Por Aurelio Contreras Moreno
La total intolerancia del presidente Andrés Manuel López Obrador a la crítica y el disenso sobre sus decisiones y posturas es, amén de conocido, proverbial respecto de su manera de hacer política.
Pero cuando dicha crítica y disenso provienen de los medios de comunicación y los periodistas, la intransigencia se convierte en odio, el cual ha sido transformado en una suerte de herramienta para su estrategia de contención a través de las redes sociales. Lo hizo durante la campaña electoral y lo ha intensificado desde que asumió el poder hace poco más de cien días.
Las conferencias de prensa matutinas del Presidente de México se han convertido en un paredón de fusilamiento para los reporteros que acuden y no son condescendientes con López Obrador. Sus intervenciones son de inmediato ridiculizadas por el propio mandatario y luego por sus legiones en redes sociales, que actúan coordinadamente en lo que pareciera ser una muy bien orquestada campaña de denuestos a través de una narrativa que incita al repudio a la prensa.
Lo anterior se desprende de un muy interesante estudio sobre las tendencias de la discusión pública en redes –particularmente Twitter- en los primeros 100 días del gobierno lopezobradorista, denominado “Democracia, Libertad de Expresión y Esfera Digital. Análisis de Tendencia y Topologías en Twitter. El caso de la #RedAMLOVE”, elaborado por Signa_Lab, el laboratorio de investigación del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO) en donde se registra, con base en un minucioso análisis de datos, la evidencia de lo que tiene todos los visos de ser una estrategia política bien coordinada.
“Seguidores en Twitter del presidente Andrés Manuel López Obrador, han lanzado diversos ataques y campañas de ridiculización a periodistas, medios de comunicación y usuarios con una postura crítica hacia las acciones del mandatario. Ejemplo de ello han sido tendencias como #PrensaFifi o #Chayoteros, que abiertamente convocan a unirse a usuarios que quieran defender, atacando, a quienes critican al presidente. Ambos hashtags han sido usados en diferentes coyunturas, sin embargo durante enero y febrero de 2019 se convirtieron varias veces en tendencias que acapararon gran parte de la discusión online”, destaca el estudio.
El análisis de los algoritmos desarrollado por Signa_Lab identificó 22 mil 971 cuentas, 63 mil 814 interacciones y 66 comunidades, en una “articulación de usuarios que utilizaron los hashtags”, por lo cual “es posible afirmar que estas etiquetas y estos conjuntos de usuarios son parte de la misma conversación”.
Pero no solo esta institución educativa ha dado cuenta de los ataques contra medios y periodistas ocurridos en poco más de tres meses de “cuarta transformación”. La Red de Periodistas de a Pie documentó 47 agresiones contra la prensa en diferentes regiones de la República, incluyendo privación ilegal de la libertad, campañas de desprestigio, demandas por daño moral, detenciones arbitrarias, bloqueo informativo, robo de equipo, asesinatos, ataque a medios, censura, agresión verbal, ataque cibernético, desacreditación, agresión física, amenazas e intimidación.
De acuerdo con dicha estadística, el estado con el mayor número de agresiones es Puebla, con siete. En ese sentido, Periodistas de a Pie manifestó en su cuenta de Twitter que “es urgente que @lopezobrador_ marque una línea de trabajo para garantizar la libertad de expresión y la defensa de derechos humanos”.
La organización Artículo 19 también documentó que estas narrativas tienen resonancia a través del discurso de López Obrador, mismo que “puede legitimar e incentivar ataques en contra de las y los periodistas en lo digital, en lo físico y afecta la pluralidad del debate público”.
Sus conclusiones son contundentes: “estas agresiones son preocupantes puesto que han tenido su origen en las interacciones de escenarios públicos dirigidos por el jefe de Estado en persona y que son transmitidos en vivo por varios medios de comunicación y por plataformas como Facebook. En estas conferencias se tratan temas de máxima relevancia pública y por ello deberían existir plenas garantías de libertad de expresión, respeto y protección a quienes ejercen la labor periodística a fin de evitar cualquier efecto inhibidor. Sin embargo, es en esas mismas conferencias en donde el jefe de Estado se ha referido a la prensa en términos que violan su obligación de mantener un discurso favorable a la libertad de expresión”.
Asimismo, Artículo 19 “exige al presidente Andrés Manuel López Obrador que emita un mensaje público en el que rechace toda agresión contra periodistas que pueda tener lugar durante la cobertura de cualquier evento público de la Presidencia. El jefe de Estado debe reconocer de manera inequívoca la importancia de una prensa libre en la democracia”.
Pero al lopezobradorismo lo que diga la prensa libre y las asociaciones civiles le importa un cacahuate. ¡Al paredón con ellos!
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