Héctor Calderón Hallal
Previo a la Vigésima Cuarta Asamblea Nacional del PRI, a celebrarse el próximo domingo 7 de julio, las cuatro mesas temáticas de análisis, discusión y deliberación se realizan de manera satisfactoria… y hasta alentadora, a decir de numerosos cuadros y militantes priistas consultados por este espacio de opinión.
Circula ya un documento, cuya entelequia es la relatoría misma de lo que se registró en las mesas de trabajo en las entidades federativas de todo el país, entregada desde el pasado 1 de julio al presidente del CEN del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas. Y que registra de manera preliminar, lo que será el esqueleto del documento final, que será sometido a la consideración de la plenaria tricolor el próximo domingo y en este se destaca que el PRI a través de sus delegados, que representan genuinamente a su militancia partidista.
Aquella militancia que se está expresando deliberadamente, por cierto, por los siguientes que son los cambios más significativos visibles:
En esta transformación que ofrecen para su instituto los priistas, están proponiendo, sustentado en el artículo 39 de la Ley General de Partidos Políticos vigente, en calidad de un artículo transitorio al final del texto preliminar referido, la renovación del período de su dirigencia en beneficio de la propia organización de ciudadanos, así como de su estrategia política, la cual deberá aprobarse por los integrantes de su órgano supremo de decisión.
Con esto, se prevé que la renovación de la dirigencia actual quede habilitada para someter a consideración (voto) de los asambleístas priistas, reelegirse para un período inmediato más.
Destaca también la propuesta del crear la creación de un nuevo organismo especializado denominado Centro de Estudios para la Discusión, Análisis y Prospectiva de México, A.C. (CEDAP-MÉXICO), cuyo objetivo será contribuir con el PRI en la búsqueda de soluciones a los problemas nacionales, estatales y regionales mediante el análisis profundo y la formulación de propuestas de políticas públicas.
También, los priistas están proponiendo consolidar un partido que eduque a pesar de las resistencias y las adversidades, a la población mexicana, para que convierta a sus pobladores en ciudadanos con la voz completa… que forje nuevas generaciones de ciudadanos responsables, pues.
Por una formación cívica que les enseñe el camino de la justicia, así como el de la conciencia cívica o también llamado “valor civil” … tan necesario en las sociedades contemporáneas, veamos el por qué.
Y es que tanto en el plano individual como colectivo de su comportamiento y de su conciencia, el hombre de todos los tiempos, no sólo el mexicano de ayer y de hoy, siempre ha vivido pensando que los problemas del vecino que vive a lado no son los problemas de él.
Cada día, indefectiblemente, volvemos a casa después de las actividades productivas habituales, considerando una proeza el habernos librado por ese día de los demás… sobre todo de aquel que tiene más … o es más que nosotros.
Ignorando también ese hombre común y contemporáneo que padece envidia, que diariamente en las calles, en las fábricas, en las oficinas del Gobierno y en todas partes, se comete una injusticia… millones de injusticias, voluntaria y conscientemente causadas… y también involuntariamente generadas.
Contra aquel envidioso… y contra aquel ciudadano envidiado… indefectiblemente por igual.
Porque la vida, nunca fue justa y perfecta para nadie… y nunca lo será.
Nadie está exento de sufrir una injusticia, así provenga de otro individuo, consanguíneo o extraño.
Y suceden en todos los regímenes del mundo… tiránicos o democráticos… libres o no.
En el socialismo la distribución de la riqueza la hace el Gobierno en función de la necesidad “real del trabajador”, por ejemplo: un obrero en la antigua Unión Soviética o en algún país del este europeo, percibía su salario en función del número de individuos de su familia, así como de su antigüedad y de su jerarquía en el órgano político (Partido Comunista de su país) y no en función de su nivel de productividad, sus conocimientos, habilidades o de su talento personal, según fuese… por lo menos así fue durante la mayor parte del siglo 20.
Las leyes además en esos países se aplicaron bajo un régimen de normas inequitativas, por lo tanto, injusto; donde un vecino era premiado por su “heroísmo” de denunciar al vecino que cometía una infracción o un delito contra el Estado, contra el Gobierno o contra la alta burocracia del referido país… era la forma de “denunciar a los apátridas, enemigos del régimen y de la patria”.
Sin embargo, debe quedar claro a los mexicanos, que las leyes en el sistema jurídico consagrado en nuestra Constitución Política y en sus leyes emanadas, se sustentan en un sistema digamos moderno, orgullo ante el mundo por mucho tiempo, compuesto por los mejores atributos del positivismo liberal del siglo 19 -primero- y después, por el atributo social (contractual-ciudadano) integrado a raíz de la Revolución Social mexicana.
El derecho y las leyes mexicanas, a pesar del desprecio que públicamente manifiestan por ambos quienes hoy nos gobiernan, fueron implementados y perfeccionados tras luchas sangrientas e históricas, precisamente para corregir cualquier tipo de injusticia, perpetrada en agravio de cualquier individuo o persona, que se supone igual entre iguales con respecto al propio ordenamiento jurídico vigente.
La ley es una constante en la ecuación permanente de la vida cotidiana… no es definitivamente, una variable que asuma diferentes valores.
