homopolíticus
pavesoberanes
La policía y los jesuitas tienen la virtud de no abandonar jamás ni a sus enemigos ni a sus amigos.
Honoré de Balzac
El anuncio del próximo jefe de la policía nacional supone la desmilitarización de las labores de seguridad pública, pero también el desmarque de la presidenta entrante del presidente saliente.
El regreso de los policías civiles para prevenir el delito —a García Harfuch le sale bien incluso perseguir y alcanzar delincuentes— revela que los mandos militares y marinos no han hecho bien la cosa policial.
Al periodista —él sí— Juan Bustillos [†], le habría dado gusto que su querido hermano, como llamaba a Omar [Cuernavaca, 1982], fuera designado secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, como también que los militares y marinos regresen a sus cuarteles. En su imprescindible columna Sólo para iniciados, Bustillos mostró su temor de militarizar el país. Hoy debe estar buscando, donde esté, una máquina Remington para dedicarle, con su estilo único, unas líneas a su hermanito menor.
Tan pronto se hizo cargo de la Policía en la Ciudad de México y empezó a dar resultados contra las bandas delincuenciales, le descargaron un rifle Barret calibre 50, de esos que no fallan, fallando. Su estrategia de seguridad fue distinta a la estrategia federal, empezando por el mando civil, y con resultados diferentes. Implementó la inteligencia policial, lo que no hay en la mayoría de los estados del país, incluido Morelos, su tierra, donde las cámaras sirven para espiar.
Los buenos resultados en la CDMX han hecho que Sheinbaum haya anunciado su implementación en la geografía nacional. La gobernadora Margarita González anunció recientemente una coordinación federación-estado en materia de seguridad pública, pero sin subordinación. No puede haber otro jefe policial sin medallas de éxito, como el marino Guarneros, coleccionista de fracasos en toda tarea policiaca. Leer a Ágata Christie debía ser obligatorio, como se propone en la obra El puente de Waterloo.
El lunes 1 corriente, El País publicó la nota Mejor coordinación y más tareas de inteligencia: la estrategia de Sheinbaum para combatir la inseguridad, donde se plantea la creación de la agencia de inteligencia e investigación civil. En realidad, fue el anuncio de la ratificación de Harfuch en el equipo compacto sheinbaumista, pero también su nombramiento como superior jerárquico del gabinete de seguridad.
Cuatro meses antes de las votaciones, García Harfuch y Margarita González sostuvieron un primer encuentro en oficinas del primero. Él con los dedos entrelazados, que significa confianza y seguridad, y ella con los puños sobre la mesa, que demuestra enojo ante la injusta realidad, coincidieron en que para brindar seguridad y garantizarla, se requiere seriedad, honestidad, estrategia y coordinación —de lo que se ha carecido 12 años por lo menos—, para lo cual hablaron en una segunda oportunidad de la creación de la Secretaría de Seguridad Pública en Morelos.
letraschiquitas
Bajo intoxicación etílica, por lo menos, el oficial mayor del ayuntamiento de Tlaltizapán, José Manuel Cárdenas Rangel, ejerció violencia física y sicológica contra su expareja que logró no sólo que lo detuvieran, sino que lo enviaran a la penitenciaría de Atlacholoaya***. Ayer di cuenta del encierro también del alcalde de ese municipio, Gabriel Moreno, al ser encontrado con otros dos hombres en posesión de armas sin registro oficial y gran cantidad de parque, por lo que ya pasaron la noche en crujías separadas***. Va una perla japonesa del inconmensurable Cuauhtémoc Blanco: «Creo que esto ha sido algo histórico, que ningún gobernador [de Morelos] ha tenido una gran relación con el actual presidente».