Documental Político
Emilio Trinidad Zaldívar
Quiera o no, hasta hoy, Andrés Manuel López Obrador está siendo arrastrado por una poderosa corriente que él creó de mentiras y simulaciones donde, tomada de su mano como una niña frágil que requiere protección y ser guiada, Claudia Sheinbaum Pardo podría ser la que termine sucumbiendo y ahogada en ese largo, caudaloso y revuelto río de pantomima, circo, engaños y brutal opacidad y corrupción.
Lejos está el Presidente de aquel inicio en el 2018, cuando todo lo que dijera e hiciera el tabasqueño, por burdo, descabellado y tonto que pareciera, le era festejado, aplaudido, venerado, porque había llegado el salvador de la patria, aquel que iba a acabar en seis meses con la delincuencia, que barrería de arriba hacia abajo la corrupción, que respetaría la Constitución, que no daría paso a amiguismo, cuates, cuotas, nepotismo, compadrazgos y negocios para familiares y amigos al amparo del poder público.
Este farsante, que gritaba a los cuatro vientos que a sus hijos no les permitiría participar en política mientras él fuera Presidente, seguramente lo decía sabiendo que lo que les daría buenísimos dividendos sería que hicieran jugosos y ofensivos negocios por fuera para que no tuvieran la necesidad de trabajar en la administración pública federal.
Al entregarle López Obrador un supuesto bastón de mando a Claudia Sheinbaum, como si heredara la corona, no entendió que lo único que realmente vale y va a entregar es la banda presidencial y aún no sabe a quién, pero en su anticipada demencia senil, imaginó que entregaba en ese acto la posesión, la propiedad del país, como si éste les perteneciera.
López Obrador no midió y promovió a Xóchitl Gálvez y la colocó en un nivel al que jamás habría imaginado y menos llegado, si no fuera por ese constante repiqueteo de ataques y señalamientos a los que sometió a la hidalguense, que se conformaba con sólo pelear por la candidatura al gobierno de la Ciudad de México, pero esa arrogancia sin límite, sus permanentes mentiras y su fracasado gobierno en diversos temas y sectores -más la brutal e imparable delincuencia que tiene asolada a la ciudadanía y en jaque a su administración-, serán el mejor y más sólido impulso para que la candidata de ese frente opositor que representan PAN, PRI y PRD, pueda complicar el escenario a Claudia Sheinbaum Pardo, que creía que viajaría siempre a toda marcha y con viento a favor.
Si con total impunidad y libertad los cárteles de la droga, -esos grupos criminales, de sicarios salvajes, multihomicidas y desalmados que decidieron ir a la tierra del Presidente para complicar la paz y para retar a la autoridad en los tres órdenes de gobierno, se atrevieron a tan enorme osadía-, es porque saben que López Obrador adolece del carácter requerido para enfrentarlos, y porque tienen claro que por sus nexos con ellos, seguirá haciendo mutis y culpando a los “buitres” de la prensa que en lugar de ocultar la verdad deciden exponerla.
¿Con qué facilidad entonces veremos (como ya comenzó a suceder) asesinatos de políticos y en su momento amenazas para intimidar a los votantes para que no salgan a sufragar, y en extremo, el robo de urnas por éstos delincuentes?
Termina una semana de horror para Andrés Manuel López Obrador y para Claudia Sheinbaum Pardo, por un lado; y por otro, para Xóchitl Gálvez, Marko Cortés y su alianza opositora.
A los dos primeros le llovió tupido luego de la denuncia de Sanjuana Martínez acusando a la secretaria de Gobernación, Luisa María Alcalde, de exigirle moches de las liquidaciones de Notimex por un monto superior a los 50 millones de pesos para la campaña de la ex jefa de Gobierno; después vino la enésima desnudada que Carlos Loret hizo en Latinus sobre los negocios de los hijos del Presidente, y cerraron las golpizas con la caída de la ex fiscal de la Ciudad de México, Ernestina Godoy y el nombramiento del nuevo fiscal, Ulises Lara López, que en una semana estudió y se tituló como abogado para asumir el cargo.
Del lado de la alianza, la impericia política de un tonto, hizo que el cinismo de AMLO y de Sheinbaum Pardo le dieran vuelo a la estupidez de hacer públicos los acuerdos que siempre hacen los partidos políticos para repartirse el botín que representan los gobiernos estatales. Y así, Marko Cortés, no se quedó atrás para ser la burla de todos.
Sea como sea y luego de diversas evaluaciones de los que se dicen ser conocedores de la política y de las consecuencias de ejercerla, consideran que los más afectados en esta semana de toma y daca y de intercambio de metralla, fueron el Presidente, su partido y su candidata.
Afirman algunos de estos expertos analistas del acontecer político, que parecería que arrastrados como a un toro muerto luego de recibir la espada asesina, López Obrador y Claudia Sheinbaum van rumbo al destazadero de la historia de la función pública, luego de haber sido exhibidos una vez más como viles ladrones, embusteros, delincuentes, y maestros del engaño, del cinismo y la corrupción.
Parece que la moneda está en el aire.
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