Por Arturo Sandoval
“En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia”. Laurence J. Peter.
Los asistentes o cuerpo técnico sólo son parte de un equipo. Muy importantes pero, como en toda estructura o empresa son parte secundaria. No sólo jerárquicamente, también operativamente y en un deporte no deben ser protagonistas en el festejo de un gol o al final de un triunfo. El Tata Martino y en copia Jaime Lozano medallista olímpico, dan prioridad a su equipo técnico y asistentes en todos los festejos. Esto puede ser imitación de algún otro entrenador o simplemente equivocada pose de democracia deportiva.
Hacer costumbre esta conducta de patriarcas o emperadores, dónde los gladiadores se mataban entre ellos o contra todo tipo de fieras y sólo se les veía como instrumento de diversión. No se ve que los jugadores corran a abrazar al Tata cuando meten un gol.
Se abrazan y besan entre ellos para formar una unidad distante del otro módulo de su entrenador con su cuerpo técnico. Como dos entes lejanos. Así se da una carencia de liderazgo; si bien respetan y siguen los jugadores las órdenes del Tata, hay una carencia de motivación por falta de un liderazgo que la provoque. Falta la explosividad de líderes con capacidad profesional como Tuca Ferreti, Piojo Herrera, Hugo Sánchez o Matías Almeida. Incluso groseros como Tomás Boy o Lavolpe. Hasta Javier Aguirre puede cambiar las cosas. Esos que hacen click con sus jugadores. Eso ha faltado en los partidos dirigidos por el Tata, muy notoria la distancia que no ruptura entre jugadores y entrenador. Hasta para el espectáculo es molesto. Esta situación emocional se nota en la Copa Oro, los mexicanos superiores a todos los equipos participantes, no lo demostraron.
En las Olimpiadas, la medalla de cobre es totalmente merecida en cuanto a ser superados en calidad por España y Brasil, pero el equipo es competitivo y bien puede ganarle a los dos. La dirección de Jimmy Lozano superó a la del Tata, porque Lozano conecta de mejor forma con sus jugadores; se vio cuando entre todos lanzan al aire al Jimmy para festejar la de bronce.
Martino no es el líder, por su falta de liderazgo y sobrada conducta de padre ausente; tan desentendido que olvida sacar a un jugador cuando juega desastroso y después no interviene para que por decisión de ese jugador, él tire un penal; para fallarlo. Hugo Sánchez criticó esa falta de liderazgo. La Copa Oro es una cadena de desaciertos del Tata. Con un buen equipo se pudo hacer mucho más.
Ya dos enfrentamiento con Estados Unidos se han perdido, Canadá nos dio un baile; los resultados son malos y sin no se hace el cambio de entrenador a tiempo, pasará lo mismo que con el mediocre entrenador Osorio en el mundial pasado. Es buena la continuidad, pero Tata Martino ya llegó a su límite de capacidad para entrar en su nivel de incompetencia con la selección mexicana; nada más no gana un torneo desde hace meses pero su sueldo es de 3 millones de dólares al año, más lo que se le paga a su numeroso cuerpo técnico. Dejaría cosas buenas de su primera etapa, pero debe irse.
NOTA: felicidades a la selección olímpica, nos dio muchas alegrías.