 clubes de la Money League incluidos en el informe de Deloitte contaban con un equipo femenil. Y apenas ocho, el 44%, tenía un patrocinador exclusivo para la playera femenina.
El informe de la FIFA El camino del cambio, en el que participaron 282 clubes y 30 ligas de futbol femenil, considera la generación de ingresos por patrocinio como un área “relativamente” poco explorada, pues solo el 31% de los contratos son exclusivos del equipo femenil. La mayoría se venden en paquete con el varonil.
En México, Chivas Femenil lleva al frente de su camiseta la marca local Sello Rojo, las Tuzas del Pachuca son patrocinadas por Saba, y Rayadas de Monterrey por Midea y Arabela. A esos apoyos se suman otros patrocinadores que comparten con el conjunto varonil. En casos como los de Pumas (DHL, Banca Mifel) y América (ATT, The Home Depot), son las mismas marcas al frente de la playera en ambos equipos.
“Estaría bien si la asignación de recursos fuera equitativa, pero una marca no tiene problema si el dinero se va al futbol varonil porque le da mayor visibilidad: se transmite en canales estelares, en televisión abierta, aparece en las redes sociales. Si volvemos al futbol femenil más visible, va a ser mucho más atractivo para las marcas patrocinarlo”, afirma Jorge Francisco Hinojosa, fundador de la consultora Plus Quam Consulting.
En su newsletter El Míster, en agosto de 2021, Iván Pérez publicó los resultados de un estudio de Jump Sports Marketing Solutions que cifraba en 314 millones de dólares anuales la inversión de 177 marcas en 300 patrocinios de la Liga MX, los clubes y la Selección Mexicana. El 29% de las marcas hacía un pago adicional para estar en las pautas publicitarias de televisión.
Armando Escamilla, director de la consultora Patroria, asegura que, para lograr patrocinios de “largo aliento” en el futbol femenil, se necesita encontrar el nicho de público al que va dirigido, generar información que las marcas puedan estudiar y diseñarles beneficios específicos.
Uno de los problemas, agrega, es que los clubes no han hecho una diferenciación entre el futbol varonil y el femenil en su búsqueda de inversión. “Si hubiera más datos que la marca pudiera analizar de manera ágil para tomar una decisión, se eliminaría la incertidumbre del patrocinio”.
Tocar puertas
Érika Gadea se preparaba para jugar en la Liga MX Femenil, en 2017, cuando supo que estaba embarazada. Y sus prioridades cambiaron. Era contención, o volante derecho, con buena pegada. “No era muy correlona, pero tenía buena ubicación”.
Creció prácticamente en los estadios, ya que es hija de dos figuras del deporte en Nuevo León: el futbolista y entrenador de Tigres, Roberto Gadea, fallecido en 2020, y la pionera del futbol femenil en el estado, Alma Rosa Cavazos.
Empezó a jugar siendo niña, y su carrera se prolongó 15 años. Ser futbolista en el equipo femenil de la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL), donde entrenaba de lunes a sábado, le permitió tener una beca del 100%. “Nunca se puede olvidar el estudio, es como un seguro de vida”, afirma la doctora en Ciencias de la Cultura Física.
Profesora-investigadora en la Facultad de Organización Deportiva de la UANL, desde hace más de una década entrena a su equipo femenil, y desde hace casi un año al varonil. Confiesa que le resulta más fácil “hablarle fuerte” a las mujeres, “no sé si porque sé que pueden hacerlo mejor”, pero con los hombres aún se toca “el corazón”.
También en los vestidores advierte diferencias. “Lo que me ha tocado ver es que los hombres se pueden enojar en un partido, gritarse, y al final del juego se estrechan la mano y se van juntos. Pero en el caso de las mujeres se dejan de hablar de por vida”.
Contrario a lo que pudiera pensarse, dice, hay jóvenes universitarias dotadas para el futbol a quienes no les interesa ser profesionales. Unas quieren terminar primero su carrera, y otras no desean sacrificar familia y amistades por estar en la liga.
