Héctor Calderón Hallal
La presión que derivaría de este proceso de ‘Consulta’ solicitado por los gobiernos americano y canadiense, al verse afectados en la aplicación de la política energética del Gobierno de México, en otros tiempos y condiciones, pudo ser el catalizador de un proceso de salida de nuestro país del acuerdo trilateral de comercio.
En la actualidad… no.
Un hipotético proceso al que llamaremos “Mexit”, en alusión al desastroso y aun lamentable –por su nivel de daños económicos para el pueblo británico- proceso llamado “Brexit”, que implicó la salida de Gran Bretaña de la Europa Comunitaria.
Sería ese un desafortunado aviso, si se parte de la idea de que será emitido con la peor escenografía que se pudo haber elegido para pronunciarse en momentos de crisis: rodeado de militares, marinos, pilotos y policías fuertemente armados, durante el desfile militar de nuestra fiesta nacional de Independencia. Diplomáticamente este sería un pésimo mensaje; el peor de todos.
Y es que al hipotético “Mexit” con el que asusta López Obrador , cual si fuera “el petate del muerto”, habría que sumar ingredientes que potenciarían el nivel de daños causados al país, la noche misma del 15 de septiembre, en que la arenga presidencial pudiera hacer sus primeros escarceos, del estruendoso y dañino anuncio previsto para unas horas después, el 16 de septiembre del 2022: “Por medio de este decreto asministrativo, hago entrega a la patria, de este honorable cuerpo de Guardia Nacional, constituido en pueblo uniformado, por 115 mil almas dispuestas a dar su vida en el cumplimiento de su deber: Dar abrazos de consuelo a las víctimas civiles de la violencia y la inseguridad pública… y dar la espalda siempre a la crítica, a la razón y a la dinámica marcada por el progreso en el mundo…” .
Aunque cabe advertir, por el temperamento y los antecedentes del presidente mexicano, que orienta sus acciones casi siempre al plano mediático, a la simple percepción del ciudadano… en el caso de esta pretendida salida del tratado simplemente no ocurrirá.
El presidente ha declarado que solo informará sobre la decisión que tome su gobierno al respecto… hasta el próximo 16 de septiembre.
Cabe señalar que ha venido moderando su ‘amago’ el presidente al afirmar que México se mantendrá en el Tratado Comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
Sin embargo, Andrés Manuel López Obrador ha dejado entrever que si está en riesgo la soberanía nacional en materia energética… preferiría no acceder al mercado estadounidense.
Todo puede pasar por la cabeza del presidente, alentado por su temperamento.
Si bien México puede abandonar el T-MEC de no convenir a los intereses y a la perspectiva ideológica presidencial… esto podría ocurrir en un lapso no mayor a 16 años, vigencia mínima para sostener el pacto… a 14 años para ser exactos, pues han transcurrido ya dos años de entrado en vigor.
O en el caso de existir una inconveniencia de gravedad, cualquier país integrante puede denunciarlo y en un lapso de seis meses podría proceder la solicitud, aun cuando los otros dos estados continúen sosteniendo la relación contractual.
Así está estipulado en la redacción del clausulado contractual del tratado trilateral.
Uno de los antecedentes más cercanos a esta posibilidad fue invocada en su momento por el presidente estadounidense Donald Trump, ante lo que consideraba era un tratado injusto y poco benéfico para la economía estadounidense, por lo que planteó la salida de su país del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), signado en 1994.
Y la pretensión del político descendiente de alemanes, provocó una propuesta a la que se identificó como la ‘sunset clause’, ‘cláusula de extinción’ en español, que limitaba la vigencia del acuerdo a 5 años con posibilidad a extenderla por otro ciclo de la misma temporalidad. No obstante, fue desechada por las comisiones negociadoras.
La propuesta de Trump se dio en el marco de una especie de presión en el plano político que Trump hacía sobre todo para presionar al gobierno de nuestro país, para que ‘aflojara’ en otros temas como el migratorio y quizá el de nuestra seguridad interior.
¿Pero qué tan viable es una posible salida de alguno de los tres socios del pacto comercial ante disputas de diversa índole?
Las siguientes son algunas condiciones clave:
De acuerdo con las disposiciones finales del T-MEC, el tratado tiene una vigencia de 16 años a partir de la fecha en que entró en vigor; en este caso, el pacto comercial dio inicio el pasado 1 de julio de 2020.
