C O N T R A P O D E R
JUAN ANTONIO TORRES
EN los difíciles tiempos de pandemia que se viven en todo el mundo, de los cuales no está exento nuestro país, en el Estado Grande, Chihuahua, los empleados del ISSSTE, así como los derechohabientes, la están pasando más que mal.
Desde que se hizo cargo de la citada delegación, el general retirado, Jorge Domínguez Lima, el pasado 2 de febrero, por órdenes expresas del también general, Jens Pedro Lohmann Iturburo, quien funge en la actualidad como Director Normativo de Administración y Finanzas, se desató un clima de hostigamiento en contra de todos los empleados, como si fueran perros del mal.
O, lo que es peor, delincuentes.
Sin la mínima sensibilidad o el tacto necesarios para tratar con el personal que dependen del nuevo delegado, ha asumido funciones que no le competen, en lo que se refiere a las áreas de prestaciones y la médica, que desde luego que no le corresponden, según lo estipula el organigrama del referido instituto, que repercuten directamente en la atención y el servicio a los miles de derecho habientes que deben ser atendidos diariamente, según denunciaron, varios empleados, que solicitaron el anonimato, para no hacerse acreedores a las consabidas represalias.
Nomás por que se le hinchan las amígdalas, ha cambiado médicos, que no obstante que son reconocidos por su buen desempeño, que han observado por muchos años, los ha tratado de enrocar en otros puntos, cuando no han dado motivos por quejas de un mal trato en contra de los derecho habientes, o lo que es peor, que hayan caído en un hecho que raye en la irresponsabilidad laboral.
En ese contexto de ejercer su autoridad militar, para hacerse notar, ordenó la reducción de combustibles- gasolina, diésel- en todas las ambulancias que transportan a pacientes foráneos, que vienen de fuera de la capital del estado. Algo que debe ser considerado como grave y preocupante para los miles de derecho habientes, es que canceló la sanitización de todas las unidades médicas, cuando el tema de la pandemia, todavía no se acaba de ir.
En un mes y días que lleva al frente de esta delegación, el militar oriundo de Veracruz, ya se hizo notar, pero a la mala.
Se siente la trompa del tren. Para hacer infranqueable su interlocución, con todos sus subordinados o colaboradores, que suman más de 2 mil 700, que se dividen en tres áreas, como son prestaciones, médica y administrativa, nombró como su secretario técnico o privado a otro personaje emanado de la milicia, al capitán, Froylán Rojero, quien también se da sus ínfulas.
Lo que es más que claro, es que hay zozobra, temor en la mayoría de los empleados, por qué el hostigamiento laboral, es más que manifiesto. A guisa de ejemplo, de la prepotencia, de los desplantes de arrogancia, que ha hecho más que evidentes, Domínguez Lima, en su desempeño, es el hecho que pretende sacar al Órgano del Control Interno del ISSSTE, del edificio donde se alojan las oficinas de esta dependencia y mandarlo a otras instalaciones ¡pero fuera!
No sabe, o le vale una pura y dos con sal, que es el órgano que debe de ocuparse de la transparencia y la correcta aplicación de los recursos variopintos, que maneja una institución a nivel estatal.
Trae la brújula perdida, este funcionario que se sacaron de la chistera, para que cobrara un sueldo sin tener el oficio, la experiencia, que se requieren para ocupar un encargo de responsabilidad como es una dependencia que se debe ocupar de un tema de la mayor importancia; la salud, y más cuando estamos en una situación de pandemia.
“No tiene la culpa el indio, sino quien los hace compadres” reza el sabio refrán, y esto no es más que consecuencia de los afanes del caudillo de Macuspana, Tabasco, el artífice de la Cuarta Decepción, Andrés Manuel López Obrador, de convertir a los militares, sus nuevos aliados, en el ajonjolí de todos males, perdón, los moles.
Y de esa ecuación, por supuesto, no se escapa, el sustituto de Ramiro Alvídrez.
En estos dos meses y una semana que lleva al frente de la citada dependencia, no ha salido a reconocer las otras unidades médicas, que se ubican en Ciudad Juárez, Cuauhtémoc, Ojinaga, Jiménez, Saucillo, Delicias, Guachochi, Camargo, Madera, Parral, como tampoco las casas de cuidado diario o las estancias infantiles, las cuales no han sido sanitizadas desde que hizo su arribo, pese a que se prevé un rebrote del Covid -19 en fechas próximas.
Lo que ha hecho, este mamarracho de funcionario, se contrapone con lo que el pasado 15 de febrero del año en curso, el director general del ISSSTE, Luis Antonio Ramírez Pineda, firmó la Declaración de la Política de Igualdad Laboral y no Discriminación, que entre otras cosas, estipula que el instituto se compromete a realizar acciones, de prevención y eliminación de todo acto de discriminación, cero tolerancia al hostigamiento sexual y acoso sexual, así como anular toda practica que atente contra la dignidad de las personas…
Por lo que se ve estas disposiciones desde las oficinas centrales del ISSSTE, son letra muerta, para el general, Jorge Domínguez Lima, o lo que es peor, se las pasa por el arco del triunfo, a sabiendas que pesan más las tóxicas influencias, que conducirse con apego, a ser un auténtico servidor público, y no un patán, que intimida con la bota militar…...que todo lo pisotea…