Gadea, quien tiene una maestría en marketing deportivo, ha ayudado a jugadoras de la Liga MX Femenil a conseguir patrocinios, como una forma de complementar sus salarios. Puede ser una mención en redes, una firma de autógrafos, un comercial…
“Hay que ir a tocar puertas. Cuanto mayor número de seguidores tengan (en las redes sociales), más patrocinadores les van a apostar, porque eso significa visibilidad”, señala. “Si hubiera un especialista en marketing en cada club femenil, creo que crecería más la liga”.
En Tigres y Rayadas, dice, hay jugadoras que ganan más de 250,000 pesos mensuales, a lo que se suman los patrocinios. “Un sueldo así lo veo bien, a lo mejor porque yo jugué gratis”. Pero también es cierto, agrega, que todavía hay futbolistas con salarios de 10,000 pesos o menos al mes.
La afición que sigue a las jugadoras en redes sociales se cuenta por decenas de miles, y aumenta día con día. En Instagram, Alison González, del América, suma 146,000 followers y cuenta con patrocinios de Nike y Electrolit, mientras que la goleadora de Chivas, Alicia Cervantes, con 140,000, recibe el apoyo de Nike, y Charlyn Corral, de Tuzas, con más de 72,000, es patrocinada por Adidas.
El futbolista del Manchester United, Cristiano Ronaldo, reina en Instagram con 447 millones de followers. El tercer jugador mejor pagado del mundo, según Sportico, con 115 millones de dólares anuales, obtiene casi la mitad de sus ingresos, 55 millones, por concepto de patrocinios, merchandising y colaboraciones comerciales.
Gadea, madre de Diego, de 4 años, y María Roberta, de 2, asegura que su proyecto de vida es dirigir un equipo profesional. Su perfil Tigre fue una desventaja cuando se acercó a un club de la región. “Tal vez es por el fanatismo que se vive en el norte”.
Mientras llega ese día, piensa en cómo podría afectar a su familia mudarse a otro estado si surgiera la oportunidad de entrenar a un equipo, pues su esposo tiene una plaza en el área de atletismo de la UANL. “No es nada fácil”, concluye. “Hay que cambiar los roles”.
Una locura
Mientras los derechos de transmisión se han convertido en una fuente de recursos sustancial para el futbol varonil, que puede significar más de la mitad de sus ingresos, en el femenil, según El camino del cambio, se reduce, en promedio, al 6% del ingreso de los clubes y el 18% de las ligas. Solo el 8% de los partidos se emitieron por televisión abierta.
El 31 de marzo, TUDN, el canal deportivo de Televisa-Univisión, que tiene los derechos de transmisión de los equipos América, Pumas, Necaxa, Cruz Azul, Juárez, Toluca y Tigres, anunció que los partidos de la Liga MX Femenil solo podrían verse en su nueva aplicación gratuita ViX. Aún falta saber si los encuentros serán llevados a su versión de paga, ViX+, anunciada para la segunda mitad de 2022.
La final de este año entre Chivas y Pachuca fue transmitida por Fox Sports y Chivas TV, ambos por suscripción, y Telemundo en Estados Unidos.
Pero, ¿tiene público el futbol femenil? En una de sus columnas para Récord, Ignacio Suárez muestra, a partir de datos de la empresa Nielsen Ibope, que en enero de 2022 los partidos de la Liga MX Femenil transmitidos por televisión de cable superaron en promedio los .30 puntos de audiencia, con el encuentro UNAM vs. América logrando 1.94 puntos de rating en TUDN.
Estas cifras no se pueden comparar con las que alcanza el futbol varonil en televisión abierta, pero sí con la liga francesa, que tiene al Paris Saint-Germain (PSG) de Messi y Mbappé, y se transmite también por cable. Cuando juega el PSG, apunta Suárez, la audiencia oscila entre .20 y .40 puntos, pero si son equipos menos conocidos, puede descender a .04. Y si se trata de la liga italiana, aun con el Napoli de Chucky Lozano, los números son todavía más bajos.