Confiar que otra persona se ocupe de ayudarlo a uno, deteniendo la injusticia, reparando el daño que le es generado por el agresor o defendiéndolo a uno, no solo es insuficiente, sino inútil en el mejor de los casos… por ese es el Estado, a través de su Gobierno, mediante instituciones legalmente establecidas -a las que hay que mantener, conservar y engrandecer- el responsable por mandato de ley, de administrarla y aplicarla.
Y todo lo anterior, que parece tan simple, no se da en los últimos tiempos, porque hay gobiernos en el mundo que actualmente han degradado y desdeñan la importancia del Estado de Derecho, que significa: Que haya una Ley que defienda al ciudadano indefenso y víctima de lo imponderable injusto.
En México mismo, tenemos desde 2018 a nivel federal y desde antes, un Gobierno surgido de un movimiento de izquierda atípico, que venera el anarquismo como ideología y que reniega del Positivismo en el que se funda y perfecciona el Derecho occidental contemporáneo y explora, desde mucho antes desde algunos gobiernos estatales, como lo fue el equivalente a la Jefatura de Gobierno del entonces Distrito Federal, formas de “justicieras” empíricas, que tratan de “reivindicar “ -según ellos los saldos del sistema capitalista neoliberal de las últimas tres décadas, aplicando una visión de la justicia de tipo “clientelar”, sin rigor científico ni tecnológico… y bajo criterios meramente ideológicos, negando la metafísica más básica de lo que es un sistema de leyes equilibrado y que propugne por la igualdad de todos los ciudadanos frente a la ley.
En México, los ciudadanos hemos perdido ese gran atributo que tuvimos en nuestras gestas heroicas históricas, denominado “valor civil” … para actuar, para denunciar, para indignarnos ante las injusticias… provinieran de donde sea.
Valor civil que significa hablar por los demás cuando ellos no pueden; oponerse a un acto de injusticia, de agravio, cuando el prójimo no sea capaz de defenderse circunstancialmente por sí solo; valor civil es reconocer en los ciudadanos por parte del Gobierno, el valor de la voz de cada uno de ellos.
Porque al hacerlo como obligación moral cada ciudadano, cuando nos toque a nosotros enfrentar fortuita o planificadamente un acto de injusticia, habrá otro ciudadano cerca que actúe solidariamente por nosotros o por nuestros hijos.
Valor civil, es denunciar un fraude -no solo en materia mercantil o civil-… sino en materia cívica, electoral… y política.
Valor civil es tener dignidad suficiente para no trocar los principios personales y familiares por la entrega de “migajas” de un Gobierno, que es ineficaz, deshonesto y corrupto, al igual que sus antecesores… o quizá peor… pero que se “cura en salud”, con un discurso permanente que tiene un tufo a secta religiosa y a moral ascética y de sacrificio mesiánico.
Por eso es muy loable la propuesta que se discutirá en el PRI entre su militancia ahí representada, el próximo domingo, durante la Asamblea Nacional de ese histórico y trascendental partido para la vida institucional del México moderno.
Sin duda, ese instituto político se ha llenado de gente joven en los últimos años, a nivel de dirigencia. Pero no ha dejado de darle su lugar a los políticos profesionales y maduros, que siempre han tenido bien puesta la camiseta y hoy, que no será la excepción, han venido participando en las mesas de diálogo con destacada puntualidad y agudeza, de cara a la cita en la Asamblea Nacional del domingo 7 de julio.
Aún cuando se ha venido especulando de manera excesiva y con informaciones falsas, sobre supuestos sabotajes a la convocatoria de la dirigencia del PRI encabezada por Alejandro Moreno Cárdenas ‘Alito’, el presidente nacional, precisamente para atrofiarle a este último, un evento por demás importante para decidir la vida institucional del mismo y su propio destino.
Sin embargo, no lo han logrado. Los actos de análisis, proposiciones y deliberación de cara a la Asamblea Nacional, se han verificado con absoluta precisión e integridad, que alientan al priismo de todo el país, a unificar incluso, la legítima propuesta de proponer para un período más a la actual dirigencia nacional encabezada por Moreno Cárdenas, quien ha mostrado el oficio y el liderazgo suficientes para no permitir que “el partido se le deshaga entre las manos aun”, a pesar de la guerra que sufre desde varios frentes ‘Alito’ de forma deliberada y frontal…. Y de manera “soterrada y cobarde” también, a través de fuego amigo.
Se busca con ello, completar todo un proceso de renovación superestructural y que se lleva a cabo en el PRI desde hace por lo menos, seis años.
Que así fuera en todos los partidos… Que formen -y forjen- ciudadanía… Que enseñen la importancia del valor civil. Al final, esa es una de sus obligaciones legales como entidades de interés público que son.
Y … “lo del César, al César” … el de Moreno Cárdenas, es un liderazgo eficiente, genuino y con fortalezas.
“Vamos con todo, unidos y fuertes, sumando voluntades y visiones para que el partido avance”, expresó el dirigente priista, confirmando que tiene la mira puesta en construir el mejor PRI de todos los tiempos, para servir a la ciudadanía y defender el presente y el futuro de las familias mexicanas.
Autor: Héctor Calderón Hallal
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