Para Contar
Arturo Zárate Vite
De nuevo la actriz María Félix vuelve a ser polémica ante el deseo de su heredero universal Luis Martínez de Anda y de otros que también creen tener derecho para perpetuar la historia de la sonorense, a once años de su muerte, con una película y serie documental.
Sirva de marco para contar y recordar que María era un mujer admirada y poderosa, no solo en el mundo del espectáculo, sino también en la política. Su frase de que el Centro Histórico de la Ciudad de México olía a orines, detonó el rescate y embellecimiento del primer cuadro capitalino.
Con sobrados merecimientos el gobierno de Francia le otorgó una condecoración a la famosa, respetada y temida artista. Sin embargo, la Doña pasó por alto o ignoró que para este tipo de reconocimientos tenía que solicitar permiso al poder legislativo.
No lo hizo.
En ese entonces teníamos asignado por el periódico El Universal la cobertura de la Cámara de Diputados.
Una de nuestras fuentes confiables nos pasó el dato sobre dicha irregularidad, pero había que confirmarlo. La comisión que tenía que recibir la solicitud de permiso, dictaminarla y presentarla al pleno cameral era la de Gobernación, presidida por el diputado Jorge Moreno Collado. Así que de inmediato fuimos a buscarlo.
Moreno Collado estaba sorprendido. Se quedó pensativo varios segundos, como midiendo el tamaño del personaje involucrado. Admitió que efectivamente la actriz, antes de recibir la condecoración de un país extranjero, requería la autorización legislativa.
De no hacerlo, la sanción era la pérdida de la ciudadanía. Disposición constitucional que fue modificada con el paso del tiempo. Se estableció el camino de la cancillería para ese trámite.
Una vez recabada toda la información, llegué a la redacción con la emoción de que traía la primicia. Daba por hecho que ganaría un espacio en la primera plana del diario. Incluso, no descartaba que fuera considerada para pelear las ocho columnas o el encabezado principal.
Justo cuando estaba por retirarme de la redacción, me mandó a llamar el subdirector Oscar Hinojosa (QEPD). Conversamos un buen rato. Estaba preocupado por la nota y en repetidas ocasiones me preguntó si estaba verificada la información.
Por supuesto que defendí la veracidad de la información. Nunca antes había vivido una situación similar. Existía toda la confianza sobre la información que aportaba día a día. Me extrañó la inquietud de los directivos. Hinojosa justificó su cuestionamiento “porque estamos considerando llevarla de principal”.
Al día siguiente apareció en primera plana, en la parte inferior de la página. No había sido la de ocho columnas. De cualquier manera, suficiente para despertar la ira de María Félix.
A través del prestigiado abogado constitucionalista Ignacio Burgoa Orihuela, en entrevista para el noticiario estelar del canal de las estrellas, arremetió contra el diputado Moreno Collado.
Lo calificó hasta de ignorante. El legislador se asustó. Lo llegué a ver con cara de regañado e intenciones de reclamarme.
Dos días después el diputado sonreía. La artista, con discreción, sin hacer más escándalo, corrigió su falta. Fue suficiente con que María Félix hiciera la solicitud correspondiente y le pusiera fecha anterior al día que había recibido la condecoración francesa.
Una muestra del poder político de María Félix.
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