En el sexto año de la entrada en vigor del T-MEC, en el 2026 en este caso, una comisión de los países miembros se reunirá para realizar una revisión del funcionamiento del tratado y en dado caso hacer recomendaciones o adoptar medidas para su implementación futura.
En esa revisión, cada parte deberá notificar por escrito si desea prorrogar el tratado por otro período de 16 años; en caso contrario, si uno de los países decide no continuar adelante con el pacto comercial, se procederá a hacer una revisión cada año hasta cumplir el plazo vigente del T-MEC.
Pero si un país denuncia al tratado por alguna inconveniencia… es una causal de suspensión y sería efectiva a los seis meses de la notificación por escrito a los países miembros de acuerdo con los estatutos de la Convención de Viena en tratados internacionales.
¿Qué escucharemos entonces el 16 de septiembre en voz de López Obrador?… Personalmente creo que nada sustancioso… de aquí a esa fecha, muchas palabras, posicionamientos y hasta ‘cartitas diplomáticas’ veremos enviar por parte de AMLO buscando suavizar esa crisis con Estados Unidos, especialmente.
Pero además, en realidad se espera un discurso de pirotecnia y verborrea patriotera, donde se ensalce un nacionalismo nostálgico sin consecuencias. No están en condiciones AMLO y su Gobierno de “jalarle los bigotes” al tigre de la economía mundial, llamado Estados Unidos de América. Ellos lo saben perfectamente. Es más ….. Estados Unidos los ha sostenido como Gobierno en los últimos días… al tiempo se sabrá.
Aunque por lo pronto el anuncio de pronunciamiento el 16 de septiembre por López Obrador… ya causó nerviosismo e inestabilidad en los mercados bursátiles.
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Mención especial:
La que merece en esta entrega, el esfuerzo hecho por los auténticos difusores de la cultura mexicana… por los ciudadanos que amando genuinamente a la región donde nacen tienen que emigrar a otros lugares y que, por circunstancias de los prejuicios y las reglas “no escritas” (o “escritas para servir a las mafias del poder”), son llamados “desterrados políticos” por aquellos aprovechados, que dicen “quien sí es natural de un lugar y quien no”… que invocan el discurso tramposo basado en “el que se fue de su tierra, pierde cualquier derecho de representarla o de hacer algo por ella algún día”, sin reparar en que la necesidad misma orilla a la gente a emigrar, temporal o definitivamente.
Una de las muy pocas cosas con las que coincido con el actual presidente de este país, es en su frase: “Nadie deja su tierra por gusto… sino por una real necesidad de buscar el progreso y la oportunidad”.
Es el caso de Carlos Díaz de León Valdez, el viejo maestro del ICADEP (ahora convertido en el Instituto ‘Reyes Heroles’ del CEN del PRI), economista egresado de la UNAM y actual asesor prospectivo y de coyuntura de Alejandro ‘Alito’ Moreno, dirigente nacional de ese partido.
Nos presenta un verdadero esfuerzo de difusión sobre la historia y el desarrollo de la región norte de Sinaloa, su tierra natal, específicamente de la ciudad de Los Mochis.
Un esfuerzo editorial realizado desde su propio alcance presupuestal, quizá, denominado ‘Breve historia política de Sinaloa, Ahome y Los Mochis’, sustentado en la premisa de que “Sólo se defiende lo que se ama y sólo se ama lo que se conoce”.
Díaz de León lleva participando cerca de 30 años en las contiendas electorales –internas y constitucionales- buscando la alcaldía o la diputación federal de aquella noble región y en todas ha elevado el nivel del debate y ha dejado sembrada una idea clara de cómo debe ser un tribuno que defienda al campo sinaloense y que consiga recursos para seguir financiando el crecimiento de ciudades en expansión como aquella. Ha llegado a vivir por años, 15 días en Los Mochis y 15 días en la Ciudad de México… y aun así, casi por consigna y quizá hasta por hacerlo desatinar, generaciones de nuevos y viejos políticos y de periodistas, en cada proceso electoral dicen “no conocerlo… es que ha vivido siempre en el D. F.”, aunque el candidato de la “mafia en el poder” sea un perfecto advenedizo y solo lleve en la región algunos años… Cosas de la vida y de la política en este país.
Abrazo para Carlos Díaz de León Valdez y desde este espacio saludamos su esfuerzo editorial por difundir información sobre su tierra.
Autor: Héctor Calderón Hallal
E-Mail:fixiflaux99@gmail.com; @pequenialdo