En opinión de Héctor Calderón Hallal
* Es nula la publicidad preventiva del Gobierno Federal, sobre la amenaza de del Coronavirus en medios de comunicación, no obstante que el esquema legal para campañas y partidos sigue intacto, por ejemplo.
Definitivamente.
Ni este extracto de la izquierda que se convirtió en autoridad gubernamental en 2018 ni su líder, el presidente López Obrador, son representativos de aquella mística izquierda forjada en la década de los sesenta, con textos como aquel inscrito en la corriente del realismo-socialista, del gran escritor Nikolái Ostrovski: “Así se templó el acero”.
Mucho le falta, incluso al Ciudadano Presidente, para respaldar sus actos públicos de gobierno y sus motivaciones, en aquella ardiente causa -por ejemplo- que lo hizo posponer su tesis y su titulación por muchos años, para devolverse del Distrito Federal a su región natal en Tabasco y ponerse a sembrar arbustos y vegetales, junto a cuadrillas de campesinos precaristas, “construyendo la certeza propia de que toda su vida y sus fuerzas, las entregaría a la causa más noble de este mundo, que es la lucha por la liberación de la humanidad”. Ese fue el legado de Ostróvski en sus textos y en estos, se adelantó incluso a las teorías del pensamiento de su época.
Un legado que López Obrador no aprendió o lo malinterpreta.
El realismo-socialista proponía un enjuiciamiento a la dictadura científica y sus tesis no poseían un enfoque particular. Su aproximación a un determinado problema partía de negar un punto fijo, puesto que la comprensión requería invariablemente de la narrativa puntual de los hechos históricos, inscritos en un enfoque multidimensional. Ese estilo no propugnaba por argumentaciones complejas o de tesis lineales, digamos.
Hasta ahí, aunque de manera incipiente, encuadran las acciones y el pensamiento impregnado del realismo socialista “febril” de López Obrador.
Pero en lo que definitivamente no es congruente, que es lo más reprochable del asunto, es en la forma de desdeñar a la ciencia y sus métodos, así como a la importancia del instrumental científico y tecnológico al servicio del progreso material y humano. El conocimiento de AMLO es inconcluso.
Y aunque con esas lecturas se “formó” López Obrador, nunca sus mentores le corrigieron sus “confusiones” interpretativas que, hoy día, al estar ocupando el cargo más importante de su vida y para el que supuestamente se preparó, se le aparecen en público como fantasmas, poniendo en evidencia sus prejuicios, cuyas dimensiones, convierten ya sus políticas en “un problema de estado”.
Prejuicios y hasta complejos, sumados a una pésima asesoría, por gente peor preparada que él, han salido a flote en sus últimas respuestas a la problemática nacional, que se bifurca ya en por lo menos 3 grandes frentes: el feminismo, la economía nacional y la crisis del coronavirus.
De este último nos ocuparemos para explicar la forma en que asombrosamente ha ignorado cualquier forma de prevención y planeación estratégica para enfrentar la contingencia, que cobra visos de carácter mundial.
Curiosamente, un mejor discípulo de Ostróvski, -aunque son opuestos ideológicamente-, hubiera sido por ejemplo, Marshall McLuhan, el docente y filósofo canadiense que acuñó la Teoría de la Aldea Global, uno de los gérmenes de la corriente globalizadora de los años ochenta en el mundo y de la que López Obrador y sus “compañeros de lucha” han renegado y combatido prejuiciosamente.
El pensamiento de McLuhan es tan revolucionario -para su época- como el de Ostróvski: ambos proponen “partir de cero” en la búsqueda del conocimiento, sólo que distanciándose de toda dictadura de las disciplinas tradicionales (gramática, dialéctica y retórica). Privilegió incluso la lógica, por encima de estas y desdeñó la estética del discurso.
Mc Luhan privilegia la influencia de las herramientas tecnológicas para los fines de la difusión masiva.
“El medio es el mensaje”; “Somos los que vemos” y “Elaboramos nuestra herramientas y luego estas nos elaboran”, son tan sólo tres de sus líneas teóricas heredadas al mundo.
Con las cuales el “revolucionario” pero “antirretórico” Andrés Manuel López Obrador no concuerda y no concordaría jamás, pues dice estar en contra de la dictadura de los medios y “las mafias que los controlan”, según él.
Un “Mensaje Extraordinario”
Ningún mensaje ha sido difundido en las últimas semanas de parte del Gobierno Federal ni por tv, radio, plataformas o medios impresos, para prevenir a la población de los estragos de la pandemia mundial que se avecina por la nueva cepa de coronavirus denominada “Covid-19”, que ha infectado ya a cientos de miles de seres humanos y amenaza con crecer exponencialmente.
