Por: Armando Ríos Ruiz
Seguramente, nadie en todo lo inmenso de este planeta había sido testigo jamás de la persecución de los criminales con sólo la imaginación de quien está obligado a garantizar la seguridad de los gobernados, como insólitamente ocurre hoy en México. Tenemos un Presidente que ha hecho de la mentira un arma, que utiliza con eficacia, aunque sólo en el sector más vulnerable de la sociedad, por su infinita ignorancia, que le cree sin hacer el mínimo razonamiento.
Las pruebas del abandono de los mexicanos en manos de los criminales son ofrecidas diariamente y recogidas por los funcionarios que deberían encargarse de perseguirlos, sólo para cruzarse de brazos, porque así es como le gusta al patrón. Estas actitudes se interpretan como el pago de una deuda con esa clase perniciosa de nuestra sociedad, por haber coadyuvado con inyecciones de dinero en los momentos más necesarios, como en campañas políticas.
Las ofensivas respuestas del Primer Mandatario a la periodista Reyna Aydee Ramírez, por pueriles y ridículas, son una muestra muy clara de que no se cuenta con una sola estrategia contra la delincuencia. Y mientras el Presidente asegura que México es uno de los países más seguros del mundo, diferentes organizaciones aportan datos cuantiosos y lo desnudan.
Luego de un enfrentamiento entre campesinos de la comunidad de Texcapilla, municipio de Texcaltitlán, con delincuentes que les cobran hasta por su derecho a la vida, tanto el Primer Mandatario como su gobernadora en el estado de México, dispusieron enviar a uniformados de la Guardia Nacional, debido al acoso que sufren después de los hechos, con acometidas y secuestros .
¿De veras creen que con estas acciones acabarán con los asesinos? ¿Acaso mantendrán de por vida a los miembros de esa corporación que, por
cierto, estuvieron presentes el día de los hechos y no movieron un dedo para frenar el enfrentamiento? ¿Acaso no corresponde perseguir a quienes cobran hasta más de 40 por ciento a los habitantes de ese lugar y de todo el territorio nacional por comprar, por vender, por moverse y hasta por respirar?
Y la reflexión obligada: ¿de qué sirven esos policías con órdenes de permitir que los delincuentes los vejen, porque la estrategia para convertir a México en el país más seguro del mundo consiste en propinarles abrazos?
Y mientras el mandatario declaraba a nuestra patria una de las más seguras del mundo, en Guerrero secuestraban y asesinaban sin compasión y Observatorio Ciudadano denunciaba que la extorsión registraba 30 por ciento sostenido en los últimos cuatro años.
Una revisión muy puntual de Milenio, revela también que sólo en el estado de México, “Cada 18 días hay una tentativa de linchamiento y este año van 15 criminales ejecutados”. “Cada 18 días ocurre un ataque de civiles contra delincuentes como consecuencia del vacío de autoridad y el hartazgo de las víctimas en el Estado de México, donde cunden las extorsiones a la población”.
A su vez, en su informe Balance 2023 de periodistas asesinados, encarcelados, secuestrados y desaparecidos, Reporteros Sin Fronteras situó a México el país con el mayor número de periodistas desaparecidos en activo en el mundo, con 31 de un total de 84 casos, desde 1995 hasta el pasado 1 de diciembre de 2023. El reporte está calientito.
Por su parte, Amnistía Internacional (AI) encendió las alarmas al afirmar que México va “hacia el abismo” en materia de derechos humanos, debido a la impunidad que envuelve a los perpetradores de feminicidios y por la militarización de la vida pública.
Afirma que entre 2018 y mayo pasado, más de 20 mil mujeres habían sido asesinadas y la impunidad persiste en 22 estados”. ¿Dónde está el México seguro del Presidente y que le creen muchos mexicanos, capaces también de matar por defender sus mentiras?
Nunca fueron más oportunos los dichos populares que dicen: al que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe. O el otro: el que por su gusto es buey, hasta la coyunda lame.
Una entrega de Latitud Megalópolis para Índice Político
