SENTIDO COMÚN
Gabriel García-Márquez
La ocurrencia del gobernador republicano de Texas Greg Abbott de poner una barrera de boyas con alambre de púas en el río Bravo, es una decisión a todas luces violatoria, tanto de la soberanía nacional de México como del propio gobierno de los Estados Unidos, toda vez que no hubo acuerdo ni autorización de por medio; es decir se hizo a espaldas del presidente Joe Biden.
Esta inhumana decisión ha sido tomada como una provocación hacia el gobierno de Joe Biden y más hacia el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, quien ha puesto el grito en el cielo y con toda la razón, enviando una carta diplomática al gobierno estadunidense, considerando que el tramo donde fue instalada la barrera flotante entre las ciudades de Eagle Pass (Texas) y Piedras Negras (Coahuila) puede tener efectos de obstrucción y desviación del cauce, causando daños a la ciudad mexicana, toda vez que los arrastres de la corriente podrían quedar atrapados en la cerca.
Esta decisión del gobernador republicano Greg Abbott es violatoria del Tratado de Aguas Internacionales firmado en 1944, que en su artículo 17 establece que “El uso del cauce de los ríos internacionales para las descargas de aguas de avenida o de otros excedentes será libre”, por lo que el gobierno mexicano ha solicitado que se retiren estas barreras.
Al respecto al embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar se trasladó al sitio donde se colocaron las boyas y se declaró en contra de esta medida, que está totalmente alejada de la política migratoria del presidente Joe Biden, además de que fue instalada sin los permisos correspondientes y ser un peligro para la navegación, por lo que afecta las relaciones diplomáticas de su país con México, además de que pone en riesgo a la población.
Por esta razón el departamento de justicia de Estados Unidos ya conminó al gobernador texano a que retire las boyas, de lo contrario se iniciarán acciones legales en su contra, a lo que el gobernador Abbott se ha negado enviando un mensaje negativo y agresivo a Biden en el que dice: “Texas autorizará plenamente su autoridad constitucional para afrontar la crisis que causó. Texas le verá en los tribunales, señor presidente”.
Las reacciones de activistas no se hicieron esperar y protestaron en la zona fronteriza de Eagle Pass contra el gobernador Abbott, exigiendo la suspensión de la instalación de las boyas con púas, por considerarlas un grave riesgo para la gente.
Aun cuando la intención del gobernador texano sea regular la migración, esta no es la manera más adecuada para hacerlo, si el presidente Donald Trump lo quiso hacer con la construcción de un muro en la frontera, hacerlo con este muro flotante con alambre de púas es totalmente inhumano y violatorio, tanto de los derechos humanos como de los tratados internacionales.