La reciente agresión de Hamas a Israel, representa una prueba más en la cruenta historia de pueblo que desde hace más de dos mil años aun no alcanza la paz.
El pueblo judío vio la destrucción del templo en Jerusalén, se inmoló en Masada, perdió su tierra y partió a una diáspora que si bien robusteció la identidad cultural y la memoria histórica de tantas latitudes, también significó un costo muy alto que se tradujo desde la infame y absurda acusación de deicidio, a expulsiones como en la península ibérica tras la reconquista y los pogromos, aquellos saqueos y matanzas llevadas a cabo en comunidades judías en el imperio ruso y otros países de Europa del este.
El episodio más grave, lo representó el ascenso de Hitler al poder en Alemania en 1933, y la criminal política racial nazi que se derivó en la “Shoah” el brutal holocausto de más seis millones de judíos. A pesar de ello, con el espíritu estoico que siempre los ha caracterizado, los judíos se repusieron de una de las páginas más negras de la historia universal y orgullosamente preservaron su nación.
Los acontecimientos del siglo XX promovieron a la par de la diáspora existente, una migración hacia otros territorios, México no fue la excepción y hoy cuenta con una vigorosa comunidad judía, que es uno de los referentes indiscutibles de la riqueza que en todos los campos han aportado los inmigrantes a nuestro país.
La creación de la Organización de las Naciones Unidas, dio paso en 1947 al consenso internacional para restituir a la nación judía de su histórico territorio, así como también a la creación de un Estado Árabe en el territorio de Palestina hasta entonces bajo mandato británico. Al año siguiente, el 14 de mayo de 1948, el Estado de Israel declaró su independencia. A partir de entonces, los israelís han construido un país vigoroso, con un alto nivel de desarrollo, convirtiendo un agreste desierto en un fértil oasis.
Pero en contrapartida han tenido que luchar día a día para preservar su integridad física y territorial, hoy las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) o “Tzáhal” constituyen unas formidables fuerzas armadas que se complementan con el Mossad, el legendario servicio de inteligencia. Son una fuerza que se inició con la Haganah y el Irgún, organizaciones armadas creadas antes de Independencia para defensa de las comunidades judías.
En suma, partieron de grupos de voluntarios mal armados y sin experiencia de combate previa a combatir contra británicos, en al menos tres guerras árabe-israelís, la tercera de ellas la de los “Seis Días”, la del Yom Kippur, la invasión a Líbano, la Intifada y acciones terroristas como el asesinato de los atletas israelitas en las olimpiadas de Múnich en 1972 o el raid a Entebbe en Uganda en 1976.
Al momento de escribir estas líneas la reciente agresión de Hamas era de proporciones graves, miles de cohetes disparados sobre objetivos civiles en Israel, más de 700 muertos, más de dos mil heridos, y más un centenar de secuestrados, entre ellos al menos un par de judíos-mexicanos. Ninguna reivindicación ideológica justifica la masacre de civiles, de mujeres, padres de familia, niños y ancianos indefensos.
La respuesta de Israel no se ha hecho esperar, nada la resume mejor que el mensaje de General de División de las FDI, Ghasan Alyan quien enérgico manifestó que: “Hamas ha abierto las puertas del infierno en Gaza, que asumirá las consecuencias y pagará por sus actos” Sin duda alguna una declaración que no se debe tomar a la ligera viniendo de un general israelita.
Como divisionario, Alyan ostenta el grado de “Aluf” los generales en el Israel bíblico e histórico, hoy pertenece a uno de los mejores ejércitos del mundo, pero su espíritu y energía nos remontan a la memoria del Coronel David “Mickey” Marcus, primer Aluf del Israel moderno. Marcus fue un judío neoyorkino, que se distinguió en Normandía y perteneció al servicio de justicia militar. No era religioso ni tampoco militante sionista, pero fue invitado a Israel para asesorar al naciente ejército. Tomó su nueva misión con pasión y sentó las bases para organizar a las tropas
contribuyendo a los éxitos en la primera guerra árabe-israelí de 1948 y durante el sitio de Jerusalén. Pocas horas antes del cese al fuego, el 10 de junio de 1948, fue abatido accidentalmente al regresar a su cuartel por un centinela bisoño y nervioso que no lo reconoció.
Hoy Marcus es recordado no solo como el primer Aluf del moderno Israel, sino como el primero de una larga y distinguida camada de guerreros que no cesan de combatir, ojalá pronto logren la paz.