Por Magdalena García de León
El debate no aportó absolutamente nada.
El Peje, como siempre con una gran soberbia, creyéndose ya ganador de la presidencia, presentando una encuesta que dice que tiene 48% de la intención del voto, pero aun no es la elección, no se dignó a contestar varias de las preguntas que se le hicieron. Qué fácilmente olvida que del plato a la boca se cae la sopa. Ya le pasó dos veces.
Se robó la frase de su segundo Monreal de “no soy un vulgar ambicioso” si no lo es ¿Por qué después de dos fracasos insiste en ser presidente de la República? Ya debía de haber cumplido su promesa de 2012 e irse a su rancho.
Cayó en la pose sensiblera de hablar de la pobreza como si pudiera resolverla con su barita mágica, al igual que terminar con la corrupción, por el simple hecho de llegar a la presidencia.
Anaya perdió la gran oportunidad de arrinconar al Peje, por un absurdo pleito con Meade, de todas formas AMLO se vio absolutamente incómodo durante todo el debate, se nota que solo le gusta cando él es el único que tiene la palabra, en donde brilla, pero por la falta de contrincante.
Nadie le recordó a Meade que alabanza en boca propia es vituperio. Se oye mal, se ve mal que él diga que es el más preparado, el más capaz, el más honrado. Si fuera tan hornado ¿Por qué no renunció a ser funcionario de un régimen tan corrupto? ¿Por qué aceptó ser candidato de un partido tan descalificado por su corrupción?
¿Le podemos creer que va a combatir la corrupción cuando acaban de premiar a los Moreira con un cargo en su campaña y una candidatura plurinominal? De veras van a combatir la corrupción quienes, se dice que negociaron con los narcos y se dividieron el país y las ganancias.
Margarita estuvo, por momentos, demasiado vehemente, como en mitin de pueblo. Y en algunas ocasiones pareció que quería manejar su condición de mujer para ser tomada en cuenta. Las preguntas sobre su esposo me parecieron un poco fuera de lugar.
Jaime Rodríguez cambió del personaje de “El Bronco”, el llevar hasta el ridículo la manera de ser de los norteños, por una persona mesurada, medida, otro personaje del mismo actor, no se la compré y creo que nadie lo hizo.
Su propuesta de cortar la mano a los ladrones es francamente inaceptable, que sea una práctica tradicional en algunos países no quiere decir que en México la podamos o queramos adoptar.
La conclusión es que ninguno de los candidatos aportó nada nuevo. Son demasiados los actores por lo se dispersa y se pierde lo que dicen. El esquema de este debate fue plano, aburrido y no permite que se pueda conocer más de los candidatos. Hay que modificar el modelo de debate que propone el INE.