Una de las voces que se alzaron contra la decisión de transmitir el futbol femenil únicamente por una aplicación, a través de ViX o Fox Sports Premium, fue la de Ana Paola López Yrigoyen, jugadora del Cruz Azul, quien en Twitter escribió: “Se habla de la necesidad de hacer rentable el futbol femenil, pero eso se hace ampliando la demanda. ¿Cómo la amplías? Difundiendo tu producto lo mejor posible, no restringiendo el acceso a más consumidores”.
Confinar el futbol femenil al streaming, advirtió, conducirá a su “encarecimiento y privatización”. “¿Quieres crecer la demanda vía streaming? Está bien, ponlo gratis por Twitch (como la NWSL —la liga femenil estadounidense—) primero y un buen rato, y ya después cobras por ello”, señaló.
Escamilla, especialista en marketing, considera que transmitir el futbol femenil por una aplicación gratuita o en redes sociales le brinda la oportunidad de generar su propio nicho y crear una audiencia, pues su público es más participativo y apasionado que el del varonil. “Lo que sí creo es que la Liga MX Femenil todavía no está lista para que se pague exclusivamente por verla”, afirma.
Un error de la Liga MX es no vender en paquete los derechos de transmisión a nivel nacional e internacional, apunta Hinojosa, maestro en gestión deportiva por la Universidad de Georgetown. En el país, cada club gestiona la venta de manera individual.
“Como en México los dueños de los clubes son también propietarios de medios, no quieren arriesgarse a que los juegos de su equipo no se transmitan por su canal. Y eso ha afectado al mercado, tanto varonil como femenil”.
La Premier League de Inglaterra, ejemplifica, vendió sus derechos televisivos en Estados Unidos, hasta 2028, a NBC Sports por 2,690 millones de dólares, pero lo que más se ve en ese país es el futbol mexicano. A mediados de mayo se publicó que Apollo Global Management planea ofrecer a la Liga MX una inversión de 1,250 millones de dólares a cambio de un porcentaje de las ganancias por la venta de los derechos de transmisión a nivel internacional. Eso, en caso de que los clubes lleguen a un acuerdo.
“Falta en la Liga MX una modernización en la visión, en cómo hacer negocio, se sigue viendo el futbol de una manera individualista, sin una planeación estratégica”, señala Hinojosa. “Es necesario entender que en el campo (los clubes) son rivales, pero afuera pueden ser socios. Su visión es muy cortoplacista”.
Una planeación a largo plazo, sumado a mayores ingresos, agrega, permitiría implementar nuevas iniciativas para el futbol femenil. “Por qué no cambiar los calendarios y en el verano, cuando no hay futbol varonil, llenar la televisión del femenil en horario estelar. La gente lo va a consumir, y vas a generar una audiencia cautiva”, propone. “Se sigue oyendo la misma narrativa: que no podemos poner el futbol femenil en horario estelar porque no genera dinero, y bueno, no genera dinero porque no lo pones en horario estelar. Es un círculo vicioso”.
A despecho de cualquier traba, el futbol femenil continúa su ascenso. Según El Míster, la derrama económica de la final ha aumentado el 40% entre 2019 y 2022, por la venta de boletos y consumo en los estadios. Este año, se esperaba que el duelo Chivas vs. Pachuca generara 19 millones de pesos.
Gadea lo resume en dos palabras. Al observar la evolución que ha tenido la Liga MX Femenil desde su creación en 2016, vaticina que en diez años será “una locura”.
Este reportaje forma parte del proyecto “Las mujeres futbolistas y sus derechos humanos laborales. Una mirada rumbo al Mundial 2026”, de la Red de Mujeres Sindicalistas.