La insoslayable brevedad
Javier Roldán Dávila
Dijera don Herodes: si el Estado no es fallido…es tullido ¿o sea?
Por supuesto, el fenómeno del crimen, no puede ser atribuido, en su origen, al actual gobierno federal, lo que sí podemos decir, es que al igual que los anteriores, ha fracasado en el combate al mismo, los malosos se empoderan cada día más.
De entrada, no se trata solamente de los cárteles de la droga, sino, de bandas de menor calado, que afectan a todos los sectores sociales.
Por los medios de comunicación, nos enteramos que hay falsificadores de Coca-Cola, cerveza, cigarros, condones, lubricantes, medicinas, licores, billetes y todo lo que ustedes puedan suponer, bueno, sin dejar de mencionar los votos y no precisamente de castidad.
Además, si viajamos en automóvil, debemos cuidarnos de los ‘monta choques’, a lo que agregamos los ‘monta deudas’ a través de aplicaciones digitales. También hay delincuentes que secuestran mascotas, que extorsionan lo mismo al bolero, al voceador y al tamalero.
Podemos conseguir, en versión apócrifa, actas de nacimientos, certificados de estudio, credenciales del INE, hasta una Fe de Bautizo, la cultura de la transa no ha desaparecido, por el contrario, se convirtió en un estilo de vida.
Desde luego, no podemos ignorar el narcomenudeo, la Trata, el secuestro, los homicidios por encargo, los feminicidios, el huachicoleo, el tráfico de fentanilo, la ‘mordida’ (la cual aplica desde el policía de crucero, hasta el altísimo funcionario) y un largo etcétera.
Lo más grave, es que todo esto parece haber tomado carta de naturalización, por lo que, como dijera el clásico, ante la ausencia de Estado preguntamos: ¿quiénes mandan en México?, ojalá y la respuesta, no sea una fake news ¡joder!