Mientras que en Estados Unidos y en la mayoría de los países involucrados, que cuentan con mayores recursos, presupuestales y tecnológicos, así como con una capacidad probada en materia de planeación y organización de estrategias de este tipo (guerras y epidemias), México, por conducto de su Presidente y su gabinete, nos ha puesto al borde de la mortificación, por la nula planeación estratégica y la “minimización” del problema que representa esa pandemia.
López Obrador no quiere saber nada de los medios de difusión y trae desde siempre, un nuevo frente contra la prensa, a la que ha endilgado calificativos como “chayotera” y “fifí”.
Pragmático y activo como Ostróski y McLuhan debería ser, no sólo antidiscursivo.
No ha mostrado AMLO el mínimo interés de propiciar formas de prevención, con medidas para que la población siga protocolos de higiene para que no contraiga la infección, como se hacía en los pasados, reciente y remoto. Era una obligación del Gobierno difundir a todas horas en los medios, camapañas de higiene masivas.
Hoy, a más de un mes de haber surgido abruptamente la pandemia en China y otros países asiáticos y europeos, no se escucha un solo spot radiofónico ni se observa un solo mensaje en televisión o en medios impresos de nuestro país, que difunda por lo menos, medidas de prevención e higiene ante una contingencia… o protocolos de actuación en casos de un brote masivo inesperado, en una comunidad o centro habitacional densamente poblado.
Aún cuando existe el andamiaje legal que es, hay que decirlo, relativamente nuevo, pues data de enero de este mismo año, López Obrador y su secretaria de Gobernación. Olga Sanchez Cordero, inexplicablemente una mujer docta en la materia jurídica y en el lenguaje gubernativo, no han hecho uso de las facultades y atriuaciones que como Gobierno Federal tienen, a través del pomposa y recientemente decetado: “Acuerdo por el que se establecen los Lineamientos generales para el registro y autorización de las Estrategias y Programas de Comunicación Social y de Promoción y Publicidad de las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal para el Ejercicio Fiscal 2020”, publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF) el pasado 2 de enero de este año y que en su artículo 32, (Cap. IV) a la letra dice:
Capítulo IV.
Mensaje Extraordinario
“Artículo 32.- Las dependencias y entidades de la Administración Pública Federal podrán difundir a través de medios de comunicación, mensajes extraordinarios que comprendan información relevante para atender una situación de carácter emergente o coyuntural y que, por ser imprevisible, no estén incluidos en el Programa Anual de Comunicación Social”.
Para esos efectos, de una contngencia como lo marcan claramente estos lineamientos, hay disposiciones de partida presupuestal que está plenamente justificada. Con ese “gasto” no va a beneficiar económicamente ni a medios ni a periodistas; simplemente va a cumplir un asunto de extrema emergencia con su población. Difundir y prevenir sobre el problema.
Es un asunto que se necesita y del que ya vamos por cierto muy atrasados.
Y que por cierto encuadra perfectamente en el párrafo octavo del artículo 134 de la Constitución General de la República, sobre los principios que deben regir el gasto público.
Solo nos resta encomendarnos a una fuerza sobrenatural para que no suceda una tragedia de dimensiones mayúsculas en nuestro país, donde nuestros adultos mayores son los más vulnerables y donde también, ante la ignorancia científica que hay aún de esta novedad de cepa virulenta, no se ha establecido si éste queda en reserva (incubado en el organismo humano) y si es que tendrá secuela en otro momento de la vida de un individio infectado; se ha especulado que incluso esta nueva modalidad de virus, es un arma bacteriológica, creada con ingredientes genéticos del virus del Sida. Que Dios nos ampare.
La publicidad del gobierno que se ve y oye en últimos días es sobre temas como la pluralidad de lenguas indígenas y algunos otros temas que reivindican la cultura prehispánica, lo cual no está mal, pero también tendría que haber anuncios de prevención de la pandemia.
Cabe destacar que para fines de la difusión de la “partidocracia” y sus intereses, ahí sí no ha cambiado el andamiaje legal ni un ápice. Aquí los tendremos, a candidatos y partidos, más pronto que lejos, con cargo al presupuesto público, atiborrándonos de mensajes huecos e insertos en la “estética discursiva” o en el “ardiente mesianismo uniformador”.
En el México del gobierno “tetratransformador”, no se acatan ni las leyes que este mismo promulga y reforma.
Este Acuerdo de Lineamientos Generales fue impulsado y aprobado por la propia fracción de Morena en diciembrre y a iniciativa del titular del Poder ejecutivo, Andrés López Obrador.
El “Mensaje Extraordinario” pues… nunca llegó a la población.
hch
Autor: Héctor Calderón Hallal/@pequenialdo/hcalderonhallal@gmail.com