* La unidad frente a “rentabilidad” y “equidad de género”
SILOGISMOS
Por Antonio Ortigoza Vázquez / @ortigoza2010
ESPECIAL EXPEDIENTE ULTRA
Asentados ya los entusiasmos en la sesión ordinaria de la Comisión Política del PRI-Hidalgo, encabezada por el líder nacional, Alejandro (“Alito”) Moreno, quedan ahora las reflexiones en torno a “política dura”, es decir, las prospectivas de frente al electorado y una preocupación es el posible manejo de la “equidad de género” (problemática de entrada) en la modalidad de un “feminismo demagógico” que deje de lado condiciones electorales reales.
La reunión priista estatal era esperada con mucha atención por la militancia y los inevitables “grupos de interés”, porque en los hechos fue “el arranque” de las precampañas.
Más allá de los conceptos mercadotécnicos manejados por el líder Alejandro Moreno —”competitividad” y “rentabilidad”— que solo pueden determinar con precisión los ejecutivos de Walt-Mart, Google o Microsoft, quedó en claro a los militantes que la candidatura deberá, eso sí, rigurosamente, tener lo mismo los requisitos estatutarios, las características de aceptación plena partidista que buena imagen ciudadana.
Parafraseando un poco al tratadista alemán Ferdinand La Salle, quien señaló que toda Constitución debe tomar en cuenta “los factores reales de poder” de un país, en el caso de un candidato en estos competidos tiempos, se puede plantear que “los factores electorales reales” serán imprescindibles en la nominación del que será abanderado del tricolor a la candidatura a gobernador.
En el evento priista eso quedó claro con varios aspectos, como el hecho de que la Secretaria General del CEN, Carolina Viggiano ya aceptó lo obvio: que desde su posición partidista aspira a la nominación y de inmediato señaló que “respetará el procedimiento” estatutario y se manejará “de acuerdo con las reglas al respecto que fije el partido”.
Sin embargo, dejó de lado la situación, un tanto incómoda para el resto de posibles aspirantes, de que no mencionó cosa alguna respecto a su renuncia, con la idea de participación en cancha plana.
Por otro lado, saltan también a la vista otras consideraciones, como son, primero, la situación política peculiar de que Hidalgo, junto con Estado de México y Coahuila, son las únicas entidades que se conservan priistas, que no ha ganado nunca la oposición, lo que, estiman los hidalguenses, “obliga a un compromiso histórico” en cuanto al mantenimiento de un bastión tricolor.
Por otro lado, no quedó claro si, dada la obligación legal de cumplir con la paridad de género, el perfil del candidato sería hombre o mujer, por lo que todos los candidatos, en ese caso, tienen posibilidad plena de participar.
Otro asunto, aunque no parece presentar problema mayor, es que el PRI se encuentra en negociaciones para el refrendo de su alianza con PAN y PRD en Hidalgo. El hecho palpable es que el candidato será priista, toda vez que en los comicios pasados tuvo un porcentaje de votos muy superior al de sus aliados e, inclusive, fue de los más altos del país.
Asimismo, quedó de manifiesto —como “Alito” lo expuso— que el gobernador Omar Fayad será clave en el proceso, con lo que surgen nombres como el alcalde de Mineral de Reforma, Israel Félix, quien fue secretario de Políticas Públicas en el gobierno estatal.
También será importante la participación del Comité Estatal, con Julio Valera, ya que es evidente que el postulado deberá contar con la confianza y respaldo decidido de todos los priistas hidalguenses y Valera ha demostrado capacidad total para conciliar corrientes internas.
Tal es como se puede plantear la situación del PRI en Hidalgo en estos momentos. Todo depende ahora del cuidado con que se manejen los tiempos y la perspicacia para no dar paso a disidencias. Arranca pues, la disputa, que debe ser completamente civilizada, por la postulación.